La tensión con China por los aranceles abre un nuevo frente para las relaciones comerciales de México
El Gobierno mexicano se alinea con los intereses de Estados Unidos, a pesar de que el país asiático es su segundo proveedor de bienes y materias primas
México ha decidido no agitar su statu quo comercial y mantener su apuesta económica alineada con los intereses de Estados Unidos, al tiempo que se anota unos puntos con los industriales locales. Si las negociaciones que mantuvo el Gobierno para construir una planta de BYD, el principal fabricante de autos eléctricos de China, permitieron elucubrar un acercamiento estratégico entre los países –a pesar de Donald Trump–, los aranc...
México ha decidido no agitar su statu quo comercial y mantener su apuesta económica alineada con los intereses de Estados Unidos, al tiempo que se anota unos puntos con los industriales locales. Si las negociaciones que mantuvo el Gobierno para construir una planta de BYD, el principal fabricante de autos eléctricos de China, permitieron elucubrar un acercamiento estratégico entre los países –a pesar de Donald Trump–, los aranceles a una tajada importante de las importaciones provenientes desde Asia debilitan esas pretensiones.
El equipo económico de la presidenta Claudia Sheinbaum detalló esta semana el contenido de un proyecto de decreto para imponer casi 1.500 nuevas fracciones arancelarias de hasta 50% en las compras externas, con un especial énfasis en los autos, autopartes, motocicletas, calzados, vidrio, acero o cartón provenientes desde China, el segundo mayor proveedor de bienes y materias primas de México. A julio de 2025, China vendió unos 11.581 millones de dólares en mercancías a México, un monto solo superado por Estados Unidos, que exportó casi el doble, 21.451 millones de dólares, según cifras del Banco de México (Banxico).
El proyecto forma parte de la columna vertebral del presupuesto de ingresos del próximo año, y provee una lectura de los intereses financieros de la mandataria, que ha demostrado que aunque intentará defender su autonomía regulatoria y territorial, está inclinada a mantener saludable su relación con su vecino y principal socio, una que ha costado al menos tres décadas de negociaciones de tratados de libre comercio. Mientras, también intenta responder a unas cada vez más declinantes cifras de manufactura local.
Óscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala que si bien la medida es presentada como recaudatoria, también se debe leer en clave de la negociación que afrontará México con Estados Unidos y Canadá durante los próximos meses para renovar el TMEC. “Está redactada en clave trumpiana. Si uno cambiara el nombre del país podría ser un documento emitido por la Casa Blanca. Y eso está bien, pero hoy México se queja de que Estados Unidos está cerrando el acceso al mercado y está haciendo exactamente lo mismo hacia el resto de los socios comerciales con los que no tiene tratado de libre comercio. Ahora, está respetando a la Organización Mundial de Comercio, y eso es una diferencia que no es nada trivial, aunque está actuando de una manera que rima mucho con la Casa Blanca”.
El proyecto de aranceles puede sufrir cambios en el Congreso, que debe discutirlo en su pleno y aprobarlo antes de que se convierta en una realidad. Si bien Morena, el partido gobernante y mayoría parlamentaria, ha dado señales de no ser un monolito, se espera que los presupuestos pasen sin cambios profundos. En el entretiempo, China prescribió prudencia, destacando que ambos países comparten una relación fructífera. La presidenta abrió las puertas a una conversación sensata y destacó que el país no será el único impactado, agregando que Corea del Sur también se acercó a Cancillería. La medida es efectivamente amplia e incluye los productos de 19 sectores, exportados desde China, Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia y Tailandia, para elevar los aranceles de un promedio de 16,1% vigente a un 33,8% y recaudar 40.000 millones de pesos adicionales en 2026.
“Es cierto que con la mayoría de los socios comerciales México tiene un tratado, el único grande con el que no es China. Pero, los 13.000 millones de dólares que importamos el año pasado de Corea no son triviales. O los 10.000 millones de India, tampoco. Se está elevando el costo para muchos países”, agrega Ocampo.
Más proteccionismo
El impacto de la disposición dependerá mucho de cómo resulte el decreto final. Sin embargo, desde ya se prevé que la pérdida para China, que se ha posicionado como una de las economías más abiertas del mundo y su principal exportador, no será relevante. Las ventas de México a China son un poco más significativas en contexto, aunque ampliamente superadas por las importaciones. El año pasado, la principal exportación fue cobre y sus concentrados por 2.315 millones, principalmente vendidos desde Sonora. Mientras que la principal compra de México a China en 2024 fue teléfonos móviles por 9.443 millones de dólares. La nación norteamericana tampoco ha sido un receptor significativo de inversión extranjera directa (IED) china: el año pasado contabilizó 710 millones de dólares por este concepto.
Al mismo tiempo, los indicadores de fortaleza manufacturera de México, un bastión de su economía, también están delatando debilidad. La actividad industrial disminuyó 1,2%, en julio de 2025, a tasa mensual, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La manufactura se contrajo 1,8% anualizada.
Estas cifras, acompañada de la gran capacidad instalada y subutilizada, están alimentando el discurso oficial. “China no tiene mucho espacio donde imponer represalias. México exporta prácticamente nada a China. Tenemos un déficit comercial de 17 a 1”, enumera Jorge Guajardo, exembajador de México en el país asiático desde 2005 a 2013.
“No creo que esto se deba a la presión de Estados Unidos. Es meramente para defender la industria y los trabajos en México que no tenían manera de competir con estas importaciones chinas que vienen con subsidios y a bajo precio, y casualmente se alinea con los intereses de Estados Unidos. Y enhorabuena, porque si ayuda en la negociación del TMEC es muestra de que México y Estados Unidos tenemos intereses alineados en los temas de China y por eso hacemos una buena alianza comercial”, zanjó el consultor de DGA Group, quien incluso recomendó un arancel de 100% para frenar efectivamente la importación de autos desde China.
El experto también agregó que todavía falta revisar el tratado de libre comercio con Vietnam, desde donde sostiene que ingresan muchas importaciones chinas. “Ese capítulo queda abierto para una fecha futura”.