El presupuesto de 2022 buscará sacar adelante los grandes proyectos de López Obrador de cara al cierre de su Gobierno

A falta de una reforma fiscal, como el Ejecutivo había propuesto a principios de año, analistas esperan que el Paquete Económico 2022 sea limitado, considerando los gastos necesarios en salud y pensiones

El secretario de Hacienda de México, Rogelio Ramírez de la O, en la antigua sede del Senado el 27 de agosto.Galo Cañas (CUARTOSCURO)

El primer presupuesto del secretario de Hacienda en México, Rogelio Ramírez de la O, pudiera cambiar el tono que la Administración de Andrés Manuel López Obrador ha tenido hasta ahora con la oposición. Ramírez de la O, quien tomó las riendas de la cartera a mediados de julio, deberá presentar al Congreso el Paquete Económico 2022 a más tardar el 8 de septiembre. Analistas y expertos temen que la propuesta pueda ser “cortoplacista” y con “tintes electorales”....

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El primer presupuesto del secretario de Hacienda en México, Rogelio Ramírez de la O, pudiera cambiar el tono que la Administración de Andrés Manuel López Obrador ha tenido hasta ahora con la oposición. Ramírez de la O, quien tomó las riendas de la cartera a mediados de julio, deberá presentar al Congreso el Paquete Económico 2022 a más tardar el 8 de septiembre. Analistas y expertos temen que la propuesta pueda ser “cortoplacista” y con “tintes electorales”.

Los programas sociales y la estabilidad de las finanzas públicas seguirán siendo la prioridad, aseguró Ramírez de la O el viernes en una reunión con legisladores de Morena, partido oficialista. Las megaobras emblemáticas del presidente, como el Tren Maya en la península de Yucatán y la refinería de Petróleos Mexicanos en Dos Bocas, seguirán siendo la apuesta para impulsar el empleo. Pero, a diferencia de los primeros tres años de este sexenio, especialistas esperan que Ramírez de la O incluya también un incremento en la inversión pública a través de proyectos regionales en los Estados, muchos de ellos gobernados por la oposición.

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“El presupuesto 2022 tiene tintes electorales”, dice Ignacio Martínez, investigador académico en Economía de la UNAM, “porque los proyectos que se programen en este presupuesto se continuarán en 2023, para sacarlos adelante y, en 2024, presumirlos”, refiriéndose al año de las próximas elecciones presidenciales. El de López Obrador es el único periodo presidencial en el que ha habido nueve trimestres consecutivos de bajas en la inversión pública y es el que ha visto las caídas más pronunciadas.

Según Martínez, más allá de los megaproyectos emblemáticos de López Obrador, la Federación tiene 73 proyectos regionales de infraestructura. De estos, quedan 23 por terminarse y se agregarán otros 97 para hacerse en los últimos tres años de la Administración. “Ahí viene la mano muy fina de Ramírez de la O para, en términos presupuestarios, desactivar al grupo opositor”, señala el especialista que considera que así puede lograr que el Congreso apruebe el presupuesto. “Una vez que la Federación tenga el recurso, de manera inmediata lo estará destinando, por dos razones: la primera, para tranquilizar las aguas políticas y, segundo, para que fluyan esos proyectos y poderlos terminar para 2024”, agrega el economista.

El académico de la UNAM espera que los ingresos del Gobierno crezcan ligeramente en 2022, en comparación con este año, impulsados por una recuperación de los precios del petróleo, el ataque a la evasión fiscal y el incremento de algunos impuestos que actualmente se cobran con base en un tabulador, como el tabaco y las bebidas gaseosas, por ejemplo. El Gobierno de López Obrador también está abogando por pagar deuda externa con los 12.000 millones de dólares que le corresponden al país de los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional. Su intención ha desatado un controvertido debate con el Banco de México, el cual ha dicho que la ley no se lo permite. “Si se adelanta el pago de deuda, tendríamos mayor holgura en reducir el porcentaje del producto interno bruto, en cuanto a deuda se refiere”, apunta Martínez.

Aun si se dieran todas estas condiciones, las necesidades de salud, educación e infraestructura que tiene el país no quedarían cubiertas, asegura Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). “Yo esperaría un paquete económico, muy acotado en donde lo interesante será qué techo de ingresos nos propone, a lo mejor será más alto que el año pasado”, dice el especialista. De acuerdo a sus estimados, los cambios a la miscelánea fiscal que el Gobierno propondrá en el paquete pudieran incrementar la recaudación a 1% del PIB. “No son muchos recursos para todas las necesidades que se tienen, considerando gastos como las pensiones que están fuera de control”, asegura Villarreal, “pero, el presidente básicamente decide que la reforma quedará para el siguiente sexenio”.

En marzo, bajo el entonces secretario de Hacienda Arturo Herrera, el Gobierno puso en la mesa la posibilidad de una reforma fiscal profunda que hubiera podido resolver los temas de sostenibilidad que tiene el país. Pero, después de los resultados electorales del 6 de junio, en el que Morena perdió escaños en el Congreso, el Gobierno cambió de estrategia.

Entre los problemas más urgentes están las pensiones. El CIEP estima que para el 2024, año en que López Obrador deja la presidencia, el gasto federal en pensiones alcanzará el 6,5% del PIB. “Si a esto le agregas el gasto por servicio de deuda de 3,5% del PIB, estamos hablando que son 10% del PIB”, apunta Villarreal. “¿Qué vamos a hacer? No tengo la menor idea y esto puede estar muy envenenado si no llegamos a una especie de pacto social porque ¿quién va a hacer campaña en 2024 con la promesa de subir impuestos? Eso había que hacerlo ahora, este año, poner orden, y no se hizo”, agrega el especialista.

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