A vueltas con el pacto

La existencia de un pacto entre el líder de CiU, Artur Mas, y el del PNV, Iñigo Urkullu, para avanzar juntos hacia la soberanía de Cataluña y Euskadi es una especie, propagada por el PP, que polariza la campaña. Su origen es el dirigente soberanista de Convergencia Oriol Pujol, que visitó Euskadi el 30 de septiembre, con motivo del Alderdi Eguna (Día del Partido) del PNV. Una presencia insólita, porque el interlocutor de CiU con el PNV suele ser Josep Antoni Duran, líder de Unió Democrática. Urkullu niega ese pacto y no hace más que decir que tiene su vía para Euskadi. Para enterarse de esa ví...

La existencia de un pacto entre el líder de CiU, Artur Mas, y el del PNV, Iñigo Urkullu, para avanzar juntos hacia la soberanía de Cataluña y Euskadi es una especie, propagada por el PP, que polariza la campaña. Su origen es el dirigente soberanista de Convergencia Oriol Pujol, que visitó Euskadi el 30 de septiembre, con motivo del Alderdi Eguna (Día del Partido) del PNV. Una presencia insólita, porque el interlocutor de CiU con el PNV suele ser Josep Antoni Duran, líder de Unió Democrática. Urkullu niega ese pacto y no hace más que decir que tiene su vía para Euskadi. Para enterarse de esa vía hay que ir hasta la página 257 del programa del PNV, donde plantea una ponencia de reforma del Estatuto, que pretende cerrar con el máximo consenso, para 2015, que luego sería refrendado. Pero eso es el reglamento.

Preocupación de Rajoy

Pese a la presión del PP vasco sobre Urkullu en la campaña, a Rajoy no le preocupa el PNV. Con Urkullu mantiene buena interlocución. Su problema es Mas. Solo si la situación de Cataluña se vuelve incontrolable para el Estado, puede tener un contagio en el PNV al sumarse la presión interna de Bildu. Pero ese es un futurible que tendría como premisa un gran fracaso del Estado en Cataluña.

Una paradoja

Si el PSE y Bildu sumaran mayoría, es probable que Urkullu ofreciera a los socialistas gobernar. Sabe que es imposible que el PSE gobierne con Bildu, pero podrían alcanzar acuerdos en el Parlamento en asuntos como la reforma fiscal, como en Gipuzkoa. Se da, además, la paradoja de que un 15% del voto que el PSE obtuvo en las anteriores elecciones vascas procede del electorado de la izquierda abertzale, que no contó con candidatura.