Caen los ‘basiliscos’, una banda especializada en drogar a turistas adinerados para robarles
Los detenidos seleccionaban a sus víctimas en locales de ocio en el centro de Madrid y les llegaron a provocar un estado de coma o paradas cardiorrespiratorias
Extranjeros, para evitar el seguimiento de la denuncia; con posibilidades económicas, para que el riesgo les saliera rentable; desprevenidos, para que no se percataran de esa sustancia que echaban en las copas. Eran como el basilisco, la criatura de la mitología griega repleta de veneno mortal, el rey de las serpientes. Así ha bautizado la Policía la operación en la que han detenido en Madrid y Albacete a dos integrantes de una banda que se dedicaba a drogar a turistas extranjeros para robar sus pertenencias. Otros dos miembros...
Extranjeros, para evitar el seguimiento de la denuncia; con posibilidades económicas, para que el riesgo les saliera rentable; desprevenidos, para que no se percataran de esa sustancia que echaban en las copas. Eran como el basilisco, la criatura de la mitología griega repleta de veneno mortal, el rey de las serpientes. Así ha bautizado la Policía la operación en la que han detenido en Madrid y Albacete a dos integrantes de una banda que se dedicaba a drogar a turistas extranjeros para robar sus pertenencias. Otros dos miembros cayeron en diciembre, después de que uno de estos golpes se les fuera de las manos y la víctima muriera en una habitación del hotel Palace.
Sus objetivos siempre eran hombres de mediana o avanzada edad, que estaban de fiesta en la zona del barrio de Chueca y con los que empezaban a conversar para tratar de ganarse su confianza. Hasta que llegaba el momento del descuido. Entonces les echaban el narcótico en la copa y comenzaba la oscuridad para las víctimas. El empresario José Rosado fue el que sufrió el desenlace fatal en el Palace, pero a raíz de las investigaciones se sabe que hubo otros momentos en los que rozaron el límite. Dos de sus siete víctimas fueron encontradas en parada cardiorrespiratoria. “Siempre contaban lo mismo: que dos chicos se les habían acercado a hablar y lo siguiente que recordaban era despertar en el hospital”, apuntan fuentes policiales.
Los arrestados son dos hombres de 32 y 25 años, de nacionalidad rumana. El primero de ellos acumula 16 antecedentes por delitos idénticos a los que le han llevado de nuevo al calabozo. Su detención se llevó a cabo el último fin de semana de febrero en la calle de Hortaleza, en el centro de la capital, por la noche, y la del más joven se realizó en el municipio de Barrax (Albacete). La Policía atribuye al mayor dos homicidios en grado de tentativa (aquellas situaciones en las que se considera que la vida de la víctima ha estado en serio peligro), porque participó de forma activa en los dos casos en los que los hombres estaban en parada cardiorrespiratoria. A los dos les imputan siete robos con violencia y pertenencia a asociación ilícita.
Uno de los afectados es un hombre de 43 años que apareció tirado en una plaza de Chueca en la que se ubica el Ministerio de Cultura. El vigilante de seguridad del edificio vio en las cámaras de seguridad a víctima y agresores y se percató de que algo no iba bien. Cuando llegaron los servicios de Emergencias, le encontraron solo, con convulsiones y sin su cartera ni su reloj. Era un hombre español residente en Estados Unidos que estaba pasando unos días en Madrid. A muchos de ellos los dejaban abandonados en esa misma plaza, después de haber estado en locales y bares de los alrededores. En esta ocasión el vigilante los vio, pero en el caso de otra víctima permaneció cuatro horas a la intemperie hasta que alguien pasó por allí, se dio cuenta de que no estaba bien y avisó a los servicios de Emergencias.
Unos días después, se repitió la historia. Un hombre estadounidense de 52 años fue atendido en plena calle en coma sin sus objetos personales. Aquí los agresores perfeccionaron aún más sus técnicas de despiste y, después de quitarle la cartera, metieron en su bolsillo una identificación falsa. “Elegían turistas porque pensaban que no pondrían denuncia o que, al marcharse del país, las investigaciones no seguirían adelante”, explican fuentes policiales. Los agentes de la comisaría de Centro, que ha desarrollado la operación, tenían claro que había relación entre estos ataques con sumisión química. “Su sustancia predilecta era la benzodiazepina (ansiolíticos), aunque también usaban ketamina y metanfetamina”, señala la Policía.
Casos del pasado
Los cinco robos con violencia se produjeron entre el 29 de octubre de 2021 y el 18 de enero de este año. Mismo perfil: un hombre puertorriqueño de 69 años, un hondureño de 35 y un francés de 53. Pero además, gracias a esta investigación, se ha logrado dar una respuesta a otras dos agresiones de 2019, una sufrida por un australiano de 60 años y otra en la que la víctima fue un chileno de 36. Los detenidos tenían buen ojo para elegir a sus víctimas. Les robaron grandes cantidades de dinero, realizaron generosos gastos con sus tarjetas y les dejaron sin valiosos relojes y cadenas de oro.
Hace un mes, la Policía detuvo a ocho hombres en otro caso de sumisión química en una discoteca de Madrid, aunque en ese caso el objetivo fue abusar de dos chicas, que tuvieron que ser hospitalizadas. Las grabaciones de las cámaras, un testigo y los análisis permitieron probar que el grupo de hombres introdujo esas sustancias en la bebida para poder aprovecharse de las jóvenes.
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