Cartas al director

Una llamada a la sensatez

Recuerdo a nuestros hijos acercándose a una hoguera de espetos con las mismas ganas que las llamas subían de las brasas. Hubo advertencias paternas, y terminamos con satisfacción marcando los límites con una raya en la tierra. Acto seguido, todos ajustaron sus zapatos a la línea y, después, jugaron a sobrepasarla y denunciaron su lejanía. Los adultos nos miramos cuestionándonos nuestras medidas, por poco duras o poco evidentes. Hoy, pensando en las medidas de la covid-19, digo: disfrutad con prudencia de la calle, pero sigue habiendo fuego. Yo no cuestionaría demasiado las reglas marcadas, que...

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Recuerdo a nuestros hijos acercándose a una hoguera de espetos con las mismas ganas que las llamas subían de las brasas. Hubo advertencias paternas, y terminamos con satisfacción marcando los límites con una raya en la tierra. Acto seguido, todos ajustaron sus zapatos a la línea y, después, jugaron a sobrepasarla y denunciaron su lejanía. Los adultos nos miramos cuestionándonos nuestras medidas, por poco duras o poco evidentes. Hoy, pensando en las medidas de la covid-19, digo: disfrutad con prudencia de la calle, pero sigue habiendo fuego. Yo no cuestionaría demasiado las reglas marcadas, que nadie sabe ser el padre perfecto.

Alejandro Canto Rodríguez. Cádiz


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Por la salud tanto física como psíquica de los más pequeños, el pasado domingo 26 de abril los niños pudieron empezar a pisar las calles respetando unas medidas especiales aprobadas con el fin de no propagar el virus. A pesar de todo, muchas familias no tuvieron en cuenta estas medidas, poniendo en peligro la salud pública. Irónicamente, cada día a las 20.00 saldrán al balcón a agradecer todo el esfuerzo realizado para acabar con la pandemia. En estas circunstancias no hay lugar para la hipocresía, menos aplausos y más ayuda y respeto.

Paula Morey Alonso. Valencia



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