El viaje del ‘Códice Tlaquiltenango’, el último tesoro recuperado de México
España devuelve a México el documento pictográfico de la época virreinal que había sido subastado en 100.000 euros, casi dos millones de pesos
España ha devuelto a México un fragmento perdido del Códice Tlaquiltenango, un documento de gran valor arqueológico que fue subastado en la Casa Alabarte, en 2017, por 100.000 euros, casi dos millones de pesos. El pasado mes de noviembre, la justicia española dio la razón al Gobierno mexicano y ordenó la devolución de la pieza a su país de origen. El documento fue retirado de la subastadora por la Guardia Civil a petición de la Cancillería mexicana, pero ha sido hasta ahora, seis ...
España ha devuelto a México un fragmento perdido del Códice Tlaquiltenango, un documento de gran valor arqueológico que fue subastado en la Casa Alabarte, en 2017, por 100.000 euros, casi dos millones de pesos. El pasado mes de noviembre, la justicia española dio la razón al Gobierno mexicano y ordenó la devolución de la pieza a su país de origen. El documento fue retirado de la subastadora por la Guardia Civil a petición de la Cancillería mexicana, pero ha sido hasta ahora, seis años después, que la entrega se ha hecho de manera oficial. El Juzgado de Instrucción 41 de Madrid acordó la devolución a la Embajada de México el 30 de noviembre de 2023. “El gesto refuerza los lazos entre ambos países y subraya el compromiso compartido con la preservación del patrimonio cultural”, ha declarado el Gobierno mexicano a través de un comunicado.
El embajador de México en España, Quirino Ordaz, ha recibido la pieza de manos del magistrado Juan Carlos Peinado García, en representación de la justicia española. Junto con el códice se han entregado además tres piezas. Tres estatuillas que han sido devueltas de manera voluntaria por una ciudadana española, quien las tenía en su colección privada. Nadie conoce el tamaño real del conocido como Códice Tlaquiltenango, un conjunto de documentos pictográficos, en su mayoría, que data aproximadamente de entre 1525 y 1569.
Estos documentos pintados en papel amate, fueron descubiertos en 1909 entre las paredes del Convento de Santo Domingo de Guzmán, en Tlaquiltenango, en el Estado de Morelos. Los códices fueron adheridos “sin un orden preestablecido” a los frisos del claustro bajo del convento, cuando estaba habitado por frailes franciscanos, como señala Laura Elena Hinojosa, restauradora-perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la revista de la Academia Mexicana de Ciencias. “El propietario del terreno, Juan Reyna, los desprendió con la ayuda del arqueólogo estadounidense del Museo de Historia Natural de Nueva York, Herbert J. Spinden, y entre ambos vendieron casi todos los fragmentos a este museo”, ha comentado en sus redes sociales la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se calcula que en total hay un total de 345 fragmentos de los que 207 continúan tras las paredes del convento. Tlaquiltenango durante el siglo XVI fue una ciudad importante de la nación tlahuica, cuya capital era Cuauhnahuac, el actual Cuernavaca. El fragmento devuelto por España mide 35 centímetros por 20 centímetros y está muy deteriorado, aunque todavía alcanza a mostrar lo que parece una lista de tributos e intercambios.
Dentro de las secciones cuadriculadas están representadas monedas o unidades de pago y el nombre del tributario en español y apellido en náhuatl, junto con su imagen a través de pequeños rostros masculinos y femeninos, éstas últimas con el característico peinado de trenzas sobre la cabeza. “Dentro de las monedas también se halla dibujada algo parecido a una pepita, que puede referirse tanto a una balanza donde se pesaba un peso de oro o de plata, o bien a una bolsa donde se guardaba oro y plata en polvo”, señala Hinojosa, quien apunta a que los dibujos guardan elementos de técnica tradicional indígena.
El trozo devuelto por España, según los expertos, forma parte de otros quince códices más y se complementa con 132 fragmentos que tiene el Museo de Historia Natural de Nueva York, y otros seis de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de México. “No se sabe si estos códices pertenecen específicamente al poblado de Tlaquiltenango, debido a que no hay glifos toponímicos del pueblo, ni tampoco está escrito el nombre con glosas en escritura latina. Sin embargo, es seguro que provengan de la zona que conformaba la Villa de Tlaquiltenango, porque en los documentos aparecen los glifos toponímicos de Panchimalco y Xochitepec, poblados cercanos a Tlaquiltenango”, agrega la doctora del INAH.
La recuperación del códice se suma al esfuerzo de las embajadas y consulados de México por recuperar parte de su patrimonio. Durante la actual Administración, México ha traído de vuelta más de 13.000 piezas arqueológicas. La estrategia del Gobierno federal y las Secretarías de Cultura y Relaciones Exteriores, el INAH, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y la Agencia Nacional de Aduanas, se ha enfocado en el último sexenio en proteger y restituir los bienes culturales e históricos del país. “México reafirma su compromiso con la protección de su patrimonio, un pilar de su identidad y cultura”, ha señalado la Embajada en España.
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