Una mirada cómica y grotesca de tres problemas sociales

El dramaturgo José Troncoso pone en su mirada en la exclusión femenina en “Lo nunca visto”

Desde la izquierda, Belen Ponce, Alicia Rodríguez y Ana Turpin en la obra 'Lo nunca visto'.Ignacio Ysasi

Una yonqui, una ama de casa maltratada y una profesora decrépita son las protagonistas de la obra Lo nunca visto, escrita y dirigida por el dramaturgo José Troncoso (Cádiz, 46 años). Las tres se encuentran en riesgo de exclusión social y buscan separarse de un pasado que las atrapa y del que será muy difícil cambiar. La pieza, que se representa en el Teatro Infanta Isabel hasta el 6 de junio, hace así una mirada de tres problemas sociales desde un punto de vista grotesco y cómico.

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Una yonqui, una ama de casa maltratada y una profesora decrépita son las protagonistas de la obra Lo nunca visto, escrita y dirigida por el dramaturgo José Troncoso (Cádiz, 46 años). Las tres se encuentran en riesgo de exclusión social y buscan separarse de un pasado que las atrapa y del que será muy difícil cambiar. La pieza, que se representa en el Teatro Infanta Isabel hasta el 6 de junio, hace así una mirada de tres problemas sociales desde un punto de vista grotesco y cómico.

La historia trata de una profesora de danza sin ningún talento, interpretada por Belén Ponce, que decide que, antes de que cierren su escuela de danza, es el momento del “ahora o nunca” y realizar un espectáculo que evolucione el arte contemporáneo con algo que nunca se haya visto anteriormente. Por eso, decide convocar a todas sus exalumnas, cuando le quedan pocos días para que le desahucien. Sin embargo, ve como solo se apuntan dos personas: un ama de casa (Alicia Rodríguez), que huye de su hogar por haber sufrido acoso, y una yonqui (Ana Turpin), que pasa por ahí. La ausencia de talento hace que finalmente las tres cuenten su vida de una manera descarnada intentando innovar.

El director cuenta que con esta obra se mira de frente sobre los asuntos que importan en la actualidad: “Los problemas son incómodos y siempre los queremos lejos. Pero es inevitable porque las grandes cosas como el amor o la muerte no se eligen”. De ahí es la llamada que hacen en la obra de ser conscientes donde está el punto de no retorno, a partir del momento del que no es posible reinventarse. Según el dramaturgo, ellas intentan alterar su historia y vivir un presente y futuro distinto, pero el pasado se las come.

Cuando Troncoso creó esta pieza, hace cuatro años, observó que la cultura empezaba a estar en un momento delicado. También observó que el maltrato seguía aumentando y que la heroína volvía a expandirse por las calles. “Así decidimos crear tres personajes que simbolizan estos problemas, pero los envolvimos en luz”, indica el dramaturgo, que cuentacomo los personajes despiertan grandes dosis de ternura entre el público siendo personas apartadas e invisibles.

El título de la obra se debe al deseo de las protagonistas de querer crear algo nuevo que nunca se ha visto antes. Pero por otro lado, hace referencia a las personas que permanecen invisibles en el día a día. Troncoso opina que es por falta de empatía en los demás y porque la sociedad es muy individualista. Por eso, quiso poner sobre la escena a tres personajes que saben ayudarse entre ellos para salir de las malas situaciones.

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Las actrices Belen Ponce, Alicia Rodríguez y Ana Turpin en la obra 'Lo nunca visto'.Ignacio Ysasi

‘Lo nunca visto’ es una comedia tremendamente trageca. El público ve como estos personajes tropiezan y aunque para ellas mismas no es gracioso, si lo es para los espectadores. “Hacen que sus vidas sean un desastre, tanto que provoca risa”, señala Troncoso. Sin embargo, el público ve posibilidades en su propia vida, ya que no es tan difícil convertirse en estos personajes, por eso el director lo aborda desde la técnica creada por Valle Inclán: “La mejor manera de representarles es a través del esperpento. Desde este espejo transformado, la gente puede mirarse con la tranquilidad de saber que no son ellos”.

La escena la ha creado Juan Sebastián Domínguez y la sitúa en el estudio de danza donde la profesora daba clases. Está al borde del cierre y desvencijado. En la sala hay una barra de danza que sirve para cambiar de tiempo y volver adelante y atrás. Nada está en su sitio y todo está a un paso de desintegrarse. “La idea de la que partimos es el olor a estas clases de teatro que hemos ido todos al empezar. Tiene una luz muy concreta, el terciopelo antiguo”, asegura Troncoso.

La obra se ha representado por España y ahora ha vuelto a Madrid con una gran acogida por parte del público: “Teníamos ganar de estar aquí porque hace cuatro años se agotaron las entradas en el teatro Español”. Considera que el público de la ciudad le es muy fiel desde que estrenó Las Princesas del Pacífico. Aun así, Troncoso no desiste en analizar la sociedad y ya prepara otro espectáculo que verá la luz el próximo año, que girará sobre la vida de dos adolescentes que cambian de instituto y sus problemas.

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