Zona Maco arranca en México con una propuesta para las galerías de arte en la capital

Las galerías encuentran una forma más segura y más pública para celebrar una de las ferias más importantes de América Latina

Obra del artista conceptual cubano Wilfredo Prieto, en la galería de arte Zona Maco, en Ciudad de México.GERARDO LANDA ROJANO

Desde el martes 27 de abril y hasta el domingo 2 de mayo, las galerías de arte en Ciudad de México abrirán sus puertas para uno de sus eventos más esperados: Zona Maco, la feria de arte que en las dos últimas décadas logró ubicar a México en el radar del mercado de arte internacional, y que muchos consideran la feria más importante de América Latina. Pero abre en este año de pandemia con una gran diferencia. Desde el 2002 el evento se llevaba a cabo en el enorme Centro Citibanamex, donde cada galería te...

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Desde el martes 27 de abril y hasta el domingo 2 de mayo, las galerías de arte en Ciudad de México abrirán sus puertas para uno de sus eventos más esperados: Zona Maco, la feria de arte que en las dos últimas décadas logró ubicar a México en el radar del mercado de arte internacional, y que muchos consideran la feria más importante de América Latina. Pero abre en este año de pandemia con una gran diferencia. Desde el 2002 el evento se llevaba a cabo en el enorme Centro Citibanamex, donde cada galería tenía un espacio para promocionar a sus artistas. El centro de convenciones se transformó en los últimos meses en uno de los lugares para atender pacientes graves con covid-19, y los organizadores de Zona Maco decidieron cancelar el evento anual. Pero, a cambio, esta semana las galerías apostaron por un modelo de feria más urbano, más abierto y al final, más seguro contra los contagios.

“Esta ha sido una oportunidad para descentralizar el evento y darle más flexibilidad a la gente”, dijo a EL PAÍS Inés López-Quesada, cofundadora de la galería Travesía Cuatro. La feria Zona Maco promociona en su página web cinco caminatas por las colonias Condesa, Juárez, Polanco, San Miguel Chapultepec y Roma para visitar las decenas de galerías que son parte del evento. “Las galerías no podrían ser un lugar más seguro”, dice Quesada desde su galería, ubicada en una enorme casa de la colonia Roma y aireada con enormes ventanas hacia la calle Valladolid. Los datos la respaldan: un estudio reciente del Berlin Institute of Technology dice que hay menos probabilidades de contagio en un museo con 40% de aforo, que un restaurante o en el transporte público. En Travesía Cuatro actualmente se pueden contemplar los lienzos pastosos del artista Friedrich Kunath, que combinan paisajes del romanticismo alemán con símbolos de la cultura pop de Los Ángeles, donde reside el artista.

La obra Travesía Cuatro del artista visual alemán Friedrich Kunath.ENRIQUEMACIASMARTINEZ


“Una de las pocas buenas noticias de esta pandemia es que este tiempo de introspección habrá propiciado el nacimiento de obra nueva de carácter existencial”, dijo Kunath recientemente a la revista GQ. Algo especial de esta feria en México es que muchos de los artistas en las distintas galerías empiezan a promover las obras que han trabajado durante el confinamiento. La galería kurimanzutto, por ejemplo, una de las más importantes de la ciudad, abrió el martes con varios de sus artistas más conocidos, dos de los cuales se enfocaron en el rol de los medios durante la pandemia: el cubano Wilfredo Prieto con su proyecto Fake News, en el que todos los días convierte una noticia que lee sobre la pandemia en un lienzo abstracto; y el mexicano Damian Ortega con Jornada Laboral, en el que todos los días tejió la portada del diario La Jornada, inmortalizando con sus tejidos el momento que vivimos más allá de lo que pueda hacerlo un diario de papel.

Obra del artista conceptual cubano Wilfredo Prieto en Zona Maco.GERARDO LANDA ROJANO


Obra del artista mexicano Damián Ortega en la galería de arte en Ciudad de México, Zona Maco.GERARDO LANDA ROJANO

Las galerías de arte en Ciudad de México –a diferencia de las de Madrid– han recibido pocos espacios para respirar en este año de pandemia. Si del otro lado del continente estuvieron cerradas solo tres meses del año pasado (marzo, abril y mayo), en la Ciudad de México han estado cerradas casi todo el tiempo: de finales marzo a principios noviembre, y luego de mitad de diciembre a febrero. Abrieron solo una semana de diciembre para su pequeña versión local de Art Basel-Miami, pero el aumento de contagios para las fiestas les obligó a cerrar de nuevo. Ahora que la ciudad tiene un nivel más bajo de contagios, las galerías encuentran un segundo respiro.

Pero además de los cinco circuitos de galerías, Zona Maco este año cuenta con una opción para los transeúntes que utilizan el Metrobus en la avenida Reforma, en espacios de publicidad en las estaciones Antropología, Gandhi, Chapultepec o La Diana. Allí 17 artistas presentarán obras digitales de sus artistas más importantes –como la mexicana Minerva Cuevas, representada por kurimanzutto, que este año presenta una colección de pósteres que ha creado durante las últimas dos décadas. Se trata de pósteres políticos que “incluyen conceptos sobre relaciones coloniales contemporáneas, explotación, nacionalismo, ecología social, militarismo e igualdad”.

Obra de la artista conceptual mexicana Minerva Cuevas en la galería Zona Maco, la feria de arte en México más importante de América Latina.

La iniciativa de los buses hace parte de Zona Patio, una pequeña hija de Zona Maco durante la pandemia. Además del proyecto en el metrobus, Zona Patio incluye varios performances al aire libre en Casa Jardín Ortega, una casa del arquitecto Luis Barragán con un enorme jardín, y ubicada en San Miguel Chapultepec. Allí se presentará, entre otros, la mexicano-colombiana Manuela García con Algo está siendo derribado en este instante, la peruana Rita Ponce de León con ¡Me alegra mucho cuando veo personas!, 2021, o el americano Gordon Hall con El número de pulgadas entre ellos, un performance con dos bancos de concreto que son una réplica de otro hecho por el artista Dennis Croteau, quien falleció durante la epidemia del sida en los años ochenta. “Su interés es la relación que nuestros cuerpos establecen con los objetos y los muebles cuando enfrentamos la enfermedad, la fatiga, o la vulnerabilidad”, dice una explicación de su obra. Un año después, los transeúntes de la ciudad podrán pensar una vez más en la enfermedad, pero esta vez desde un mueble distinto.

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