Dante, pandemia y soledad: la búsqueda de la redención del pintor Guillermo Arreola
El artista presenta en Ciudad de México su exposición ‘Provincia purgatorio’, 16 obras en las que reflexiona sobre la incertidumbre de la vida, las crisis artísticas o la desolación causada por el encierro pandémico
El pintor mexicano Guillermo Arreola (Tijuana, 54 años) es un lector asiduo de la Divina Comedia, la monumental obra de Dante Alighieri. El artista se sumerge extasiado en las páginas del largo poema y se pierde principalmente en la segunda parte, en el Purgatorio, ese lugar donde las almas bajan a redimir pecados. Esa idea de caída y redención enmarca la nueva exposición que Arreola presenta en Ciudad de México bajo el título de ...
El pintor mexicano Guillermo Arreola (Tijuana, 54 años) es un lector asiduo de la Divina Comedia, la monumental obra de Dante Alighieri. El artista se sumerge extasiado en las páginas del largo poema y se pierde principalmente en la segunda parte, en el Purgatorio, ese lugar donde las almas bajan a redimir pecados. Esa idea de caída y redención enmarca la nueva exposición que Arreola presenta en Ciudad de México bajo el título de Provincia purgatorio, una reflexión sobre la incertidumbre de la vida, la soledad, las crisis artísticas, la desolación causada por el encierro de la pandemia y la necesidad de redimirse. “Es un intento de acatar los cambios y reconocer que hay que proseguir con un modo distinto de ver las cosas”, explica Arreola durante un recorrido en la exposición, abierta al público desde la noche del miércoles en la Galería Lamm de la colonia Roma.
Se trata de una exhibición de 16 obras que han nacido, dice el autor, de una “crisis artística”. Aunque las pinturas no son una referencia directa al encierro, aislamiento y la soledad impuestos por la pandemia de covid-19, algunas fueron creadas también durante esos momentos difíciles, cuando la humanidad se debatía en una terrible incertidumbre sobre las consecuencias que la peste podría generar. Uno de los cuadros hace referencia a eso, bajo el título Confinamientos, que muestra una serie de retratos que bien podrían recordar una reunión de Zoom, tan comunes en aquellos días aciagos, en los que parecía que la sociedad entera pasaba por el purgatorio. “Me pareció el término más adecuado para describir un periodo de tiempo y de espacio, pero también de crisis artística. Elegí ese título también a conciencia, porque trataba de definir lo que significaba un cambio en mi vida, un cambio de residencia de una ciudad a otra y al mismo tiempo las implicaciones que estaba representando en términos de dificultades a la mitad de la pandemia”, explica Arreola.
Si bien la soledad es uno de los temas que se ven reflejados en las pinturas, Arreola también lo presenta como una crítica. Aunque la humanidad se vio obligada a la soledad por la pandemia, el autor dice que el ser humano parece infligirse ahora un aislamiento o alejamiento del otro, con la preferencia de mantener contactos a través de la tecnología, algo que lo irrita. Él mismo se sorprendió durante la inauguración de la exposición al percatarse de que llegaron amigos que tenía años de no ver más allá del contacto virtual. Una de las pinturas muestra a un hombre en un sofá, en soledad, con su perro en el regazo, pero una cara inquietante, de sufrimiento. “Creo que me identifico cada vez más con estas emociones o estos sentimientos de soledad, de incomunicación. Creo que vivimos una crisis humanitaria en relación con la comunicación, a pesar de que estamos ahora supercomunicados, pero esas son solo pantallas”, dice el pintor.
Son esos sentimientos, explica Arreola, los que lo llevaron a expresar esa idea de purgatorio en las pinturas, una purga muy personal, en la que pesaban los problemas íntimos, el cambio de vida, de ciudad, el aislamiento. Un purgatorio por el que tenía que pasar para lograr justamente la redención. “Asumir e imponerme la vivencia de la purga me otorgó tranquilidad mental. El purgatorio es un estado de las almas y es una oportunidad para la transformación, porque al purgatorio no se llega a pagar algo, sino para ir hacia una forma de redención”, dice.
Con esta exposición en Casa Lamm (una hermosa construcción afrancesada, construida a principios del siglo XX, restaurada y convertida en un centro cultural donde se realizan presentaciones de libros y de artes visuales, exposiciones y talleres de literatura), Arreola, que además es escritor, llega a más de 20 años de trabajo artístico, con 28 exposiciones individuales y 14 colectivas, dentro y fuera de México. Como escritor, es autor de las novelas La venganza de los pájaros (Fondo de Cultura Económica, 2006), Fierros bajo el agua (Joaquín Mortiz, 2014) y del libro de relatos Traición a domicilio (Joaquín Mortiz, 2013).
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