La militancia indulta al expresidente
Los socialistas pasan página y aceptan el balance final de su dirigente sin críticas
“Bastante con el quinario que ha pasado”, así resume un asistente al congreso muy cercano a la organización federal su sensación tras escuchar el balance final de Zapatero en su despedida de la Secretaría General socialista. Su posición es compartida por muchos de los militantes que, como observadores e invitados, abarrotaron el salón de plenos del 38º Congreso del PSOE hasta obligar a habilitar salones auxiliares.
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“Bastante con el quinario que ha pasado”, así resume un asistente al congreso muy cercano a la organización federal su sensación tras escuchar el balance final de Zapatero en su despedida de la Secretaría General socialista. Su posición es compartida por muchos de los militantes que, como observadores e invitados, abarrotaron el salón de plenos del 38º Congreso del PSOE hasta obligar a habilitar salones auxiliares.
Sus opiniones no llegan a las grandilocuentes declaraciones de los dirigentes socialistas, pero coinciden en el fondo. “No va a haber machetazos”, afirmaba otro integrante de una delegación andaluza con más representantes que muchas federaciones del norte. Cerca, el secretario general de Almería, José Luis Sánchez Teruel, vaticinaba sin disimulo una próxima victoria de Chacón.
Se trata de las “buenas formas” que, según define el integrante de la Ejecutiva Eduardo Madina, es “marca de la casa”.
Dirigentes socialistas, como José Blanco, y barones como el extremeño Guillermo Fernández Vara, también se apuntaban al indulto general. “Le engrandece la autocrítica”, comentaba sobre el discurso de Zapatero a la salida del plenario. Y minimizaba las posibles discrepancias. “El silencio significaría ausencia de alma y este partido tiene mucha alma”, afirmaba.
Los militantes coinciden con su afirmación. Incluso formaciones provinciales que acuden divididas compartían la noche del jueves cerveza y café junto al salón de plenos, como si hubieran asumido sin dudas los llamamientos a la unidad de sus dirigentes. Era el caso de Málaga, donde se prevé una mayoría de apoyo a Chacón, pero con delegados que ya han anunciado su respaldo a Rubalcaba que departían amigablemente con sus compañeros de partido.
“Durante el congreso de Griñán [en referencia al que permitió en 2010 el acceso a la secretaría general del partido al actual presidente de la Junta] había peor ambiente. Resumía un militante andaluz.