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Dudas, fallos e irregularidades en la investigación de una explosión en Vallecas: de no encontrar ningún muerto a que hubiera dos

No contar con que había dos viviendas más en el bloque siniestrado, y la ausencia de denuncias de desaparición en un principio, llevó a los servicios de rescate a abandonar el lugar habiendo dos hombres aún bajo los escombros

La tarde del siniestro acudieron hasta el número 3 de la calle de Manuel Maroto, en Puente de Vallecas, hasta 18 dotaciones de bomberos con su unidad canina, SUMMA-112, Protección Civil, policías municipales de refuerzo de distritos colindantes y agentes de la Policía Nacional de la comisaría de distrito y de la Científica, al margen de los técnicos municipales de urbanismo para valorar los daños. Ocurrió el pasado sábado, cuando ...

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La tarde del siniestro acudieron hasta el número 3 de la calle de Manuel Maroto, en Puente de Vallecas, hasta 18 dotaciones de bomberos con su unidad canina, SUMMA-112, Protección Civil, policías municipales de refuerzo de distritos colindantes y agentes de la Policía Nacional de la comisaría de distrito y de la Científica, al margen de los técnicos municipales de urbanismo para valorar los daños. Ocurrió el pasado sábado, cuando una explosión, supuestamente provocada “por una concentración de gases”, conmocionó al barrio de San Diego hacia las 15.00 horas. La deflagración se produjo en un local, situado en los bajos de un edificio de ladrillo de tres plantas. El balance de esa frenética tarde de emergencias fue de 25 heridos, cinco de ellos graves, algunos de los cuales se debaten aún entre la vida y la muerte en hospitales de Madrid. Sin embargo, en la madrugada del domingo, se encontró a un hombre muerto, de 52 años, bajo más de un metro de arena y ladrillos. Su mujer no daba con él. Y el lunes, hallaron a un segundo hombre fallecido, de 29 años, aún más sepultado, al que no encontraban sus amigos.

¿Qué pasó para que nadie contara con ellos has entonces? Lo que sigue es una secuencia de los posibles fallos e irregularidades destapados por esa explosión en Vallecas.

No había nueve viviendas, sino once

Durante la tarde del sábado, tras la brutal deflagración y una vez evacuados los heridos y desalojado el edificio, agentes de la Policía Nacional interrogaban a los vecinos acerca de las características habitacionales del edificio afectado. Tomaban nota de que, aparte de las nueve viviendas (tres por planta), había dos más: el local que había estallado y que había sido convertido en vivienda hacía seis meses; y otra casa, pegada a esta, que se había levantado en el patio interior del bloque.

Según los vecinos, en la primera es donde fue encontrado muerto el colombiano Fabio Villa, de 52 años, en la madrugada del domingo, tras la denuncia de desaparición presentada por su esposa en la comisaría de Puente de Vallecas. Estaba bajo más de un metro de arena y ladrillos, según explicaron los servicios de emergencia.

Y en la segunda, la ubicada en el patio interior, es donde fue encontrado al día siguiente —lunes, por la tarde— el cuerpo del peruano Christian J. O., de 29 años, que había ido a visitar a uno de sus residentes, hospitalizado ahora en estado grave.

En este caso, fueron los amigos que no encontraron a Christian entre los heridos de los hospitales los que denunciaron su desaparición a la policía el mismo lunes. Estaba aún más sepultado que el otro fallecido, bajo dos metros de escombros compactados, según explicó la vicealcaldesa, Inma Sanz este martes. Sin embargo, la vicealcaldesa habló solo de nueve viviendas el sábado, no de 11.

Sin cédula de habitabilidad ni reforma autorizada

Según se ha sabido después, y confirmó Sanz este martes, el local no tenía cédula de habitabilidad. Pero sí la tenía, en cambio, esa vivienda contigua, ubicada en el patio interior del bloque, según confirman fuentes de la Junta de Distrito. Es decir, al menos estaban reconocidas 10 de las 11 viviendas del inmueble.

“Es un edificio antiguo, de los años 50, en el catastro figura como vivienda”, señalan fuentes de la junta de distrito en relación a esa otra casa en el patio. También ha sido confirmado por el ayuntamiento que, aunque había sido reformado el local contiguo y convertido en vivienda, esa remodelación no había sido autorizada. Tan solo figuraba una declaración responsable en la consulta de licencias donde se hacía alusión a un reacondicionamiento del espacio, sin especificar para qué.

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Borja Carabante, anunciaba también este martes que se iniciaran los expedientes sancionadores que correspondan, mientras continúan las labores para asegurar el edificio y terminar de retirar el escombro.

El origen: ¿El arreglo de un sótano?

Según los conocidos del fallecido Fabio Villa, justo en el momento de la explosión, se encontraba “arreglando un sótano al que se accedía por una compuerta en el suelo de su habitación y que estaba lleno de humedades y descascarillado”, describieron.

Le acompañaba en esa tarea su amigo Julián, también colombiano de 44 años, que está ingresado en la UCI del hospital de La Paz en estado muy grave y “completamente quemado”, según aseguraron sus amigos, mostrando sus fotos en el centro hospitalario.

Les queda la duda de si pudo haberse salvado también Fabio, de haber sido encontrado antes. Y sigue en el aire, pero como hipótesis de la investigación policial, si esas labores de “arreglo” no reguladas pudieron estar en el origen de la explosión o no. Un asunto que aún investigan los agentes de la Policía Científica para determinar cuál fue la causa concreta de semejante explosión.

Mala información: lo que explotó no fue un bar, sino un local

Al poco de ocurrir la explosión, hasta bien entrada la tarde, los servicios de emergencia del Ayuntamiento de Madrid informaron de que se había producido una explosión “en un bar de Vallecas”. Sin embargo, no fue así. A simple vista, se podía observar en el lugar que lo que había explotado era el local, separado del bar por el portal de acceso al edificio.

Los testigos vieron cómo la reja de su cierre salió despedida junto con un buen número de enseres, incluidos los sofás del esa improvisada vivienda. Todo ese material impactó contra un vehículo que pasaba en ese preciso momento y cuya conductora resultó herida y tuvo que ser rescatada del coche por los bomberos. El matrimonio responsable del bar explicó, posteriormente, cómo la deflagración hizo caer una de las paredes de su establecimiento, lleno de gente a esa hora, y del que fueron rescatados numerosos heridos, incluida su propia hija.

Los bomberos y vicealcaldesa descartaron desaparecidos

La vicealcaldesa, Inma Sanz, compareció en el lugar la misma tarde de los hechos. Hacia las 19.30 aseguró, al igual que habían hecho los bomberos una hora antes a través de sus radiofrecuencias, que se descartaban personas desaparecidas y, por tanto, atrapadas bajo los escombros. Acto seguido facilitó un cómputo total de víctimas de 25 heridos, cinco graves.

Este martes, preguntada por los medios por este notorio error, Sanz aludió a la Policía Nacional: “En el momento en que la Policía Nacional nos ha trasladado que había la más mínima duda respecto a que pudiera haber alguna persona que no hubiera aparecido, lógicamente se han hecho todas las labores para tratar de localizarlas, con la información que iban contando los bomberos en cada momento”.

Los bomberos, al mando según el Plan de Emergencias

En enero de 2023 La Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid aprobó su Plan de Emergencias (PEMAM) que establece que quien coordina este tipo de situaciones es el Puesto Avanzado de Mando (PAM). En este caso, según los servicios de Emergencias del Ayuntamiento, quien dirigía ese puesto de mando eran los bomberos. Es responsabilidad de quien dirige ese puesto de mando: “Determinar su ubicación en el lugar de la emergencia y delimitar el área de intervención y respuesta de los efectivos”, “definir la ubicación del Puesto Sanitario Avanzado (PSA) en coordinación con el personal sanitario”, “coordinar las actuaciones de los mandos de los grupos de acción que intervengan”, “proponer, a la vista de la evolución de la situación, el cambio de situación operativa de emergencia”, “proponer la desactivación del puesto de mando y transmitir la orden de desmovilización de los medios y recursos activados”.

Es decir, la coordinación de la actuación dependía del responsable de los bomberos.

“Las explosiones son muy caprichosas”

El portavoz de los bomberos en el lugar, admitió el mismo sábado por la tarde a los periodistas que los lógico era pensar que el origen de la deflagración estaba en la zona más afectada, en este caso el local ubicado en el bajo del edificio, pero advirtió: “Las explosiones de son muy caprichosas y no se puede descartar nada nunca”. Dejando abierta la cuestión del origen que ahora se investiga.

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