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México pide ante la ONU una solución “pacífica, democrática y negociada” para la crisis en Venezuela

El delegado mexicano, Héctor Vasconcelos, lleva ante el Consejo de Seguridad la posición defendida por la presidenta Sheinbaum frente a la escala militar de EE UU: “Corresponde exclusivamente al pueblo venezolano determinar su futuro político”

México ha elevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) su posición diplomática sobre la crisis en Venezuela. Héctor Vasconcelos, representante permanente de México, ha llamado este martes a encontrar una solución “pacífica, democrática y negociada” a la escalada de la campaña militar de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro. La intervención del delegado mexicano ha supuesto una prolongación de la postura que la presidenta, Claudia Sheinbaum, lleva defendiendo durante la última semana. Vasconcelos ha invocado tanto el tradicional mantra de la política exterior mexicana, “la no intervención y la solución pacífica de controversias”, como los preceptos de la Carta de la ONU: “Ninguna diferencia entre Estados debe resolverse mediante la amenaza o el uso de la fuerza”. La intervención de México en una sesión informativa del Consejo, a solicitud de Venezuela, llega además tras la reciente muestra de apoyo a Maduro por parte de China y Rusia.

México defendió que “corresponde exclusivamente al pueblo venezolano determinar su futuro político”. En cuanto al papel de la ONU, Vasconcelos subrayó que está a prueba “el valor del multilateralismo”, por lo que instó a activar los mecanismos previstos en el artículo 33 de la Carta, correspondientes a la prevención de conflictos y a las soluciones pacíficas de las controversias. “Cuando la paz internacional se ve amenazada”, añadió el delegado mexicano, “corresponde a este Consejo asumir su responsabilidad y actuar, siempre en estricto apego al derecho internacional”.

La presidenta Sheinbaum ya dejó la clara la posición de México en el conflicto durante sus últimas conferencias mañaneras. La mandataria instó a la ONU a actuar para “evitar un derramamiento de sangre”, además de ofrecer incluso el territorio mexicano para una posible negociación entre las dos partes. Ya van más de 100 muertos por los ataques estadounidenses a presuntas narcolanchas venezolanas en al Caribe. Maduro, junto a un puñado de altos cargos de su Gobierno, fueron hace un mes incluidos por el Departamento de Estado en su lista de terroristas internacionales, al ser considerados parte del llamado Cartel de los Soles.

La inclusión en esa lista negra amplía el margen para más sanciones contra el régimen chavista, además de abrir la puerta a emprender acciones militares en su territorio. Los carteles mexicanos también han sido calificados como organizaciones terroristas por la Casa Blanca. Algo que, junto a la reciente designación del fentanilo como “arma de destrucción masiva”, son movimientos que van en la misma línea de una hipotética incursión militar. En ese contexto, el Gobierno de Sheinbaum está aprovechando la escalada contra Venezuela para protegerse ante la posibilidad de que los ataques se contagien a México.

La crisis escaló otro peldaño la semana pasada, cuando Donald Trump colocó explícitamente su punto de mira en el petróleo de Caracas y ordenó el “bloqueo total de los petroleros sancionados” que entren y salgan de Venezuela. El decomiso durante los últimos días de dos barcos y la persecución de un tercero por autoridades estadounidenses, considerada por la Casa Blanca una guerra contra “buques fantasma”, ha precipitado la entrada en escena de China.

El Gobierno de Pekín ha acusado a Estados Unidos de “violar el derecho internacional” por lo que describió como “una incautación arbitraria de los buques de otro país”. China es el principal destino del petróleo que sale de Venezuela. Cerca de 700.000 barriles diarios de los 1,2 millones que está produciendo actualmente PDVSA van al país asiático. Rusia también ha empezado a tomar posiciones. El canciller venezolano, Yván Gil, anunció este lunes que su homólogo ruso “ratificó su pleno respaldo frente a las hostilidades” de Estados Unidos y que “brindará cooperación y apoyo a Venezuela en contra del bloqueo, manifestando total respaldo a las emprendidas en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU”.

La intervención este martes del delegado mexicano ha instado al Consejo a “orientar y encauzar los esfuerzos de paz en cumplimiento de su mandato”. Vasconcelos también ha pedido al secretario general del organismo a “hacer uso de sus buenos oficios para contribuir a desescalar las tensiones, promover la confianza entre las partes, facilitar el diálogo y generar condiciones que permitan una solución pacífica, sostenible y conforme al derecho internacional”.

El alegato de México ante la ONU llega además el mismo día en que un nuevo dron estadounidense ha sido detectado en territorio aéreo mexicano. Se trata de una aeronave militar dedicada a misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento que sobrevoló de madrugada el Golfo de México a la altura de las costas de Veracruz. Durante las primeras semanas del mandato de Trump, medios estadounidenses detectaron al menos 18 vuelos de este tipo de rones no tripulados para espiar, en teoría, a las mafias del narcotráfico. Los vuelos no se han limitado a la frontera entre los dos países, sino que se desarrollaron muy dentro de territorio mexicano.

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