Género: la estrategia del Poder Judicial mexicano para conquistar la igualdad

La OEA acaba de reconocer el plan del organismo con el Premio Interamericano a las Buenas Prácticas para el Liderazgo de las Mujeres

La SCJN y el Consejo de la Judicatura Federal recibieron el Premio Interamericano a las Buenas Prácticas para el Liderazgo de las Mujeres en el marco de la Cumbre de las Américas.Cortesía

La agenda de género en el continente americano es hoy más importante que nunca. A pesar de que las mujeres han conquistado espacios y derechos que parecían inalcanzables, sus libertades más básicas enfrentan amenazas que parecían superadas, lo que confirma que falta un largo camino que recorrer para conquistar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

Seguimos teniendo con las mujeres una deuda histórica. Les debemos el reconocimiento pleno de sus derechos fundamentales, las mismas oportunidades profesionales, los mismos espacios de decisión política, entornos libres de violencia ...

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La agenda de género en el continente americano es hoy más importante que nunca. A pesar de que las mujeres han conquistado espacios y derechos que parecían inalcanzables, sus libertades más básicas enfrentan amenazas que parecían superadas, lo que confirma que falta un largo camino que recorrer para conquistar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

Seguimos teniendo con las mujeres una deuda histórica. Les debemos el reconocimiento pleno de sus derechos fundamentales, las mismas oportunidades profesionales, los mismos espacios de decisión política, entornos libres de violencia de género. Sencillamente, la libertad de regir sus vidas sin los límites de una sociedad que les impone un modelo único de ser.

Por ello, en el Poder Judicial mexicano adoptamos una estrategia inédita para consolidar la igualdad de género en la justicia federal. En tres años implementamos acciones revolucionarias para detonar el liderazgo de las mujeres en la carrera judicial, transformar la cultura institucional y garantizar la impartición de una justicia con perspectiva de género. El pasado 9 de junio, la Organización de los Estados Americanos (OEA) distinguió esta estrategia con el Premio Interamericano a las Buenas Prácticas para el Liderazgo de las Mujeres, que reconoce las mejores políticas para empoderar a las mujeres en el continente americano.

La estrategia que adoptamos partió, como primer paso, de un diagnóstico institucional que evidenció tres problemas estructurales: una representación insuficiente de mujeres en los cargos judiciales y en todos los espacios de decisión, un entorno laboral hostil y con oportunidades dispares, y una formación de personas juzgadoras e impartición de justicia deficiente en su compromiso con la perspectiva de género.

Por lo tanto, desde un enfoque de igualdad sustantiva, adoptamos acciones en tres ejes. Primero, desplegamos un esfuerzo sin precedente para aumentar el número de mujeres en espacios de decisión, mediante procesos transparentes orientados por el mérito, la paridad y la perspectiva de género. Hoy, todos los concursos para acceder al cargo de jueza de distrito o magistrada de circuito han sido paritarios o exclusivos para mujeres, lo cual ha recibido el reconocimiento del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Los resultados alcanzados fueron posibles gracias a la implementación de cambios muy importantes en las reglas internas de la carrera judicial. Sin embargo, con motivo de una reforma constitucional y legal impulsada por el Poder judicial mexicano, la paridad adquirió la fuerza y permanencia necesarias para convertirse en una política consolidada y una práctica ejemplar a nivel internacional.

Con todo, para detonar el liderazgo de las mujeres en un contexto de desigualdad histórica en su contra es indispensable transformar la cultura institucional de raíz, lo cual exige desterrar todas las barreras que impiden su desarrollo igualitario.

Por ello, en segundo lugar, nos propusimos transformar el entorno laboral a través de una política integral que comprende, por un lado, el combate especializado contra el acoso sexual, el hostigamiento, la violencia y cualquier forma de discriminación contra las mujeres; y por el otro, la adopción de una serie de políticas inéditas en la región para conciliar la vida personal, familiar y laboral, y romper estereotipos. Extendimos las licencias de paternidad a 3 meses, equiparándolas a las licencias de maternidad; extendimos los permisos de lactancia de 6 meses a 2 años; inauguramos 144 salas de lactancia y garantizamos el acceso permanente a la atención ginecológica para mujeres de la judicatura.

Finalmente, desde el punto de vista de la impartición de justicia, nos propusimos incorporar la perspectiva de género a toda nuestra labor institucional, por lo que ésta es ahora un principio fundamental en la formación de todo el personal jurisdiccional y de la defensoría pública. Actualmente está en desarrollo un curso básico sobre igualdad de género en colaboración con la Agencia de las Naciones Unidas para el Empoderamiento de las Mujeres que será parte constitutiva de la carrera judicial.

A lo largo de tres años, el Poder Judicial mexicano ha demostrado con hechos su compromiso con la igualdad de género. Las políticas que adoptamos no son temporales. Son cambios profundos consolidados en la Constitución, las leyes y la normativa interna, que se han traducido en resultados tangibles.

Hoy la Justicia Federal mexicana es diferente. En ella se garantizan oportunidades igualitarias de acceso y promoción en la carrera judicial; se forman juezas, jueces, defensoras y defensores públicos con perspectiva de género e interseccional; se combate decisivamente cualquier forma de violencia y discriminación en contra de las mujeres y se trabaja todos los días por consolidar una cultura institucional diferente, respetuosa de la dignidad de todas las personas.

El Premio Interamericano es un reconocimiento para el Poder Judicial de la Federación, que lo erige en referente internacional en políticas de género. Es un premio para las personas que lo integran, pero también es un premio que honra y distingue a nuestro país, pues la Justicia Federal es parte del Estado Mexicano. Ante todo, el Premio es un testimonio de que los cambios son posibles, de que las estructuras de discriminación se pueden desmontar con compromiso, voluntad y convicción.

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