El diseñador que quiere eliminar la basura electoral de Ciudad de México con aguja e hilo
Camilo Morales busca dar una nueva vida a las lonas de rostros y mensajes pidiendo el voto que han sobrecargado el paisaje urbano. Organizaciones advierten del problema ambiental que supone el empleo de plásticos de un solo uso
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Los retazos de decenas de lonas electorales decoran desde hace días las mesas del estudio de Camilo Morales (Ciudad de México, 32 años). A solo unos metros, dos cajas de cartón guardan otros tantos lienzos con rostros de políticos que piden apoyos de la ciudadanía a sus ambiciones para liderar diferentes niveles gubernamentales a partir del 2 de junio. Morales comenzó a recoger y arrancar alguna de estas miles de lonas para experimentar con ellas, un gesto con el que trata de reducir el impacto de los residuos que generan creando bolsas reutilizables. Los datos estimados de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano advierten que el cúmulo de basura electoral tras las presentes elecciones puede llegar a alcanzar las 25.000 toneladas sólo en la Ciudad de México. Lo que equivale al peso de 865 vagones como de metro capitalino.
“Desde que soy consciente y recuerdo los procesos electorales, se me hace horrible ese recurso de llenar los postes con las caras de candidates. Pero en este proceso electoral se la volaron”, comenta el diseñador a América Futura en su lugar de trabajo. Menciona cómo el periodo de colgado de lonas se ha ampliado en esta ocasión por factores como el de los comicios internos de los partidos para buscar candidatos (“la pre, pre, precampaña”, como le llama en tono de broma).
Los tatuajes de Morales resaltan la vena artística del diseñador. Hace ya siete años que comenzó su pequeño proyecto de moda, Rere Mx, que le llevó a realizar unas primeras impresiones en serigrafía y a adentrarse más tarde en el mercado de las prendas de segunda mano. “Iba a los bazares y me chuleaban [alababan] mis prendas. Llegó un punto donde quería meterle mi creatividad y mi trabajo a las prendas, que no fuera solo como vender algo que encontraba ya hecho”, explica. Un perchero muestra parte de ese trabajo de intervención a las prendas: pantalones de mezclilla o camisas compuestos de retazos de pantalones, faldas o minifaldas. “Una ventaja es que si algo llega a salir mal, como la tirada es de reutilizar los residuos, puedo acabar haciendo otra cosa con eso y ya”.
El diseñador no ha contabilizado el número de lonas que le rodean en la habitación en la que se encuentra. Su iniciativa es una de las muestras del hartazgo que esa propaganda genera en algunos chilangos cansados de la contaminación visual. Hace unos días comenzó una campaña para que la gente le trajera lonas al lugar. A cambio, compensaba la entrega con alguna de sus bolsas o descuentos en las prendas de su marca. Una de las vecinas que se enteró de la iniciativa, le trajo tres cajas de cartón llenas de lienzos, que ahora se asoman desde uno de los rincones de la sala. “Me cayó chido. Me dijo que se organizó con las vecinas para bajar las lonas y las tenían almacenadas sin saber qué hacer”, cuenta. “Su propósito era quitarlas porque estaban afeando y no tirarlas a la basura, sino que alguien pudiera aprovecharlas”.
Es un descontento que no solo comparten los vecinos. La organización ambientalista Greenpeace realizó una colecta de lonas electorales entre el 18 y el 19 de mayo y las dejó frente a las sedes de los principales partidos políticos. La acción de la ONG buscaba responsabilizar a los partidos y las instituciones electorales del problema que generan los plásticos de un solo uso utilizados durante los comicios. Los activistas recorrieron cinco de las colonias de la ciudad ―Coyoacán, Tlalpan, Benito Juárez, Iztapalapa y Miguel Hidalgo― y observaron que la mayor parte de los lienzos recogidos pertenecían al partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y al opositor Partido Acción Nacional (PAN).
Las lonas arrancadas por los ambientalistas colgaban en puentes peatonales, postes y camellones, “poniendo en riesgo a peatones y conductores al invisibilizar el paso”, una prohibición prevista en la normativa del Instituto Nacional Electoral (INE). El árbitro de los comicios indica que las autoridades electorales pueden ordenar el retiro de aquellas publicidades de los partidos que “obstaculicen la visibilidad de los señalamientos que permiten a las personas transitar y orientarse dentro de los centros de población”.
Un candidato mira desde la ventana
Las lonas colgadas en las calles aledañas al estudio cuentan con rotos significativos; otras con algunas pintadas que tratan de ridiculizar al candidato de la imagen. El diseñador ha notado cómo algunos partidos han buscado reforzar el gramaje y la resistencia de los materiales para evitar inconvenientes. No desvela ningún nombre en concreto de qué formación ha podido invertir más recursos en su publicidad, pero el grosor de las lonas del candidato a la jefatura de Gobierno de Ciudad de México por la alianza PAN-PRI-PRD, Santiago Taboada, es perceptible fácilmente.
Frente al estudio, un cartel refleja el rostro del candidato panista a la Alcaldía de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabé, que mira fijamente hacia el lugar.
―¿Qué le parecen las lonas desde el punto de vista estético?
―Está interesante, creo que de ahí se puede analizar mucho. Ese candidato que se ve allí en la puerta de adelante siempre lo vi con la mirada de (el director de cine Stanley) Kubrick, cuando se vuelven locos sus personajes (al inclinar el rostro hacia el frente). También supongo que es como que dar este mensaje de firme y duro contra la delincuencia.
La máquina de coser de su abuela
Ya hace algunos años que Morales le pidió a una de sus amigas que le enseñara a coser con máquina. A partir de ahí, siguió aprendiendo a realizar costuras de forma autodidacta. Junto a él tiene dos máquinas de coser. Señala una de ellas: “Esta máquina, que era de mi abuela, es con la que me empecé a soltar, a aprender”.
El primer paso de proceso creativo para aprovechar las lonas pasa por limpiarlas con un trapo, agua y jabón. Nunca antes había trabajado con este material, lo que le ha llevado a un ejercicio de prueba y error: “Fue ir probando, ir rompiendo agujas, ir rompiendo hilos acá en la Over [la máquina de coser]”. Ahora, ha pintado algunas de esas bolsas que ha creado. Probó con los aerosoles de grafiti, pero la pintura se cuarteaba; ahora, dibuja los diseños con pintura acrílica para dejar un mejor acabado. Muestra una de sus bolsas, la mueve y dobla, y la pintura aguanta sin daños.
El diseñador no ha sentido miedo a represalias por quitar alguna de las lonas que llegan a incumplir la normativa del INE, aunque su padre le intentó amedrentar al principio. El Código Penal capitalino no regula a la ciudadanía sobre el retiro de las promociones, aunque sí lo hace con los servidores públicos, sobre los que pueden recaer multas o inhabilitaciones.
La iniciativa del chico de 32 años ha llevado a que varios medios lleguen a su estudio en los últimos días. Esto le ha llevado a reflexionar acerca del tema y el significado real de su huella. “Me preguntan si pienso que puedo contrarrestar lo que causa ese recurso. Y pues no. Soy yo, tal vez tres personas organizándose para quitarlas, pero es ir en contra de la estructura de ¿cinco partidos?, ¿seis?, ya ni siquiera sé cuántos son”.
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