La muerte en el Palace del empresario estadounidense fue un homicidio

La Policía detiene a dos individuos por introducir sustancias en la bebida de José Rosado que acabaron con su vida con la intención de robarle

Entrada del hotel Westin Palace en Madrid.Pablo Monge

El empresario estadounidense José Rosado encontró la muerte en medio del lujo. Unos trabajadores hallaron su cadáver el 30 de octubre en una habitación del hotel Palace en Madrid. Sin signos de violencia, ni golpes, ni sangre. La estancia estaba simplemente revuelta. A simple vista, todo apuntaba a una muerte natural. Los agentes de la comisaría cercana y los investigadores de homicidios revisaron la estancia. A ninguno se les escapó que faltaban varios objetos personales del hombre. Dos meses después, la ...

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El empresario estadounidense José Rosado encontró la muerte en medio del lujo. Unos trabajadores hallaron su cadáver el 30 de octubre en una habitación del hotel Palace en Madrid. Sin signos de violencia, ni golpes, ni sangre. La estancia estaba simplemente revuelta. A simple vista, todo apuntaba a una muerte natural. Los agentes de la comisaría cercana y los investigadores de homicidios revisaron la estancia. A ninguno se les escapó que faltaban varios objetos personales del hombre. Dos meses después, la Policía ha detenido a las dos personas que estuvieron con la víctima esa noche en la habitación. No era la primera vez de los asesinos del Palace.

Los detenidos son dos hombres con multitud de antecedentes policiales por robos, en algunos de ellos, con la técnica de lo que se conoce como sumisión química. Introducir sustancias en la bebida de sus víctimas para sustraer sus objetos de valor. Esto es lo que cree la Policía que sucedió aquella madrugada del 30 de octubre. “En su organismo se encontraron sustancias depresoras que mezcladas con el alcohol fueron las que le mataron”, explican fuentes policiales. Uno de ellos es un ciudadano rumano de 39 años con nueve detenciones previas y el otro es uno marroquí de 29 que acumula 17 arrestos. Al segundo de ellos también se le imputan delitos semejantes cometidos en el distrito centro. Uno de ellos en julio y otro a principios de diciembre, después del homicidio de Rosado. En el caso del empresario, el suministro de droga se les fue de las manos.

La noche anterior al hallazgo del cadáver, el 29 de octubre, la víctima salió del hotel para tomar algo. Fue de copas por una zona cercana al hotel y en alguno de estos bares es donde la Policía cree que se encontró con los dos individuos que acabarían provocando su fin. Los agentes del Grupo V de Homicidios, que ha llevado a cabo la investigación, no saben por ahora si fue un encuentro casual o contactó con ellos a través de alguna aplicación. Lo que sí se sabe es que Rosado se encontraba esos días en Madrid en un viaje de placer y que cuando entró a su habitación acompañado de estos dos hombres se encontraba “en perfectas condiciones”. Fue la familia la que, al no tener noticias de el durante varias horas, dio la voz de alarma y miembros del personal del hotel encontró el cuerpo.

Rosado había nacido el 25 de abril de 1978 en Nueva Jersey. Hijo de puertorriqueños y afincado en Miami, era un empresario de éxito. Desde 2020 y hasta julio de 2021 había trabajado como consejero delegado del que fuera el mayor astillero privado en España, Hijos de J. Barreras. Hacía solo unos meses había salido del consejo de administración después de cambios en la gestión de la compañía. Fue la propia empresa la que hizo pública la identidad de la víctima al enviar un mensaje de condolencia a la familia.

Este puesto hizo que Rosado llegara a residir en Vigo. España fue uno de los más de 50 países que este viajero empedernido pisó en toda su vida. También estudió en Argentina y vivió dos años en Londres, su ciudad favorita. “José estaba a punto de comenzar una nueva aventura empresarial cuando murió, después de una carrera brillante como ejecutivo en industrias marítimas, y de los sectores bancario y de la energía”, detalla el obituario que se publicó en el Miami Herald pocos días después de su fallecimiento. En el texto se le define como un gran amante de la “comida, vino y cultura de los lugares que visitaba”. Fue su pareja durante más de 13 años, Nicholas Young, el que se encargó de la repatriación del cadáver. Su funeral se celebró poco tiempo después en Puerto Rico. Los hijos de sus amigos solían llamarle cariñosamente “tío José”.

Una de las pistas fundamentales que condujeron a la detención de los dos supuestos asesinos fueron los movimientos bancarios que realizaron poco tiempo después del hallazgo del cadáver en Móstoles con su tarjeta. Además, varios testigos y grabaciones del hotel registraron la entrada de estos dos sujetos junto a Rosado esa madrugada en su habitación. “Todo lo que provocó su muerte, sucedió en esa habitación, porque él accedió perfectamente”, resaltan fuentes policiales. La Policía Científica también pudo recabar restos y pruebas que incriminan a los dos supuestos autores del homicidio.

A los dos hombres se les detuvo el 23 de diciembre en dos domicilios diferentes. Según detalla la Policía, en sus casas “se intervino la ropa que portaban la madrugada del 30 de octubre, más de 2.500 euros en efectivo, teléfonos móviles, tablets, joyas, documentación de terceros y otros objetos de valor”. Los agentes investigan ahora cuáles de esos objetos pertenecían a Rosado, su víctima del Palace.

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