El día de la lotería llorabas con tanta gente contenta

Repasas las primeras páginas del periódico de 2019 y es curioso todo lo que no recuerdas, un diario atrasado a veces casi dice más cosas que uno del día

Bomberos rocían agua después de que estallara un incendio en una petroquímica de Tarragona el 15 de enero de 2020.NACHO DOCE (REUTERS)

Les parecerá hace mil años, pero el año pasado por estas fechas estábamos sin Gobierno. Hasta entonces, intenten hacer memoria, lo normal era estar preparando unas elecciones. Este Gobierno que tenemos no lleva ni un año, aunque parezca que le han caído años como de una legislatura entera. La portada “Sánchez, presidente del primer Gobierno de coalición” es del 8 de enero. He estado repasando las primeras páginas del periódico de 2019 y es curioso todo lo que no recuerdas, un diario atrasado a veces casi dice más cosas que uno del día. Como ...

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Les parecerá hace mil años, pero el año pasado por estas fechas estábamos sin Gobierno. Hasta entonces, intenten hacer memoria, lo normal era estar preparando unas elecciones. Este Gobierno que tenemos no lleva ni un año, aunque parezca que le han caído años como de una legislatura entera. La portada “Sánchez, presidente del primer Gobierno de coalición” es del 8 de enero. He estado repasando las primeras páginas del periódico de 2019 y es curioso todo lo que no recuerdas, un diario atrasado a veces casi dice más cosas que uno del día. Como una conversación de Sánchez con el Rey el día que tomó posesión. Dijo el presidente y contestó el monarca:

-Ocho meses para diez segundos.

-Ha sido rápido, simple y sin dolor. El dolor viene después.

Todo hace sonreír o temblar con el tiempo, es como tomarse un copazo. Igual que miramos hacia atrás y se borra el camino, tampoco sabemos cómo va a ser la función. Por ejemplo, de esto se hablaba en enero de 2019: Carlos Ghosn acababa de fugarse de Japón; Irán derribó un avión ucranio; koalas abrasados en Australia; Vox y el PP la armaban con el veto parental; la desigualdad y el medio ambiente centraron el Foro de Davos. De fondo, la guerra de Siria, siempre de fondo desde hace ya casi diez años. No se lo creerán pero entonces tuve un presentimiento funesto, le di muchas vueltas a un suceso que quizá han olvidado, con lo que vino después. El 14 de enero pasó algo increíble y terrible y me dije: esto no es normal. Sentí una pena infinita por un hombre al que no conocía, un pesar por todos nosotros. Ahora lo recordarán: explotó una planta petroquímica de Tarragona, salió volando una placa de una tonelada, recorrió tres kilómetros, entró por la ventana de un tercero, derrumbó el suelo y mató al vecino de abajo. Esta persona, leí luego, busqué la información, quería saberlo todo, se llamaba Sergio, era frutero, tenía 59 años. Un reportaje de El Confidencial, mes y medio después, reconstruyó los momentos previos. Minutos antes estaban allí cinco personas. Sergio, su esposa, su hijo, su nieta y la otra abuela del bebé. Sergio propuso bajar al bar a tomar un café, pero su mujer dijo que tenía que recoger la ropa. Y él le contestó, según el artículo: “No te preocupes, mujer, baja con tu hijo a echar el café. Yo me encargo de recoger el tenderete”. Y se quedó. El resto de la familia salió. En esta escena está todo. Fue un gesto de amor. El periodismo con retraso a veces cuenta más que el de ir corriendo.

No vemos venir nada, y así debe ser, si no cómo vives. La primera noticia en portada de lo que realmente ha marcado nuestra vida en 2020 fue el 21 de enero: “Las claves del virus letal que se expande por Asia”. En pequeñito. El 24 ya abrió el periódico: China aísla a 21 millones de personas. Pero bueno, seguía habiendo otras prioridades, líos ahora insignificantes. El 1 de marzo, encuesta: “La sociedad vive muy pendiente del coronavirus, pero sin alarma”. Hay titulares de ciencia ficción, 26 de abril: “El Gobierno permitirá pasear y hacer deporte el 2 de mayo si disminuyen los contagios”. Permitirá pasear, increíble. Pero sobre todo cuántas polémicas estériles, desvelos a diario. Cuánto ruido, ahora tan lejano. Aunque también habrá miles de millones de gestos de entrega y altruismo que no salen en las noticias, pero que han sido decisivos, y tenemos que saberlo. ¿Hemos aprendido algo? Supongo que sí, pero se nos olvidará. Mirar atrás con calma ayuda a tomarse la vida de otro modo, como repasar el álbum de fotos de la familia. No sabemos nada, pasamos el día apresurados con nuestras cosas, a verlas venir. El día de la lotería llorabas de ver tanta gente contenta junta en el telediario. 2021 será como no nos lo imaginamos. Y está bien así. Feliz año. Nuevo.

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