La demanda de profesionales de la salud mental se potencia

La pandemia ha aumentado la búsqueda de expertos que ayudan a enfrentar la depresión y otros padecimientos que no suelen superarse en soledad

Yuri Arcurs peopleimages.com (Getty Images/iStockphoto)

Convivimos con el estrés, la ansiedad y la depresión con absoluta normalidad. ¿Quién a nuestro alrededor no ha sufrido en algún momento alguna de estas dolencias? Distintos estudios a lo largo de los últimos años confirman que los problemas de salud mental han aumentado, que son cada vez más frecuentes. Y la pandemia por coronavirus no ha hecho más que seguir engordando las cifras, algo que se ve reflejado en el aumento de las intervenciones psicológicas.

Berta Ausín Benito, profesora e invest...

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Convivimos con el estrés, la ansiedad y la depresión con absoluta normalidad. ¿Quién a nuestro alrededor no ha sufrido en algún momento alguna de estas dolencias? Distintos estudios a lo largo de los últimos años confirman que los problemas de salud mental han aumentado, que son cada vez más frecuentes. Y la pandemia por coronavirus no ha hecho más que seguir engordando las cifras, algo que se ve reflejado en el aumento de las intervenciones psicológicas.

Berta Ausín Benito, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la cátedra contra el estigma, ha sido una de las investigadoras de un estudio longitudinal sobre el impacto psicológico de la covid-19 en España llevado a cabo durante un año. Según la investigación, que se realizó a partir de una muestra de 3.480 personas representativas de la población general española, hasta el 40% de los sujetos del estudio refería sintomatología de salud mental un año después del inicio de la pandemia, siendo los jóvenes y las mujeres la parte de la población más afectada. “Tras un año de convivencia con la pandemia encontramos que se había producido un empeoramiento de los síntomas, tanto depresivos como de ansiedad. Este empeoramiento fue significativo, y además destacó el dato del aumento de los ataques de pánico, de un 30% en la primera medida en marzo de 2020 a un 43% tras un año de covid-19″, señala Ausín.

Más allá de una crisis concreta

¿Cada vez se recurre más a los profesionales de la psicología más allá del efecto pandemia? Responde Ausín que sí y que los motivos de este incremento son múltiples, aunque en su opinión muchas personas con necesidad de atención psicológica siguen quedándose sin recibirla: “Hay muchas variables que hacen que una persona utilice en mayor o menor medida un servicio de salud mental. Sin duda, la disposición territorial de los recursos, las formas de acceso a ellos, el estigma y las barreras sociales constituyen grupos de factores muy relevantes. Pero es muy posible que la falta de detección de los problemas y las derivaciones erróneas o equivocadas sean otro de los motivos que hagan que estos grupos de población no sean identificados o, cuando lo son, no reciban el tratamiento más ajustado a sus problemas. De este modo, son muchas las personas de todas las edades y grupos sociales afectadas por los trastornos mentales y, de ellas, una parte importante no recibe ayuda profesional o tarda en hacerlo un número importante de años”. Para la investigadora, en ese sentido, sería necesario desarrollar e incrementar el número de psicólogos en la sanidad pública, en concreto en atención primaria, “para permitir abordar los problemas de salud mental derivados de la pandemia o agravados por ella”.

El abanico de posibilidades que ofrece la formación en psicología es muy amplio y va mucho más allá de la atención psicológica. Cuando hablamos del papel del psicólogo siempre tendemos a pensar en su función sanitaria, pero el grado en Psicología no permite por sí mismo realizar actividades que impliquen atención a la salud. “Para poder realizar atención sanitaria es necesario tener la titulación de Psicología General Sanitaria —enfocada en la prevención en salud y que se adquiere mediante un máster o una homologación— o la titulación de psicólogo especialista en Psicología Clínica, que permite la evaluación, el diagnóstico y la intervención clínica y que se adquiere mediante un sistema de residencia similar al MIR de los médicos, denominado en este caso PIR (psicólogo interno residente)”, explica Isabel Cuéllar Flores, psicóloga clínica en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y secretaria de la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología (AEPCP).

Áreas ajenas a la salud

El grado de Psicología, en cambio, sí que permite acceder a otras profesiones no sanitarias en campos como el educativo, el social o el forense. Y es que, más allá del perfil sanitario, los profesionales de la psicología tienen un perfil atractivo para las empresas en muchos aspectos. Así lo ve Macarena Tortosa Pérez, profesora de la Universidad Internacional de Valencia-VIU. “La psicología tiene una cantidad de salidas ingente. Podemos trabajar en ámbitos muy diversos y cubriendo muchos puestos de trabajo. Podemos trabajar, además de en hospitales, residencias o clínicas privadas, en colegios, equipos de deporte, con deportistas a título individual, en publicidad, en recursos humanos, en prevención de riesgos laborales, en tráfico, en enseñanza universitaria, etcétera”, enumera.

Tortosa Pérez no duda en afirmar que la toma de conciencia de la importancia de la psicología a raíz de la pandemia y las múltiples salidas laborales que ofrece la carrera han incrementado el interés de los estudiantes por el grado de Psicología: “Solo hay que ver el aumento en las notas de corte para el acceso a la universidad en el grado de Psicología en los últimos años y la dificultad actual para acceder a muchos de los másteres relacionados”.

Especializaciones ineludibles

Oscar Pino, vocal comisionado de investigación y universidades del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña y coordinador del Centro de Salud Mental de Adultos Benito Menni de L’Hospitalet, considera que la multiplicidad de salidas que ofrece la carrera de Psicología, dentro de lo positivo, también esconde un lado malo: “Hoy en día solo con el grado no puedes trabajar en casi nada, por lo que te ves obligado a especializarte al acabar la carrera. Al final, cuando puedes trabajar en muchos ámbitos la especialización es ineludible”, subraya Pino, que señala que la incorporación de cada vez más salidas profesionales compatibles con psicología se ha trasladado “de forma muy progresiva” a los programas de estudio, con áreas de especialización que han experimentado “un auténtico bum” en los últimos años.
Su opinión la comparte Macarena Tortosa Pérez, que añade que hoy existe “una gran oferta” de másteres oficiales y de títulos propios de las universidades que ofrecen a los egresados en Psicología la posibilidad de especializarse en uno o varios ámbitos.

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