Estados Unidos persiste en la cacería de Los Chapitos: “Faltan dos”
La Administración Trump celebra la culpabilidad de Joaquín Guzmán López ante una jueza de Illinois, pero reconoce que dos de sus hermanos continúan fugitivos
Estados Unidos ha puesto el foco sobre Los Chapitos desde que Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, se declarase el lunes culpable de narcotráfico y de formar parte del Cartel de Sinaloa ante un juzgado de Illinois. Guzmán López, de 39 años, se convertía en el segundo familiar en reconocer su vida criminal ante Washington. Su hermano Ovidio lo hizo un tiempo antes, al reconocer su participación en el narco el pasado 11 de julio ante la misma jueza, Sharon Johnson. La Administración de Donald Trump ha celebrado las palabras de Guzmán López, pero también ha reconocido que sus hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, por los que ofrecen 10 millones de dólares, continúan fugitivos: “Dos cayeron, faltan dos”. Son las últimas piezas del clan Guzmán en el tablero del Cartel de Sinaloa, pero también dos de los objetivos clave en la cacería de las autoridades estadounidenses contra los carteles mexicanos.
La fiscal General estadounidense, Pamela Bondi, ha expuesto la satisfacción del Ejecutivo por lo ocurrido. “Es una gran victoria contra el Cartel de Sinaloa y subraya la histórica y enérgica campaña de la Administración Trump para desmantelar las organizaciones terroristas que atacan al pueblo estadounidense”, ha expuesto en un comunicado difundido por el Departamento de Justicia. La fiscal ha remarcado que el cartel sinaloense “ha dedicado décadas a destruir familias estadounidenses mediante la violencia brutal y el narcotráfico letal”.
El fiscal Matthew R. Galeotti ha expuesto que bajo el liderazgo de Guzmán López y sus asociados, el histórico cartel mexicano “propagó la violencia y sobornó a funcionarios públicos para proteger sus negocios ilícitos”. “La División Penal y nuestros socios no descansarán hasta desmantelar por completo a los carteles criminales cuya violencia despiadada y distribución letal de narcóticos amenazan la seguridad y la salud del pueblo estadounidense”, ha expuesto R. Galeotti, jefe de la división.
Guzmán López también reconoció ante la magistrada haber cometido el secuestro internacional de Ismael El Mayo Zambada, uno de los socios históricos del Chapo, para entregarlo a las autoridades estadounidenses. La maniobra, que supuso el traslado de Zambada de Sinaloa a El Paso, Texas, también supuso la rendición de Guzmán López ante Washington. El Departamento de Justicia apunta a que las condenas por los primeros delitos van desde los 10 años de prisión a la cadena perpetua. El hijo del Chapo ya aceptó pagar 80 millones de dólares en su declaración, atribuibles al tráfico de diferentes drogas: 36 kilogramos de fentanilo, 90 de heroína, 450 de cocaína, 45 de metanfetamina y 90.000 de marihuana.
El término “terrorista” utilizado por Bondi para describir al cartel mexicano ahonda en la polémica política impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump, que designó a esos grupos criminales como organizaciones terroristas, una medida que, de acuerdo a los especialistas, podría vulnerar la soberanía de México. Es parte de la discusión que ambos países han mantenido en el último año. “No le va a gustar a México”, expuso el magnate mientras firmaba el decreto el pasado 20 de enero. La fiscal federal Andrew S. Boutros ha expuesto que esa implementación del Ejecutivo “no ha hecho más que reforzar” la determinación para rastrear y exigir responsabilidades a los grupos criminales. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha reiterado de manera constante su rechazo a cualquier política que conlleve el intervencionismo exterior en el país.