EE UU reconoce el “liderazgo” medioambiental de México por sus proyectos de reforestación
La visita del enviado especial de Biden para el cambio climático, John Kerry, acerca posiciones de cara a la oferta mexicana de trasladar a Centroamérica sus programas sociales en el campo
La visita este lunes del enviado especial del Gobierno de EE UU para el cambio climático, John Kerry, se ha saldado con un nuevo acercamiento de posiciones de cara una futura agenda bilateral. El Gobierno mexicano sacó pecho de su mayor apuesta medioambiental, el programa social de reforestación de miles de árboles en el sur del país y Kerry reconoció las virtudes de un proyecto que se fundamenta además en la creación empleo agrícola y ataja...
La visita este lunes del enviado especial del Gobierno de EE UU para el cambio climático, John Kerry, se ha saldado con un nuevo acercamiento de posiciones de cara una futura agenda bilateral. El Gobierno mexicano sacó pecho de su mayor apuesta medioambiental, el programa social de reforestación de miles de árboles en el sur del país y Kerry reconoció las virtudes de un proyecto que se fundamenta además en la creación empleo agrícola y atajar así las cosas de la migración. “Reconocemos que estos bosques pueden ser una fuente de prosperidad y símbolo del liderazgo de México un momento crítico para el cambio climático”, apuntó el representante estadounidense en un acto en Palenque, a un paso de la frontera con Centroamérica.
La intención de México es, de hecho, extender el programa conocido como Sembrando Vida a los países del sur vinculando la agenda verde a la migratoria e involucrar al gobierno de EE UU en la empresa. Las negociaciones avanzan lentamente tras una primera tentativa frustrada. En abril, en la antesala de la Cumbre de líderes por el clima, Estados Unidos descartó la primera propuesta mexicana que pasaba por ofrecer visas de trabajo a centroamericanos a cambio de contribuir a la reforestación.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hizo pública el mes pasado una carta dirigida a su homólogo Joe Biden donde le instaba a sumarse a un plan que, según sus cuentas, pasa por la siembra de tres millones de hectáreas en Centroamérica que crearían 1,3 millones de empleos en la región. Un plan que, además de la inversión conjunta de ambos países, contaría también con el respaldo de la otra gran apuesta mexicana, el proyecto de cooperación y desarrollo anunciado en 2019 y auspiciado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La carta fue respondida por la Casa Blanca aceptando llevar a cabo una primera “prueba pilota conjunta”. En vísperas de una nueva cumbre de la ONU sobre el cambio climático y a falta de concretar cifras y plazos, Kerry se limitó de momento a subrayar la importancia estratégica de México en materia medioambiental y anunciar que se trata de una colaboración que quiere “llevar más allá”. En unos términos parecidos se expresó López Obrador: “El Gobierno de EE UU tiene la voluntad de que este programa (Sembrando Vida) se amplíe y enfrentar así también el fenómeno migratorio”.
Pese a no abrazar por completo la agenda del llamado Green New Deal, bandera del sector más progresista del bando demócrata, Biden ha demostrado que la agende del medio ambiente es una de sus prioridades. En septiembre anunció un ambicioso plan que pretende transformar la industria eléctrica en Estados Unidos: lograr que para 2050 el 45% de la electricidad provenga de la energía solar. Un mes antes firmó una orden ejecutiva que establece el objetivo de que la mitad de los coches nuevos vendidos en EE UU para 2030 sean eléctricos o con emisiones cero —a batería, pila de combustible o híbridos enchufable.
La política verde ha sido desde el inicio uno de los asuntos que más preocupación despertaron en la agenda bilateral. López Obrador ha redoblado su apuesta por el carbón y el petróleo. Como resultado, las energías renovables están en retroceso, ante la clara línea política de rescatar a toda costa el esplendor de Pemex y CFE, las dos viejas empresas públicas energéticas. Las ortodoxas políticas de López Obrador en materia energética ya provocaron roces diplomáticos con la Unión Europea y Canadá.
Además de defender la eficacia de su programa agrícola, para el que ha invertido 1.300 millones de dólares con un resultado de 450.000 empleos, López Obrador también hizo mención a sus otros objetivos en materia de política energética: “Vamos a impulsar la energía eléctrica generando con agua y vamos a limitar la extracción de petróleo exclusivamente al consumo interno”.
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