H. V. Milner, presidenta de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas

“EE UU ve con buenos ojos que Europa se dote de un poder militar propio”

Helen V. Milner es elegida hoy presidenta de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas El XXIIº Congreso de Politología acoge en Madrid a 3.600 científicos sociales de 93 países

Helen V. Milner es profesora de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad estadounidense de Princeton y directora del Centro Niehaus de Gobernanza y Globalización de la Woodrow Wilson Schoool.

Reflexiva y explícita, Milner es especialista en relaciones económicas internacionales y acaba de ser elegida en Madrid presidenta de la Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA), que celebra en la capital de España su 22º Congreso inaugurado el domingo con la presencia de Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados, y la anfitrionía de la Asociación Española de ...

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Helen V. Milner es profesora de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad estadounidense de Princeton y directora del Centro Niehaus de Gobernanza y Globalización de la Woodrow Wilson Schoool.

Reflexiva y explícita, Milner es especialista en relaciones económicas internacionales y acaba de ser elegida en Madrid presidenta de la Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA), que celebra en la capital de España su 22º Congreso inaugurado el domingo con la presencia de Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados, y la anfitrionía de la Asociación Española de Ciencia Política, que dirige el politólogo Juan Luis Paniagua.

Al Congreso, cuyas sesiones se despliegan hasta el 12 de julio en las Facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, asisten más de 3.600 científicos de 93 países que se integran en esta entidad, fundada bajo los auspicios de la UNESCO en 1949 y que mantiene su sede en la ciudad canadiense de Montreal. Con casi 40.000 miembros, de los cuales 53 son asociaciones nacionales y 120 socios institucionales, la entidad que desde hoy preside Milner es una de las corporaciones científicas sociales de mayor arraigo internacional. Antes de acceder a su nuevo cargo, la profesora de la Universidad de Princeton glosa la gestión de Leonardo Morlino, predecesor suyo en la presidencia de la International Political Sciences Association, de la cual Milner, hasta ayer vicepresidenta, encomia los Cursos de Verano sobre Metodología impulsados por el politólogo italiano, que hallaron amplio eco en Brasil, Suráfrica y Singapur, además del proyectado para Turquía.

Pregunta. ¿Cuáles van a ser las líneas maestras de su presidencia?

Respuesta. Además de mejorar las relaciones con la Asociación Internacional de Sociología (ISA), me propongo estimular la aproximación entre la Ciencia Política y las Relaciones Internacionales.

P. ¿No se desarrollaron anteriormente?

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R. Sí, pero antes primó más el estudio de las políticas desde una perspectiva comparativa.

P. Las relaciones internacionales son vínculos entre Estados, pero en las últimas décadas, los Estados se han visto muy debilitados como sujetos de la política frente a otros agentes. ¿Cómo piensa estimular esas relaciones?

R. Mi visión de las relaciones internacionales es muy amplia, no las concibo únicamente como nexos entre Estados, sino dentro de una serie de cambios que incluyen el desarrollo de nuevos procesos y nuevas tecnologías que, a su vez, están modificando la entidad y los vínculos de los propios Estados.

P. La gente de a pie considera que la Política ha desaparecido frente a la Economía. ¿Qué piensa de ello?

R. La Economía es muy importante, pero también lo es la Política.

Ahora, por ejemplo, vemos que los problemas económicos que afronta Europa no pueden resolverse, ni tienen solución, sin contar con la política. Hay pues medios, decisiones que adoptar, para conseguir solucionarlos.

P. ¿Cuáles son pues las herramientas políticas para atajar los problemas económicos?

R. Hoy se vive un debate europeo entre la opción por la austeridad y la opción por el crecimiento. Los políticos pueden y deben escoger entre una y otra; aunque ambas tienen sus derivaciones adversas, la alternativa permanece abierta y, si se opta por el crecimiento, ahí está la tecnología para ayudar a conseguirlo.

P. En Europa hay analistas que piensan que la tecnologización completa de la vida, tan descontroladamente como se ha aplicado, ha precarizado los salarios y dañado grandemente las relaciones laborales.

R. Hay algo de verdad en ello, pero resulta muy difícil trabajar de manera duradera sin flexibilidad laboral. Tanto en Grecia como en Italia y España parece haber habido excesos de inflexibilidad. Puede que la solución se encuentre en la fórmula alemana, que ha ofrecido oportunidades a la juventud.

P. ¿En qué medida?

R. No soy especialista en este asunto, pero Alemania logró flexibilizar su mano de obra.

P. Ya... ¿Cuáles son los principales paradigmas sobre los que hoy discurre la Ciencia Política?

R. El principal es la democratización, cómo llegar a ella y cómo mantenerla.

P. ¿Qué opina de la llamada primavera árabe?

R. Estoy muy entusiasmada con nuevos procesos como el de Túnez, que avanza hacia la democracia.

P. ¿Cree que Egipto camina también en esa dirección?

R. No estoy segura de ello, hay muchos grupos en competencia algunos de los cuales no respetan ni los derechos humanos ni los derechos de género de la mujer. El juego democrático puede atemperar las desviaciones de esos grupos y guiarles hacia el respeto de aquellos derechos. Aunque mantengo algunas dudas sobre la compatibilidad entre el Islam y la democracia, creo que se puede llegar a una ecuación entre ambos: el ejemplo sería el de Turquía.

P. Dentro de sus concepciones sobre las relaciones internacionales, ¿cree que hay base potencial para un conflicto entre Estados Unidos y China?

R. La armonía no preside las relaciones entre ambos países, pero tampoco las preside el conflicto. Estados Unidos es una superpotencia consolidada y China está ahora accediendo a ese rango. No creo que se llegue a un conflicto armado, que considero improbable. En todo caso, todo va a depender de lo que suceda políticamente en el interior de China, ya que si se produjera una desestabilización y China se cerrase al exterior, ello se reflejaría en sus relaciones exteriores.

P. Tras la implosión de la Unión Soviética, algunos politólogos barajaron la posibilidad de que la bipolaridad se interiorizara dentro de los Estados Unidos, en una clave de conflicto por las desigualdades sociales, económicas y demográficas allí existentes. ¿Qué opinión tiene al respecto?

R. No estoy segura de que pueda establecerse tal analogía. Es cierto que en los últimos 25 años, más del 50% de la población de Estados Unidos ya no es caucásica y ello llevó a una desigualdad social hasta entonces nunca vista, pero de ahí a interiorizar la bipolaridad…, no lo creo.

P. ¿Cómo se ve desde Estados Unidos la hegemonía económica y política de Alemania sobre Europa?

R. En el corto plazo, el presidente Obama y los demócratas observan con mejores ojos la opción por el crecimiento que la adoptada por la austeridad. En el largo plazo, sin embargo, también le ven ventajas en la austeridad.

P. ¿Pudo el obligado desarme impuesto a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial haber sido la causa inicial de la actual hegemonía económica germana, dado el ahorro generado al apartarse de la carrera de armamentos?

R. Puede que sí lo fuera…Cierto también es el hecho de que Estados Unidos, al garantizar entonces la seguridad germana, ayudó mucho a Alemania. Estados Unidos ve por ello con buenos ojos que la Unión Europea se dote de un poder militar propio.

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