Las soluciones al campo propuestas por Agricultura se enfocan en tres Estados y dejan fuera al resto
Los manifestantes aún exigen incrementos en el precio de las toneladas vendidas, así como préstamos y seguros para sus cosechas
El 14 de octubre los limoneros de Apatzingán, Michoacán, tiraron los productos que habían cosechado a las calles. Cajas y cajas llenas de limones verdes fueron vertidas en los caminos. El entonces líder del sector, Bernardo Bravo, reclamó en un comunicado la intervención del Gobierno para que la Banca de Desarrollo recuperase las tasas preferenciales a los productores, regularizar los pozos agrícolas e incrementar las políticas públicas para impulsar al campo. Se oponían también a los “coyotes”, intermediarios que incrementan los precios de los productos antes de que lleguen a los hogares de los compradores, por lo que querían organizar jornadas de negociaciones directas con los empaquetadores. Asimismo, exigían seguridad para todos los empresarios.
En una asamblea afirmaron que los gastos de producción no se compensaban con la compra del producto, así que buscarían vender directamente a centrales y otros distribuidores. Apenas cinco días después de la reunión, Bernardo Bravo fue asesinado. Su último mensaje fue un llamado a los productores a organizarse para mejorar la venta del producto. La exigencia de seguridad se ha hecho más fuerte desde entonces, y las protestas se han multiplicado pues, además de los precios de producción, se suman las tasas impuestas por los criminales a través de la extorsión.
Las siguientes manifestaciones fueron organizadas principalmente por los productores de maíz, quienes hasta ahora han cerrado carreteras en gran parte del Bajío, que se conforma por Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Las realizaron para recibir mayores beneficios. Antes de las negociaciones recibían un pago aproximado de 4,70 pesos por kilo (25 centavos de dólar), de acuerdo con el Movimiento Agrícola Campesino (MAC). Buscaban que el pago llegara a 7,20 el kilo, o 7.200 pesos (390 dólares) la tonelada.
La Secretaría de Agricultura, representada por Julio Berdegué, entabló una serie de negociaciones para frenar el cierre de las carreteras, la medida de protesta elegida por los campesinos para presionar al Gobierno federal. Después de asfixiar durante un par de días las principales vías nacionales, las partes llegaron a un acuerdo con los productores del Bajío. Se impondría un precio de 6.050 pesos la tonelada, más un apoyo de 950 pesos por tonelada que se dará a 90.000 productores. Se otorgarán créditos y seguros para las cosechas, pero solo a los productores de maíz de Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Esto a pesar de que las manifestaciones se extendieron a 24 entidades, más de dos terceras partes del país.
México es un país de productores, cerca de 20 millones de hectáreas se cultivan en la república de acuerdo con los datos de 2024. Los mayores agricultores, sin importar los cultivos que generen, son Veracruz, Jalisco, Oaxaca, Chiapas y Tamaulipas. Sin embargo, Jalisco, Michoacán y Sinaloa se llevan los mayores ingresos en producción.
El maíz es el cultivo más común en la nación. Solo en 2024 se produjeron 24 millones de toneladas, en 6,5 millones de hectáreas, seguido del frijol, sorgo, trigo y la avena. En cuanto a los cultivos perennes, es decir, los que tienen ciclos muy largos, predominan los pastos cultivados, la caña de azúcar, el café, la naranja, la alfalfa y el limón.
Las condiciones laborales del campo
Cerca de 2,8 millones de mexicanos se dedican a las actividades agrícolas. En promedio, cuentan con un ingreso mensual de 2.750 pesos (148 dólares) y dedican cerca de cinco días de la semana a su trabajo en el campo. Solo el 10% cuenta con un segundo trabajo y el 83% es considerado como trabajador informal, es decir, no cuenta con prestaciones, de acuerdo con el Inegi.
Los Estados del sur del país son los que mayor número de trabajadores agrícolas aportan al campo, sin embargo, son las regiones donde se otorgan los menores salarios. Los trabajadores del campo de Oaxaca ganan 815 pesos por persona mensuales, un ingreso bao que contrasta con los jornaleros de Michoacán, que reciben cerca de 5.900 pesos por la misma labor. Los campesinos mejor remunerados se encuentran en Baja California Sur, donde tienen ingresos de hasta 9.900 pesos, de acuerdo a las cifras del primer trimestre de 2025 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
La producción de maíz mexicana y el precio internacional
Al anunciar el acuerdo con los productores, el secretario Berdegué planteó el problema que amenaza a la producción del maíz. Mientras México produce más, el resto de los países también lo hace, por lo que habrá más reservas del grano en los siguientes meses. Los mercados más grandes se dividen entre Estados Unidos (29,7%), Brasil (18,9%), Argentina (15,3%) y Ucrania (9,34%), de acuerdo con datos de 2022. México, en cambio, apenas aporta el 0,15% de las ventas internacionales del producto agrícola que más cultiva. Sin embargo, su consumo es alto. El país importa el 7,8% del total de las compras internacionales, solo detrás de China, quien se lleva el 10% y Japón, que ocupa el 8%.
El precio internacional actual del maíz sigue a la baja a comparación de abril de 2022, cuando alcanzó su nivel más alto gracias a las tensiones geopolíticas causadas por la guerra de Ucrania. Los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) fijan un precio de 195,71 dólares por tonelada (3.623 pesos) en julio de 2025, un número que no se veía desde finales de 2020.
Los productores de maíz también resaltan una cuestión particular de México. En el país existen dos grandes empresas que se dedican a la venta de harinas, Minsa y Gruma, conocida por su marca Maseca. Hasta 2023 tenían el control del 25% del mercado nacional, por lo que la regulación de los precios también pasa por su autoridad. Algunos productores exigen además que se retire las semillas de maíz transgénico, porque creen que alteran los cultivo regulares del país.
Las uniones de productores de maíz en Guanajuato sostienen que los nuevos precios que otorga el Gobierno mexicano no son suficientes y afirman que llamarán a los campesinos de otros Estados para exigir mejores condiciones. Entre algunos comentarios de solidaridad en redes sociales se asoman algunas otras demandas de campesinos de otras zonas y productos. Llaman a unirse para mejorar la totalidad del campo y a continuar convocando paros nacionales para que los productores y sus trabajadores obtengan más beneficios.