La nueva normalidad
Una noche de esta semana que ahora termina salí a dar un paseo por primera vez después de 53 días y todo era muy diferente. A pesar de la incertidumbre de qué pasará y de cómo subsistiremos con la crisis que ya empieza a hacerse notar, se respiraba una calma inusual. Cualquier día normal, el estrés se ve latente en las personas que transitan por las calles. En cambio, ahora, las calles no son un lugar de paso, sino de paseo. Gente caminando tranquilamente, padres jugando con los niños como nunca había visto, y todo con calma. Hasta el olor de los árboles se hace más notorio sin el humo de los ...
Una noche de esta semana que ahora termina salí a dar un paseo por primera vez después de 53 días y todo era muy diferente. A pesar de la incertidumbre de qué pasará y de cómo subsistiremos con la crisis que ya empieza a hacerse notar, se respiraba una calma inusual. Cualquier día normal, el estrés se ve latente en las personas que transitan por las calles. En cambio, ahora, las calles no son un lugar de paso, sino de paseo. Gente caminando tranquilamente, padres jugando con los niños como nunca había visto, y todo con calma. Hasta el olor de los árboles se hace más notorio sin el humo de los coches. Hemos visto cómo el teletrabajo es perfectamente aplicable en muchos puestos y cómo ha bajado la contaminación en las grandes ciudades. Quizá este parón nos sirve para ver cómo podemos mejorar y que la nueva normalidad sea mejor que lo que dejamos atrás.
Joana Sánchez Sánchez. Cornellá de Llobregat (Barcelona)