El problema fueron las bajas de sanitarios

“La mortalidad por la covid-19 en el medio residencial ha sido enorme en todas las comunidades autónomas y en todas se han aplicado medidas organizativas y protocolos clínicos”, defiende el exdirector general de Coordinación Sociosanitaria

Una cuidadora ayuda a comer a una anciana en una residencia del barrio madrileño de Villaverde, en Madrid.Mariscal (EFE)

Esos protocolos clínicos de atención en residencias de mayores, que no órdenes, resoluciones o instrucciones de ningún tipo, fueron consensuados por los geriatras referentes de Madrid y rubricados por mí para organizar la mejor asistencia en el lugar más adecuado, en un contexto de catástrofe sanitaria: trasladar a aquellos casos que podían beneficiarse del ingreso en hospitales casi colapsados, y tratar en la propia residencia al resto. Nunca se pretendió excluir a nadie, pero tampoco caer en el encarnizamiento terapéutico. Cuando a un residente se le ha intentado manejar en su residencia, ha...

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Esos protocolos clínicos de atención en residencias de mayores, que no órdenes, resoluciones o instrucciones de ningún tipo, fueron consensuados por los geriatras referentes de Madrid y rubricados por mí para organizar la mejor asistencia en el lugar más adecuado, en un contexto de catástrofe sanitaria: trasladar a aquellos casos que podían beneficiarse del ingreso en hospitales casi colapsados, y tratar en la propia residencia al resto. Nunca se pretendió excluir a nadie, pero tampoco caer en el encarnizamiento terapéutico. Cuando a un residente se le ha intentado manejar en su residencia, ha sido porque la derivación al hospital no le iba a proporcionar un beneficio en su pronóstico vital. Suscribo todo lo afirmado por el presidente de la SEGG. El gran problema real que impidió medicalizar adecuadamente las residencias fue la gran cantidad de profesionales que cayeron infectados, a pesar de llevar allí la farmacoterapia, oxigenoterapia (un 1.183% más de lo habitual en marzo) y EPI desde hospitales y el almacén de Ifema. Y cubrir esas bajas fue muy difícil para AMAS y residencias privadas, a pesar de los numerosos listados de profesionales que se facilitaron desde Sanidad. El protocolo clínico definitivo y válido es el difundido el 25, con la escala de fragilidad. Y, en efecto, la versión del día 20 no era una versión válida, se envió por error y nunca llegó a aplicarse. En cualquier caso, la decisión final de trasladar o no a una persona era del médico responsable y del 061, como debe ser.

La mortalidad por la covid-19 en el medio residencial ha sido enorme en todas las comunidades autónomas (casi récord en la mía, en Aragón, con un 83,21%), y en todas se han aplicado medidas organizativas y protocolos clínicos. Me apena muchísimo que no se relate todo lo conseguido para que, al menos, el drama no fuese aún mayor. En la Comunidad de Madrid se puso en marcha un Plan de Choque Platercam 112 muy amplio, conseguí donaciones de material de protección, comida, fármacos y alcohol en grandes cantidades, se posicionaron hasta 66 profesionales de las mutuas, se crearon 30 equipos de Atención Primaria y 36 de hospitales para atención in situ, se habilitó la derivación directa de pacientes de residentes mayores a los hospitales de apoyo (Cruz Roja, Santa Cristina) y de media-larga estancia (Guadarrama, Fuenfría, Virgen de la Poveda). Algunos pasamos muchas tardes como médicos voluntarios en las residencias más apuradas... Pero eso no se cuenta. Y tampoco que es muy preciso centrarnos en mejorar la atención global a nuestros mayores, y poner medios de verdad para que una tragedia así nunca vuelva a ocurrir a la mejor generación que ha tenido este país.

Carlos Mur de Viu fue director general de Coordinación Sociosanitaria entre octubre de 2019 y mayo de 2020.

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