Ideas para encauzar la recuperación tras la crisis
Tras la vacunación masiva, la economía se reactiva y los fondos de la UE que ya están en camino son la gran oportunidad para cimentar un modelo sólido y sostenible
El pasado día 16, la Comisión Europea dio luz ámbar al plan de recuperación, transformación y resiliencia presentado por el Gobierno español y que permite al país recibir los fondos aprobados por la iniciativa europea para salir de la gravísima crisis económica provocada por la pandemia, fondos que pueden ascender a 140.000 millones de euros. Luz ámbar, porque la implementación del plan está condicionada a la aprobación de un programa de reformas que, por ahora, son intenciones a negociar. Aunque persisten las incertidumbres de una pandemia que aún no ha terminado, la aprobación del plan hace ...
El pasado día 16, la Comisión Europea dio luz ámbar al plan de recuperación, transformación y resiliencia presentado por el Gobierno español y que permite al país recibir los fondos aprobados por la iniciativa europea para salir de la gravísima crisis económica provocada por la pandemia, fondos que pueden ascender a 140.000 millones de euros. Luz ámbar, porque la implementación del plan está condicionada a la aprobación de un programa de reformas que, por ahora, son intenciones a negociar. Aunque persisten las incertidumbres de una pandemia que aún no ha terminado, la aprobación del plan hace pasar a la economía española a una nueva fase, una fase en la que se han de sacar adelante las reformas prometidas, cumplir con los objetivos firmados, invertir rápido e invertirlo todo, todo esto con el viento de cola de la recuperación económica al calor de la paulatina reapertura de la economía. Es para debatir cómo y hacia dónde se va a desarrollar esta nueva fase que EL PAÍS ha organizado una nueva edición del Foro Tendencias, celebrado en Madrid con la presencia del Rey y patrocinado por Abertis, Iberdrola, Iberia, Telefónica y Tendam.
Esta oportunidad revolucionaria para la economía española se sostiene sobre una recuperación que ya es indiscutible. “La puesta en marcha de los fondos europeos ya está teniendo un efecto sobre las expectativas de inversores y ciudadanos”, defiende Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa del Gobierno de España. Aun tras un primer trimestre malo (por la tercera ola de la pandemia en toda Europa y los efectos de una borrasca, Filomena, que paralizó el país) el Banco de España ha revisado a alza sus previsiones para el año, que se estima terminará con una subida del PIB del 6,2%. La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, sugirió en un evento en Barcelona que durante los próximos trimestres “España se va a salir del mapa”. “Aunque todos los indicadores apuntan hacia una recuperación en marcha, hay que ser prudentes”, matiza García Andrés. “Pero tenemos las herramientas necesarias para ello. Lo que debemos hacer es sostener este crecimiento por muchos años”.
Hay aún problemas en el horizonte. “La afiliación bruta a la Seguridad Social está a niveles previos a la pandemia, pero aún hay 465.000 personas en ERTE”, explica el secretario de Estado de Economía. La pandemia no ha terminado. Un año y medio de disrupción económica ha provocado un vuelco en el mercado logístico internacional que ha desatado una escalada de los precios de las materias primas, cuando no directamente escasez de algunos bienes, como los semiconductores —lo que a su vez está paralizando industrias como el automóvil.
Uno de los principales problemas, en el caso de España, es la industria turística (la mayor del país), que aún va a tardar en ser la que era. “La temporada no va a ser la de 2019, pero tampoco va a ser la de 2020”, defiende García Andrés. “El sector de la hostelería es el que más va a tardar en recuperarse, pero el que más rápido está reactivando empleo”.
“Para la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la entrada de los fondos europeos es una oportunidad para insistir en las ideas de reforma del sector turístico de las que se lleva décadas hablando: insistir en la calidad, no en la cantidad; impulsar alternativas turísticas como el turismo de negocios, el ecoturismo, la gastronomía o actividades como el Camino de Santiago, “sin olvidarnos del sol y playa, que siguen siendo nuestro buque insignia”. La diferencia de esta vez, recordó la ministra, es que tenemos 3.400 millones de euros para ello, “la mayor inversión de la historia del sector”. Y hay que darse prisa, porque los turistas van a volver en cuanto les sea posible. “La pandemia nos ha dejado que hay que vivir, hay que relacionarse, hay que viajar”, apunta el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto.
Prioridades de la Comisión
El turismo no es la única industria que se lleva cifras récord, ni mucho menos: las prioridades de la Comisión son la modernización y la descarbonización de la economía del continente. “Bruselas está obsesionada con energía, medio ambiente y tecnologías digitales”, explica el eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano, jefe de la delegación de su partido en Bruselas y vicepresidente económico del grupo parlamentario Renew Europe.
Para Ignacio Sánchez-Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola, este énfasis en la descarbonización de la economía es una vindicación de sus esfuerzos. “Hemos enfrentado muchas reticencias hacia las energías verdes”, recuerda. “Y el papel de las energías limpias no solo es una oportunidad de transformar modelos productivos. El sector eléctrico es uno de los grandes tractores de la economía, generando empleos de calidad”.
Para otros sectores de la economía, esta apuesta por lo verde no es tanto un problema como una oportunidad de negocio. “Sostenibilidad no es solo usar productos orgánicos para hacer la ropa: es menos moda fungible y más ropa duradera”, apunta Jaume Miquel, presidente y consejero delegado de Tendam (el antiguo grupo Cortefiel). “Hace falta una reflexión mucho más serena”, comenta Sánchez-Prieto. “Se suele pensar que las aerolíneas somos las culpables de todo, pero representamos el 2,5% de las emisiones y las hemos reducido a la mitad en los últimos 30 años. Para nosotros, la sostenibilidad es buscar eficiencias. Los aviones eficientes son más baratos de operar”.
Y es una tendencia “irreversible”, en palabras de Antonio Llardén, consejero delegado de Enagás. “Todo lo que sea reducción de dióxido de carbono crea empleo”. “Hay que cuidar del mundo, si no, él no cuidará de nosotros” considera Sánchez Galán. La transición está siendo difícil, pero del otro lado se puede salir con éxito. “Me gusta aprender del pasado”, recuerda el presidente de Iberdrola. “Yo viví la reconversión naval en Bilbao, en la que se pasó a impulsar la industria aeronáutica y la acería compacta”.
Otro de los objetivos de la Comisión es impulsar la innovación europea en tecnología. Para Sánchez-Prieto, en algunos casos el exceso de regulación puede ser un impedimento a esa innovación, como es el caso de los vuelos peninsulares de corto radio, que el Gobierno estudia prohibir a ejemplo de Francia. “Si queremos desarrollar motores de avión innovadores, tenemos que tener dónde probarlos”, considera.
Entre las consecuencias de la pandemia está la relación de consumidores y empresas con el mundo digital, cuya universalización está entre uno de los principales objetivos de la Comisión. “El número de clientes que se comunica con nosotros por WhatsApp o por chatbot se ha multiplicado por tres”, recuerda Sánchez-Prieto. “Cuando creamos nuestra primera tienda online, lo que queríamos era llevar la experiencia de la tienda al online. Ahora tenemos que llevar la experiencia del online a la tienda”, indica Miquel. Esto también presenta sus propios desafíos, especialmente la ciberseguridad. En mayo, un ciberataque a una empresa de oleoductos en EE UU provocó un pánico en las gasolineras de varias regiones del país. Enagás ha replicado el ataque como entrenamiento, parte de su inversión en el problema. “Hay que tener en cuenta que una red de gas se parece mucho a como funciona Internet”, explica Llardén.
Hay cierto temor a que el dinero que llegue del plan europeo sea visto como un maná del cielo y no como lo que son: “un medio, no un fin”, en palabras de Llardén. “Los fondos deben ser invertidos con sentido de negocio”, considera Sánchez-Prieto. “Este plan es una oportunidad, no una dádiva. Sale de los impuestos de todos los ciudadanos europeos”, recuerda Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA y vicepresidente de la CEOE.
También han habido voces que han considerado que el plan español se apoya en exceso en las grandes empresas como motores de la inversión, alegando su mayor eficiencia en poner en marcha y ejecutar proyectos. “Un plan que no cuente con las pymes y autónomos es un plan incompleto”, afirma Amor, aunque recuerda: “Empresas como Telefónica o Iberdrola tiran de miles de pymes”. “Todo el plan tiene un enfoque directo en pymes y autónomos”, replica Mercedes Caballero, secretaria general de Fondos Europeos del Ministerio de Hacienda. Garicano ha vuelto a señalar que, en su opinión, “el plan español se centra en bienes de consumo, no en bienes de inversión. Tendremos gente conduciendo Teslas y con la casa reformada, pero seguiremos teniendo muchos problemas fundamentales”.
Los críticos del plan se centran en la poca transparencia de su aprobación. “En Italia el plan se ha presentado en el Parlamento y se ha discutido con todo el mundo”, recuerda Garicano. " “Parecería normal que este plan se debatiese con los partidos de la oposición, pero el real decreto ley del procedimiento del plan lo aprendimos en el BOE”, considera Elvira Rodríguez, vicesecretaria general de Acción Sectorial del Partido Popular.
Reformas imprecisas
Sobre todo, lo que preocupa es la imprecisión acerca de los cambios estructurales prometidos a Bruselas. “El futuro depende de reformas que nos hemos comprometido a hacer”, apunta Amor. “La Comisión no ha hecho mucho hincapié en problemas que están más que diagnosticados; ha preferido creer en cosas”, considera Garicano. “A mí lo que me gusta es que las reformas necesarias están en la mesa”.
Desde el Gobierno se insiste en que es un proceso complejo en el que hay que escuchar a todas las voces. “Hay reformas que se aprueban rápido y acaban no aplicándose”, defiende García Andrés. “Todas las buenas reformas cuestan”. “Todas las instituciones deben colaborar”, apunta Caballero. “El Estado es el que coordinar el encauzamiento de las ayudas, donde han de estar sentadas la administración general del Estado, las autonomías y las corporaciones locales. Sin cogobernanza es imposible ejecutar el plan”.
En asuntos como las reformas laboral y de pensiones, el Ejecutivo se remite a la necesidad de un acuerdo entre los agentes sociales. “La percepción es que España ha reaccionado muy bien; los inversores perciben el factor de la cohesión social, de que no se deja a nadie atrás”, considera García Andrés. Aunque Amor alerta: “No se puede trasladar a los agentes sociales la responsabilidad del ámbito político”.
Y en el ámbito político, se parte de una situación “mala” en el Parlamento, en palabras de Elvira Rodríguez. “Se conforman alianzas que no son buenas para las reformas estructurales”, reconoce. Ambas partes hablan de la falta de consenso, y cada una señala a la otra como responsable.
Las reformas laboral, fiscal y de pensiones van a ser los campos de batalla durante los próximos meses. Se busca un mercado laboral que reduzca los insoportables niveles de paro, un sistema fiscal más justo y progresivo y garantizar la sostenibilidad de las pensiones durante las próximas décadas. Gobierno, oposición y agentes sociales se han de poner en juego. Aquí está la siguiente fase.
Una iniciativa que refuerce la fe de los europeos en la democracia
Una de las consecuencias más dramáticas de la pandemia en toda Europa fue la restricción de los derechos y libertades individuales y no solo las relativas a la movilidad. "Ha tenido un impacto sin precedentes en todos los aspectos", considera la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia y la Demografía, la croata Dubravka Suica. Los estados de excepción y calamidad pública pusieron enormes cantidades de poder en manos de los Ejecutivos europeos.
Ejecutivos que ya de antes estaban cuestionados por la ciudadanía; según un sondeo del Instituto Pew de 2019, dos de cada tres españoles están insatisfechos con el funcionamiento de su sistema democrático, cifras similares a las de Reino Unido e Italia y solo ligeramente superiores a las de Francia. "No hay que dar por sentada la democracia", considera Suica. "Ninguna está exenta de la posibilidad de un retroceso. Y eso implica desafíos a todos los niveles. La gente siente que se queda atrás y eso crea un vacío; no podemos dejar que sea llenado por otras narrativas".
Esto también se nota en otros aspectos de la vida política, como explica la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Dita Charanzová: "Hay una resistencia, un retroceso en la opinión pública con respecto a todos los acuerdos comerciales y las bondades del libre comercio, lo vimos con el acuerdo comercial con EE UU, con Canadá, y ahora con el de Mercosur".
Las esperanzas de la Comisión para reconciliar a los europeos con el proyecto comunitario residen en la Conferencia para el Futuro de Europa, un proceso impulsado por la Comisión y que, hasta la primavera de 2022, pretende reunir opiniones de todos los ámbitos de la sociedad dentro de la UE. "El papel de la Conferencia es lograr una Unión más fuerte y más saludable, con mayor participación ciudadana a todos los niveles", considera Suica. "Queremos reforzar la democracia representativa, no reemplazarla. En abril lanzamos una plataforma digital innovadora, una herramienta muy importante. Cualquiera, donde quiera que esté, puede participar, basados en los principios de los tratados europeos, sin discriminación o delitos de odio. Solo podemos tener éxito si todos participamos. Hay que hablar con todos y no temer conversaciones difíciles, escuchar a los que se sienten dejados atrás, hablar con ellos. Tenemos posibilidades de construir una Europa más abierta e incluyente."
Esfuerzos en pos de un mundo más igualitario
La pandemia de covid-19 ha sido, sin duda, el acontecimiento de lo que llevamos de siglo. Pero no es, ni de lejos, el único problema que tenemos como especie. Aprobados en 2015 por Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han convertido en la iniciativa más importante de las dedicadas a enfrentarse a los desafíos con los que se encuentra la sociedad global. Y, si ya antes de la pandemia, cumplir las 17 metas era un reto exigente, la disrupción global provocada por la enfermedad lo ha hecho más difícil todavía.
"Estamos mal", reconoce María Ángeles León, presidenta y cofundadora de Global Social Impact y presidenta de Open Value Foundation, durante el Foro Tendencias, organizado por EL PAÍS y patrocinado por Abertis, Iberdrola, Iberia, Telefónica y Tendam. León, que preside una organización que promueve "un modelo híbrido entre la filantropía tradicional y la inversión de impacto", registra que "lo aportado por las grandes organizaciones internacionales como el Banco Mundial se ha quedado corto. No hay financiación: estamos muy por debajo, no tanto en las donaciones, sino en las inversiones".
No todos los países son iguales. "Creo que, en general, la empresa española ha mostrado un nivel de ejemplaridad y de sentido del país alto", considera el presidente y consejero delegado de Tendam, Jaume Miquel. "En España, parece que el sector privado tiene claras sus responsabilidades", considera Clara Arpa, presidenta de Pacto Mundial de Naciones Unidas España.
Sin embargo, la pandemia también ha dejado buenas noticias. "Creo que la pandemia ha hecho que todo el mundo se haya mirado y visto sus vulnerabilidades", señala Arpa. "Todo el mundo ha visto que se sentía, quizás, demasiado seguro. Esto no debería volver a ocurrir y hay que trabajar para ello". "Creo que hemos aprendido la necesidad de la solidaridad", considera León. "Por ejemplo, creo que es la primera vez que el G-7 habla directamente de 'los pobres'. Veo lucecitas que antes no estaban".
Otra de las conclusiones de la última cumbre G-7 en Cornualles (Reino Unido) es la necesidad de movimientos para homogeneizar la fiscalidad global y que todo el mundo ponga de su parte. "Tampoco soy muy fan de aumentar impuestos, pero el que hayan tocado la fiscalidad en sitios como Bermuda, donde el sistema era prácticamente el mismo desde hace 200 años, es señal de que algo se está moviendo", considera León. "La sensibilidad ha mejorado".
"Los ODS no son más que una herramienta; una herramienta para recuperar, no para transformar", apunta Arpa. "Hay muchas reformas que tenemos que hacer, y tenemos que correr, porque lo que no tenemos es tiempo". Y recuerda uno de los principales problemas a la hora de impulsar las empresas sostenibles: "En las licitaciones públicas, por ejemplo, las más de las veces solo te piden dos o tres criterios, de los que ninguno de ellos tienen que ver con la sostenibilidad".
Uno de los principales desafíos es hacer que la sostenibilidad sea incluyente, dado que, como explica Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, "cuando hay una crisis, las mujeres y las niñas son las que más sufren, porque son las que tienen menos acceso. A la educación, al agua limpia, a los derechos y a las libertades civiles. Esta es sin duda una crisis sanitaria y una crisis económica, pero también es una crisis de género. Y se ve en todo el mundo, empezando por el desarrollado. En Estados Unidos, las mujeres acabamos de bajar a los niveles de participación laboral de 1988. Hemos deshecho décadas de progreso. Luego, si nos fijamos en los países en vías de desarrollo, el 72% de las mujeres africanas estaba preocupada con no tener suficientes alimentos para comer durante los últimos 20 días. Estamos en una crisis de género, una crisis absoluta, y no solo no ha terminado sino que tampoco está en visos de estarlo".
Para que exista un mundo sostenible, hace falta poner todos los avances de la tecnología al servicio de las personas. Y para que puedan serles de utilidad, hace falta que las personas aprendan, por lo menos, a utilizarlas. Hadi Partovi es fundador y consejero delegado de Code.org, una ONG destinada a impulsar el conocimiento tecnológico de estudiantes de primaria y secundaria en todo el planeta. "Necesitamos médicos, profesores, agricultores, y los vamos a seguir necesitando. Precisamente por eso necesitamos desarrollar talentos digitales: porque los profesores, los médicos e incluso los agricultores del futuro utilizarán la tecnología de una manera que nunca se había hecho antes. Por ejemplo, es evidente que el futuro de la medicina es tecnológico. Si se han podido desarrollar las vacunas tan rápido es porque se ha combinado la informática con la ingeniería genética y modelaje biológico. Los agricultores del futuro utilizarán tractores autónomos y drones que necesitarán ser programados. Y el utilizar esa tecnología no puede ser solo para unos pocos que sepan de informática".