Fernanda Trías: “La sensación de ser extranjero es abrumadora”

A Fernanda Trías (Uruguay, 48 años) le han preguntado innumerables veces cómo es que se le ocurrió crear Mugre rosa (2020), esa novela que la autora terminó de escribir solo unos meses antes de que la pandemia del coronavirus encerrara a millones de personas en el mundo y que el miedo a los otros se apoderara más que nunca de las mentes y de las emociones de casi todos los seres humanos. Se lo han preguntado porque su novela describió un escenario muy parecido al que se vivió entonces: una mujer y un niño están confinados en un departamento de Montevideo porque el aire afuera puede ser ...

A Fernanda Trías (Uruguay, 48 años) le han preguntado innumerables veces cómo es que se le ocurrió crear Mugre rosa (2020), esa novela que la autora terminó de escribir solo unos meses antes de que la pandemia del coronavirus encerrara a millones de personas en el mundo y que el miedo a los otros se apoderara más que nunca de las mentes y de las emociones de casi todos los seres humanos. Se lo han preguntado porque su novela describió un escenario muy parecido al que se vivió entonces: una mujer y un niño están confinados en un departamento de Montevideo porque el aire afuera puede ser mortal.

Seis años después de la publicación de la obra, considerada por muchos como una extraña premonición, Trías aterriza por primera vez en Oaxaca, en el sur de México, para ser parte de la Feria Internacional del Libro de ese Estado, y habla de la evolución de Mugre rosa, una vez pasada la pandemia. La escritora también halaga, maravillada, el emplazamiento del evento literario en el corazón de la capital oaxaqueña y habla de lectores como de milagros: “Tú no sabes cuántas personas se comprarán tu libro porque te escucharon en la feria de Oaxaca. Cada una de esas lecturas es milagrosa, un encuentro improbable”, dice.

Hay flores de cempasúchil, un elemento básico en las tradiciones por el Día de Muertos en México, por casi todos los rincones del Zócalo de Oaxaca; el polvo que levantan las obras de reparación de algunos muros y construcciones en la plaza pública se mezcla con el ruido de las herramientas, y las voces y conversaciones de cientos de personas que atraviesan a todas horas la explanada. A Trías el aire le revuelve el cabello largo, mientras camina entre ese espacio reducido, con las montañas de fondo, que de pronto parece ser un todo: encuentro de autores de varias partes del mundo; pasillos de editoriales; escenario de espectáculos de cuenta cuentos, bailes, y presentaciones de personas que toman los micrófonos y tratan de hablar con el ritmo indicado para que la gente que ha decidido detenerse un momento mientras pasaba por ahí, no abandone sus sillas.

Esas características de las ferias al aire libre son las que más le gustan a la autora: “Aquí es un estar y un convivir y un integrarse entre lo que es la ciudad, la plaza y la feria. Muchas veces hay personas que estaban de paso y que se interesaron por algo que estabas diciendo o que justo estaban en un rato libre y se sentaron ahí, empezaron a escuchar y se intrigaron y entonces después fueron a buscar el libro. Esos son los encuentros que son completamente azarosos”, cuenta.

Trías, que hace más de dos décadas no vuelve a su natal Uruguay y que ha tenido una vida nómada con residencias en distintos países —el reciente es Colombia—, cuenta que le preocupaba mucho el foco que se puso sobre Mugre rosa y que se quedara en el contexto mundial y en las tantas coincidencias con la pandemia real, más que en temas en los que ella se basó para escribirla: la crisis ecológica y el calentamiento global. “Se puso muchísimo el foco en las artes adivinatorias, porque había muchas coincidencias: los tapabocas, los encierros, la forma en cómo el Estado volvió a tomar el control de las libertades individuales; todo lo que tenía que ver con el Ministerio de Salud, las cifras de muertos, de contagiados, todo estaba allí. Todo eso llamó mucho la atención por ser unas coincidencias tan precisas, pero desde el inicio yo sentí un cierto temor de que eso opacara y dejara de lado cosas que para mí eran fundamentales”.

Afortunadamente, la novela retomó un camino que le permitió llegar a miles de lectores en el mundo, que comenzaron a reflexionar, una vez pasada la emergencia mundial, en los problemas que plantean los protagonistas y que van desde la problemática ambiental hasta la relación de las personas con su propio cuerpo, con el miedo, con sus relaciones personales, o con la forma en la que habitan el mundo. Además, el libro también ganó varios premios literarios que lo catapultaron para llegar a todavía más lectores: como el Sor Juana Inés de la Cruz (en 2021), que se otorga desde 1993 en la Feria del Libro de Guadalajara, además de haber sido nominada al National Book Award estadounidense.

“Nunca sabemos como autores si un libro va a resistir el paso del tiempo, pero si lo resiste no se va a ir leyendo de la misma manera, va a seguir cambiando, porque se va a leer desde el lugar en el que está el mundo en ese momento. Por suerte he notado que se ha dejado de lado un poco hablar tanto del tema pandémico y nuevamente la conversación ha vuelto al tema de la crisis ambiental, a los cuidados, a los vínculos y a otros temas que a mí me interesaban particularmente”, asegura Trías, que estrena este 2024 en México la publicación de su libro de cuentos No soñarás flores (Dharma Books), una obra publicada originalmente en 2016.

“Es mi primer libro de cuentos, en su mayoría de historias de protagonistas mujeres, en un momento de sus vidas en que el peso del pasado ya comienza a ser lo suficientemente grande como para tener que cuestionarse todas sus decisiones hasta el momento y cómo reconstruirse de ahora en más”, complementa.

No soñarás flores, asegura su autora, reúne vivencias de los países en los que ha vivido en los últimos 20 años: Francia, Alemania, Argentina, Chile y Estados Unidos. “Resume todo mi periodo itinerante y todas estas ciudades son el escenario. Historias que tienen que ver con la sensación abrumadora de ser extranjero”, finaliza.