Las noches de Tony Judt

El primer texto se titula “Qué está vivo y qué está muerto en la socialdemocracia”, y es la adaptación de una conferencia pronunciada en la Universidad de Nueva York el pasado 19 de octubre. Doy la palabra, traducida, al periodista Peter Weiss, que asistió al acto y lo reseña en su blog Mondoweiss bajo el título “Paralizado pero impertérrito, Judt lega a la izquierda la batalla contra la desigualdad”: “Tony Judt rodó sobre la tarima de la Universidad de Nueva York la pasada noche en su silla de ruedas, con un tubo de respiración atado a su cabeza y una manta sobre su cuerpo, y comenzó su discu...

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El primer texto se titula “Qué está vivo y qué está muerto en la socialdemocracia”, y es la adaptación de una conferencia pronunciada en la Universidad de Nueva York el pasado 19 de octubre. Doy la palabra, traducida, al periodista Peter Weiss, que asistió al acto y lo reseña en su blog Mondoweiss bajo el título “Paralizado pero impertérrito, Judt lega a la izquierda la batalla contra la desigualdad”: “Tony Judt rodó sobre la tarima de la Universidad de Nueva York la pasada noche en su silla de ruedas, con un tubo de respiración atado a su cabeza y una manta sobre su cuerpo, y comenzó su discurso con una voz sorprendentemente fuerte señalando que iba a "matar al elefante en la sala": hace un año le fue diagnosticada una variante de esclerosis lateral amiotrófica, o enfermedad de Lou Gehrig, una enfermedad muscular degenerativa, que le había dejado paralizado del cuello para abajo. Algunos amigos le habían pedido que el tema de la Conferencia Remarque (por el nombre del escritor alemán Erich Maria Remarque) fuera la naturaleza de su enfermedad, a fin de entrar en el debate sobre la salud, pero llegó a la conclusión de que no tenía sentido alguno mostrarse (show) y contarlo. Lo que se iba a ver (show) era obvio: esto es lo que la enfermedad le hizo a ese cuerpo, dejarle tetrapléjico “luciendo un tupperware en el rostro”, una máquina que respira por él, con rítmico silbido. Quienes tenían la esperanza de que daría una charla estimulante sobre lo que un cuerpo puede hacer en estas circunstancias quedaron defraudados: "Soy inglés, no nos dedicamos a levantarnos el ánimo”. Pero a pesar de sí mismo, Judt cumplió ambos encargos. El discurso que pronunció durante los siguientes cien minutos, en el que se preguntaba si iba a aguantar, fue un llamamiento a la izquierda a tomar las armas”.

Las armas de Judt, y las de la izquierda democrática a la que pertenece y se dirige, obvio es decirlo, son las ideas y las palabras. Lo que nos dice Judt con estos dos textos se refiere precisamente al valor de estas armas, incluso cuando el cuerpo se convierte en un caparazón inmóvil. Judt hace una apelación a la izquierda para que ponga pie en pared después del ciclo conservador marcado por la desregulación, la desprotección y la privatización. Llama a las cosas por su nombre, como nos ha demostrado con su enfermedad: su izquierda es conservadora; no debe cambiar nada sino resistir y recuperar conceptos arrumbados en los últimos 30 años por una derecha revolucionaria que nos ha conducido al desastre. En este tiempo el lenguaje de los valores ha sido sustituido por las meras consideraciones sobre las pérdidas y ganancias económicas. Y como consecuencia, las privatizaciones, el subarriendo de las tareas del Estado y el desprecio por los más desfavorecidos. Lo que queda de la socialdemocracia europea, lo poco que queda, es además patrimonio de todos y no sirve ya para ganar elecciones, tal como ha podido comprobar la socialdemocracia alemana. El discurso del progresismo optimista ha quedado cancelado, por lo que ahora corresponde una ‘socialdemocracia del miedo’. No es la primera vez que sucede. Judt se remite a la Europa de entreguerras, momento en que, de forma análoga a hoy, la izquierda se dejó arrebatar una herencia liberal que le pertenece. Y lo que hay que conservar es bien claro: la función del sector público, la acción social del Estado y las instituciones del Estado de bienestar.

Son ideas polémicas para el debate. Bien articuladas y razonadas. Pero sobre todo, surgidas de una mente en acción aunque sea en un cuerpo cada vez más inactivo. Lo admirable de Tony Judt es su capacidad para seguir pensando, para seguir viviendo. En su texto pide ayuda, alguien con quien hablar: yacente dentro de un cuerpo inmóvil, sus noches son interminables y terribles. Y sus únicas armas de combate son, precisamente los ejercicios de pensar y recordar, que le permiten afinar su memoria y su agilidad mental. Es difícil conjugar mejor en dos textos tan distintos y a la vez entrelazados un mismo llamamiento a la razón y al debate.

(Enlaces: con Night, con el texto de la conferencia, con el blog Mondoweiss, y con el Remarque Institut, que Tony Judt dirige).

 

Comentarios

Interesantísima la conferencia. ¿Dónde está la izquierda en Europa? Alguien tiene que aclarar que lo que nos pasa ahora es el resultado del olvido del Estado en favor del mercado. El desastre del urbanismo en este país del que ahora se hace eco el Tribunal Supremo es un buen ejemplo de las políticas neocons. Pero ¿quién lo dice? nadie lo ha explicado , y mientras tanto la sociedad desea que vuelvan aquellas políticas para seguir urbanizando, construyendo , trabajando ...los árboles no dejan ver el bosque , tenemos lo que nos merecemos. Paro y más paro. Los políticos y funcionarios son servidores públicos y la sociedad tiene que estar atenta a que eso sea así.
Gracias Luis por traernos las reflexiones, espléndidas, de Judt. Leyéndote y leyendole he pensado, como muchas otas veces ¿cómo es posible que nos hayamos vuelto tan tontos? Por pura supervivencia hay que inventar, o reinventar, modos de vida que permitan subsistir a tantísima gente. La cultura de la economía de casino está muerta y enterrada (ha sido el cuento de la lechera: una fantasía impresentable) y hay que volver a la ralidad, a lo que Richard Sennet llama la 'cultura material': la que se ve, se toca y puede hacerse con las propias manos. Creo que coinciden todos los análisis. Mientras tanto, esperamos todavía que tanto sabio y burócrata con sueldo garantizado (que todos pagamos, por cierto), identifique qué sectores económicos van a tirar del carro y crear empleo.
Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
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