Alexandra Haas, jefa de Oxfam México: “Tenemos un Estado que renunció a cobrar impuestos”
Casi el 10% de la riqueza privada en México está en manos de 14 milmillonarios. De ese grupo, Carlos Slim acumula la mitad de toda esa riqueza como una figura-símbolo de la desigualdad en la segunda economía de Latinoamérica
La desigualdad está en el centro de la discusión pública como nunca, pero sin un plan para cobrarle más impuestos a los ultrarricos, sigue siendo un discurso vacío. Esto sostiene Alexandra Haas (Ciudad de México, 46 años), directora ejecutiva de la organización no gubernamental Oxfam en México. La organización, fundada en el Reino Unido, publicó el mes pasado su anticipado reporte sobre la concentración de la riqueza a nivel mundial y ...
La desigualdad está en el centro de la discusión pública como nunca, pero sin un plan para cobrarle más impuestos a los ultrarricos, sigue siendo un discurso vacío. Esto sostiene Alexandra Haas (Ciudad de México, 46 años), directora ejecutiva de la organización no gubernamental Oxfam en México. La organización, fundada en el Reino Unido, publicó el mes pasado su anticipado reporte sobre la concentración de la riqueza a nivel mundial y México sacó una muy mala calificación.
Especializada en derechos humanos, Haas llegó a Oxfam a finales de 2020 después de dejar su puesto en el Gobierno como presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), puesto que ocupó durante dos Administraciones distintas. Abogada con estudios de maestría por la Universidad de Nueva York (NYU), Haas maneja el lenguaje de la economía hábilmente. Durante la entrevista, no teme ser directa cuando dice que los ricos no pierden. Sus fortunas son tales que han podido adaptarse y hasta sacar provecho de una crisis como la pandemia.
Pregunta. La fortuna de los 14 milmillonarios que tiene México casi se duplicó desde el 2020 hasta la fecha y algo similar ocurrió a nivel global. ¿Cómo sucedió esto?
Respuesta. Conviene recordar que hemos estado sacando informes hace 13 años en el contexto del Foro Económico Mundial de Davos, además de informes en el medio del año sobre el tema de la pandemia y las industrias que más se han visto beneficiadas, como la energética, farmacéutica y de alimentación. Lo que vemos a nivel global es que hay industrias que fueron particularmente beneficiadas por la crisis logística causada por la pandemia, por la presión sobre ciertos mercados que generó inflación. No podemos decir que la inflación es producto únicamente del deseo de ganancias de los ultrarricos, pero sí podemos ver, a nivel global, que la guerra en Ucrania y la pandemia tuvieron como consecuencia ganancias especialmente notables para los ultrarricos. El mercado permitió el aumento de precios durante estos choques y ya no hubo una reducción cuando cambiaron las condiciones. Tanto en Estados Unidos, como en Europa y en México, se nota que las ganancias derivadas de la inflación benefician principalmente a los accionistas de las empresas y no necesariamente se van a cubrir los déficits de logística y mucho menos un aumento salarial de los empleados.
P. ¿Cómo interpreta o caracteriza estos hallazgos?
R. Hay una reflexión global que hacer acerca de las cadenas de suministro. Estos choques exógenos que generan crisis en las materias primas, en una economía globalizada en donde las piezas de un producto pueden provenir de muchísimos lugares distintos. Si estas cadenas se ven interrumpidas por alguna fuerza externa tienen impacto en ralentizar la producción. Esto genera una crisis de suministro y la crisis de suministro, a su vez, aumenta los precios. Pero no podemos solamente hacer un análisis desde la perspectiva de los choques exógenos sin considerar la enorme capacidad de adaptación que tienen las mayores fortunas, porque éstas permiten invertir o desinvertir según se requiera. Y, por lo tanto, aprovechar las crisis. Esa es la razón por la cual señalamos que los empleos de las personas normales tardaron mucho tiempo en recuperarse de la pandemia, particularmente los informales y los de las mujeres. Mientras que para los milmillonarios la crisis duró unos tres meses y rápidamente se recuperaron porque son capaces de mover las fichas para invertir donde se requiere.
P. Muchos dirían que esto no es ilegal y no tiene nada de malo.
R. Hay un problema en la concentración del poder de ciertos sectores porque se pueden controlar los precios. El propio sistema capitalista neoliberal busca asegurar como una condición básica su funcionamiento sano libre de monopolios, algo que está ampliamente estudiado y documentado. El problema con los monopolios es que impiden la competencia y generan una capacidad de control del mercado mucho mayor. En 1996, había 60 empresas farmacéuticas globales y en el 2022 había diez. En una crisis sanitaria, más competencia te podría permitir mayor producción de vacunas, menos control sobre los precios de las vacunas, mayor calidad. Padeces de esa concentración en investigación, distribución, logística y precios cuando están en unas pocos manos. Economistas destacados que son expertos en estos temas han dicho que la falta de innovación proviene de la falta de competencia. Muchas veces se utiliza el argumento de que el mejor sistema es uno en que el Gobierno participa poco para que las empresas tengan libertad de trabajar. ¿Cuál es la libertad de las empresas en un mercado hiper concentrado?
P. ¿Cómo se compara la desigualdad en México con el resto del mundo?
R. México tiene una característica particular que es que Carlos Slim es mucho más rico que todos los milmillonarios en América Latina. Slim tiene la mitad de toda la riqueza que acumulan los milmillonarios en México. Ocho de cada 100 pesos está en las cuentas de los milmillonarios. De esos ocho, cuatro son de Carlos Slim. Tiene cinco veces más que la persona más rica de Brasil, un país que tiene 53 milmillonarios. En México hay 14, el grupo es más reducido. La rebanada del pastel que tiene cada uno es más grande. Entonces, sí, la particularidad es que vemos una mayor concentración en México que en países pares.
P. ¿Y esta concentración de la riqueza cómo está ligada a la desigualdad?
R. En una sociedad donde hay estas enormes desigualdades se han establecido ciertas ideas preconcebidas que tienen un nexo causal. Una es que las personas en México no saben cuál es la distancia entre ellas y Carlos Slim. La economista Alice Krozer hizo una investigación donde encontró que las personas pobres piensan que el más rico gana 32.000 pesos al mes y las personas más ricas piensan que los pobres ganan 32.000 pesos al mes. Tenemos un problema de percepción en toda la sociedad cuando hablamos de ricos y pobres. Eso, a su vez, tiene un impacto sobre la manera en la que las personas perciben dónde reside la responsabilidad de tener o no tener y dónde residen las posibilidades de salir de la situación en la que nos encontramos. Nos preocupa muchísimo que en México hay muy poca movilidad social ascendente, pero menos movilidad social descendente. Es decir, en México es más fácil salir de pobre que salir de rico. Si sumamos esas dos cosas, el problema que tenemos es un Estado que renunció a cobrar impuestos como a la herencia y a la riqueza, y esto no es exclusivo de México, sino que está pasando a nivel global.
La desigualdad es problemática porque no es como que la economía de una persona crece y crece y la economía de 46 millones de personas en pobreza no crece. Pero ambos son responsables de su situación. Es la narrativa de la meritocracia. Pareciera que 46 millones no trabajan, no se esfuerzan, no quieren salir adelante y una persona como Carlos Slim trabaja mucho más que los demás y por eso tiene ese rédito de su trabajo. Esa es una falacia que desconoce el carácter estructural de la situación de pobreza y de la imposibilidad de salir de la pobreza que tienen las personas en México. El Estado tiene un papel redistributivo que no está cumpliendo, porque entre más dinero tienen los milmillonarios, más ejercen presión y más pueden capturar al poder político.
P. ¿Ha identificado alguna propuesta de las candidatas presidenciales para abordar el problema de la desigualdad y la concentración de la riqueza?
R. La desigualdad está en el centro de la discusión pública como hace mucho no estaba. Me parece que eso ya no tiene vuelta atrás y creo que eso es muy importante. He escuchado a las candidatas hablar acerca de los temas y creo que a todas les preocupa la desigualdad, el sistema de cuidados, el de salud pública, pero hay un gran ausente que es la reforma fiscal. Las candidatas pueden hablar ampliamente de todos los temas, pero si no hablan de la reforma fiscal, ¿cómo van a financiar sus propuestas? México tiene una presión por pensiones, por el servicio a la deuda, las participaciones de los estados, la deuda de Pemex, que hace que el espacio fiscal esté cada vez más reducido. No hay una solución viable. Cobrarle impuestos pendientes a los que deben dinero está muy bien, pero es netamente insuficiente frente al enorme boquete fiscal que tenemos, incluso para cumplir con lo que ya está en la Constitución. Cualquier propuesta de política pública que no viene acompañada de una propuesta de cómo financiarla es inviable.
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