La moda llega en tren con Veranos de la Villa
La exposición ‘La influencia de los maestros españoles’ exhibe piezas originales de Balenciaga, Berhanyer y Pertegaz, entre otros
La influencia de los grandes maestros de la costura del siglo XX en los diseñadores del momento es más que evidente. Las piezas originales de Cristóbal Balenciaga, Elio Berhanyer, Pertegaz, Pedro Rodríguez y Pedro Rovira que se exhiben en la muestra La influencia de los maestros españoles, expuestas en la zona noble del palacio de Fernán Núñez, demuestran que los actuales dis...
La influencia de los grandes maestros de la costura del siglo XX en los diseñadores del momento es más que evidente. Las piezas originales de Cristóbal Balenciaga, Elio Berhanyer, Pertegaz, Pedro Rodríguez y Pedro Rovira que se exhiben en la muestra La influencia de los maestros españoles, expuestas en la zona noble del palacio de Fernán Núñez, demuestran que los actuales diseñadores han bebido de sus fuentes para poder crear, confeccionar y llevar a los salones o a la calle la moda del siglo XXI.
La alta costura ha llegado al centro de Madrid de la mano de Veranos de la Villa, que ha incluido en su programación esta exposición, un desfile y varias mesas redondas en las que se abordan aquellos aspectos de la industria que más afectan a su desarrollo como la sostenibilidad o la digitalización. Todo ello organizado por la revista Telva. El miércoles desfilaron sobre las alfombras del palacio un grupo de modelos con 99 trajes. En la sala principal del palacio, sede de Ferrocarriles Españoles, se han colocado los maniquíes con 13 piezas originales de los grandes maestros de la segunda mitad del siglo XX, cedidas por familiares de las mujeres que los llevaron y coleccionistas.
En una esquina, el visitante puede contemplar cuatro trajes de invierno de 1964 y 1966 de los talleres de Cristóbal Balenciaga, el modisto de Getaria los eligió para Carmen Zapino y se confeccionaron en París. Son dos trajes con manga tres cuartos, un vestido de cóctel con capa bolero y un vestido en crepé rústico en lana negra. Las cuatro piezas son de la colección del diseñador Fernando Lemoniez, cedidos para la exposición. Justo enfrente se encuentran los diseños prestados por Lorenzo Caprile de Pedro Rodríguez, Pedro Rovira, Elio Berhanyer y Pertegaz.
En la exposición, además de los originales del siglo pasado, se pueden contemplar prendas únicas de las colecciones de diseñadores de este siglo como Encinar, Duarte, María Escoté, The 2nd Skin Co., Moisés Nieto, Max Mara, Esaú Yori, Leandro Cano, Devota & Lomba, Lemoniez, Otrura, Cortana, Ángel Schlesser, Bleis Madrid, Roberto Verino, Avellaneda, Juan Vidal, Pedro del Hierro, Pertegaz, Jan Taminiau, Ailanto, Giorgio Armani, Teresa Helbig, Antonio García, Duyos, Maison Mesa, Gabriel Lage, Roberto Diz, Isabel Sanchís, Redondo Brand, Palomo Spain, Ágatha Ruiz de la Prada, Roberto Torretta, Adolfo Domínguez, Sportmax, Óscar de la Renta, Jorge Acuña y Mimoki.
En la muestra destaca una chaqueta de Esaú Yori, de la colección del próximo otoño invierno, confeccionada con terciopelo de algodón italiano y forro de seda. La limpieza de las líneas de la prenda es absoluta. Al tacto se percibe la calidad de los tejidos y, a la vista, la perfección de la costura a mano, difícil de encontrar actualmente.
Esaú Yori confiesa que para él Cristóbal Balenciaga es un maestro y uno de los admira. “Estuvo en la vanguardia en el momento que empezó a diseñar y hoy sigue siendo motivo de estudio. La calidad del corte y la perfección en las prendas, prácticamente sin costuras, es muy complicada de materializar. En la simplicidad de lo que realizaba estaba la elegancia de las prendas. Fue capaz de romper barreras en un momento muy concreto de la moda y yo sigo estudiando su trabajo porque me parece exquisito”, sostiene el diseñador.
El trabajo de Yori persigue desmarcar los códigos masculino y femenino. “Trabajo y conozco en profundidad la sastrería hasta poder realizar una prenda en la que se esconde una especie de juego. De cintura para arriba la pieza puede ser una chaqueta masculina, y de cintura para abajo una especie de miriñaque, marcando las caderas, acentuando la cintura y creando una nueva silueta de hombros”, explica Esaú Yori. El diseñador peruano-español, como le gusta definirse, creó su marca en China en 2014, donde estableció un taller de confección siguiendo los parámetros de Europa. “Me gustan los tejidos de calidad. Que esté fabricado en China, un país tan grande, no quiere decir que todo lo que vayas a buscar allí sea malo. Todo depende de lo que quieras invertir en los materiales que utilizas. Yo siempre lo he tenido claro, que ese era el camino que quería seguir. Empleo en mis colecciones cachemir, alpaca, merino virgen y mohair. El ADN de mi marca es precisamente la calidad”, explica.
Afincarse en China le ha llevado a ampliar su clientela al mundo japonés, donde sus prendas son codiciadas entre un determinado sector de clientes. “La mujer en Asia todavía no tiene el mismo papel que en Occidente, y la marca tuvo claro que a través de la ropa queríamos empoderar a esa mujer”, puntualiza. Mientras ultima la colección de primavera verano del próximo año y pendiente de la celebración de los desfiles de París, Tokio, Shanghái y Nueva York, donde se exhibirán sus creaciones, está cerrando la ampliación de su marca en Europa.
Las colecciones de Esaú Yori se fundamentan en tres colores básicos como el blanco, el negro y el azul marino. Colores que también predominaron en las prendas de alta costura de Cristóbal Balenciaga.
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