El New York Times pone el aeropuerto de Fabra como ejemplo de mala planificación

El diario lo califica de "elefante blanco" y recuerda que está inaugurado desde marzo aunque sigue sin vuelos programados

Carlos Fabra, el día de la inauguración del aeropuerto de Castellón.Àngel Sánchez

El diario New York Times ha vuelto a fijar su mirada en España y, en este caso, para hacer una crítica de la mala planificación de algunas infraestructuras. “Como en el aeropuerto de Castellón, no todos los proyectos estaban bien pensados”, señala el diario, que ironiza sobre el hecho que la infraestructura, ...

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El diario New York Times ha vuelto a fijar su mirada en España y, en este caso, para hacer una crítica de la mala planificación de algunas infraestructuras. “Como en el aeropuerto de Castellón, no todos los proyectos estaban bien pensados”, señala el diario, que ironiza sobre el hecho que la infraestructura, inaugurada en marzo, ha sido punto de partida de un campeonato de ciclismo y “todavía están esperando su primer vuelo”.

El NYT recuerda que el aeropuerto ha costado 150 millones de euros y alude también a la justificación que dio Carlos Fabra, el entonces presidente de la Diputación de Castellón y máximo impulsor de la infraestructura: “Sostuvo que se trataba de una oportunidad única para convertir un aeropuerto en una atracción turística, ofreciendo a sus visitantes acceso completo a zonas que habitualmente están prohibidas”, evoca.

Así, el diario califica las instalaciones castellonenses de “elefante blanco”, atributo que se vincula a las obras que tienen un coste de mantenimiento mayor que los beneficios que aportan. Pero señala que el de Castellón no es el único “elefante blanco” que salpica el paisaje de infraestructuras en España. Y menciona el de Ciudad Real, el primer aeropuerto privado que quebró por carecer de tráfico aéreo. “Ha habido otros proyectos que han podido sobrevivir solamente con una constante financiación pública, lo que ha hecho que fueran cuestionados por la crisis de la deuda soberana europea”.

Con estos ejemplos, el artículo realiza un repaso, y crítica, por la velocidad inversora en infraestructuras registrada en España. “En los últimos 18 meses España ha estado en la línea de fuego de los inversores después de permitir que el déficit se inflara durante la burbuja inmobiliaria, que finalmente explotó junto con la crisis financiera mundial”, dice, y menciona las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que pasan por una reducción de gasto en infraestructuras que, según el articulista, “ha dejado algunos proyectos en el limbo a pesar de la insistencia política por mantenerlos vivos”.

Revisa la construcción de redes de transporte en las últimas dos décadas y expone cómo tras abrir la línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla en el 92, “España superó a Francia en diciembre en líneas de alta velocidad con más de 2.000 kilómetros”. También habla de carreteras y explica cómo entre el 99 y 2009 se han sumado más de 5.000 kilómetros en autopistas, “la construcción de carreteras más grande de Europa. Y sus 43 aeropuertos internacionales acogen a más pasajeros internacionales que cualquier otro país en Europa”, indica.

“Tal expansión ha sido motivo de intenso orgullo nacional”, afirma y sostiene que aunque “ha traído beneficios económicos a algunas regiones anteriormente aisladas y empobrecidas”, como en el caso del aeropuerto de Castellón “no todos los proyectos estaban bien pensados”.

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