Niñas y niños curiosos por los volcanes

La erupción en la isla de La Palma ha despertado en los más pequeños un interés por estos fenómenos geológicos, sus consecuencias y las leyendas que les rodean

Una niña colabora en un experimento con volcanes.

Pele es la diosa hawaiana de los volcanes. Dice la leyenda que convivía con la diosa del agua, Namaka, hermana suya con la que se peleaba muy a menudo. Tras una descomunal discusión Pele huyó nadando y creando islas (volcánicas), además de (con mala uva) arrojándole lava a la cara de su hermana. Pele llegó a Hawai y se escondió en la montaña Kīlauea, su hermana nunc...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pele es la diosa hawaiana de los volcanes. Dice la leyenda que convivía con la diosa del agua, Namaka, hermana suya con la que se peleaba muy a menudo. Tras una descomunal discusión Pele huyó nadando y creando islas (volcánicas), además de (con mala uva) arrojándole lava a la cara de su hermana. Pele llegó a Hawai y se escondió en la montaña Kīlauea, su hermana nunca la encontró y ella sigue con tremendo carácter arrojando lava cada vez que se siente importunada.

Es probable que la diosa Pele haya entrado en un estricto cabreo en la isla de La Palma. Cumbre Vieja ha despertado en los niños y en las niñas un interés por los volcanes, sus consecuencias y las leyendas que lo rodean. Ahora saben que los vulcanólogos son los científicos que se dedican a su estudio o que los sismógrafos son los aparatos que miden los temblores y pueden ayudar a prever erupciones. Y como el padre fundador de Estados Unidos, Benjamin Franklin, sentenció: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, el seguimiento de lo que está pasando en Canarias abre la puerta a lo que se conoce como aprendizaje vivencial.

Elisa Sánchez y Manuela Irigaray son las tutoras del sexto curso del colegio madrileño Fuhem Lourdes. Cuentan que cuando el volcán erupcionó fueron los propios niños (de unos once o doce años de edad) los que les propusieron trabajar en el aula sobre lo que estaba pasando. Así que llevan semanas investigando placas tectónicas, fumarolas o los géiseres. “Algunos de nuestros alumnos han hecho maquetas con materiales deshechos. Cuando los volcanes tenían suficiente consistencia, salimos al patio y los hemos hecho erupcionar”, dice Elisa Sánchez. Con vinagre y bicarbonato hicieron erupcionar las creaciones mientras contaban leyendas como las de Vulcano, el dios romano del fuego y de los volcanes. Irigaray y Sánchez han preparado esta lista Spotify con canciones que traten o mencionen el tema.

La editorial Edelvives publicó en 2019 Pop-up Volcane, un libro sorpresa que al abrirlo aparecen volcanes o bolas de magma en tres dimensiones. Cuenta que no todas las erupciones son iguales, leemos: “El monte Saint Helens, que erupcionó en 1980 en Estados Unidos, expulsó bombas volcánicas de piedras pómez, mientras que el Vulcano, en el Mediterráneo, emite cenizas muy finas que lo cubren todo”. En Pop-up Volcane se narra cómo es vivir bajo un volcán (o en sus faldas), en el que muchas plantas crecen en los campos de lava petrificada porque el suelo es muy fértil o que, en Islandia (muy activa) una central utiliza el calor para transformarlo en energía (lo que se conoce como energía geotérmica).

Las clases de geografía (o ciencia) están siendo las protagonistas. El interés por nuestro planeta y por los fenómenos que le acontecen ha pasado de ser líneas de un libro de texto a noticia y preocupación de muchos niños y niñas. Un mundo a capas (Editorial SM) con ilustraciones de Bomboland, es un buen artilugio para que visualicen las capas que contienen los mares y continentes. Con poco texto, sencillas e instructivas definiciones, el sistema de abrir pestañas posibilita en cada página descubrir “los secretos que esconde nuestro planeta”. Un libro interactivo en el que conceptos como el flujo piroclástico, la chimenea, el respiradero volcánico o el magma quedan representados. No es solo de volcanes, también los desiertos, las cuevas, el fondo marino y los glaciares tienen páginas y lengüetas por descubrir. Palabras nuevas aprendidas: un sifón es una galería subterránea inundada de agua y un wadi es “cauce seco que muestra el lugar por donde corrió un río”.

Desde el colegio Antonio Allúe Morer de Valladolid, el profesor Rubén García dice que su clase de segundo de Primaria (con alumnos de siete u ocho años) ha estado viendo más de dos semanas el canal de youtube con el volcán Cumbre Vieja en directo. “Observábamos, veíamos lo que producía y sacábamos hipótesis de lo que podía pasar y estaba ocurriendo. Los niños y las niñas miraban con mucha curiosidad y preocupación la situación”, cuenta García. Su alumnado ha escrito varias cartas a los colegios de La Palma “mandando apoyo y fuerza”. Rubén García cuenta que los aprendizajes vivenciales funcionan “muchísimo” y que la clave del éxito es que no se aburran. “Ahora están motivados con los terremotos, los volcanes y la geografía, y hay que aprovechar y llenar los huecos de la curiosidad”. El parque nacional de Yellowstone es la zona natural volcánica más grande del mundo, los científicos afirman que la caldera se formó hace unos 640.000 años y que tiene unas medidas de 55 por 72 kilómetros. Los alumnos del Antonio Allúe Moller han podido aprender estos días (por ejemplo) que la mitad de los géiseres activos del planeta se encuentran en Yellowstone.

La colección superventas de Roberto Santiago Los Futbolísimos también tiene un libro en el que además de los niños y las niñas futbolistas un volcán es protagonista. En El misterio de la isla del volcán (número 18) los amigos se trasladan a Tenerife, y El Teide justo entra en erupción en el momento en el que Francisco Casas (apodado el Pakete) tiene que tirar el penalti decisivo para ser campeones de España.

Para los lectores y lectoras menos futboleros otra recomendación literaria-volcánica es Geodetectives. Volcanes y terremotos (La Galera, 2019). Juan y Alba irán descubriendo cómo es un volcán por dentro, los más famosos o por qué se producen los terremotos o los tsunamis. El libro invita a hacer experimentos (físicos) para entender cómo funciona la tierra: con sándwiches deslizantes harán fallas de terremoto, con arena de parque y bicarbonato de sodio erupcionaran un volcán o para comprender cómo expulsa las cenizas de un cráter invitará a tostar palomitas. Los libros y los profesores van de la mano para arrojar luz y combatir el desconocimiento. “La juventud de un ser no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena”, dijo Salvador Paniker.

Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.

Más información

Archivado En