El profesor que apareció degollado en Vigo murió a principios de la semana pasada

El cadáver del profesor jubilado Benito Torreiro Sío, de 69 años, aguardaba ser descubierto desde antes de Fin de Año en su piso de Vigo, en la novena planta de Areal 136. Aunque presentaba un golpe en la cabeza y cortes por otras partes del cuerpo, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) atribuyeron la muerte a una larga y profunda cuchillada en el cuello, de más de 15 centímetros. Y también apuntaron una probable fecha para el crimen: entre el 27 y el 28 de diciembre, siete días antes de que el olfato de los guardias civiles les hiciese sospechar del relato de unos m...

El cadáver del profesor jubilado Benito Torreiro Sío, de 69 años, aguardaba ser descubierto desde antes de Fin de Año en su piso de Vigo, en la novena planta de Areal 136. Aunque presentaba un golpe en la cabeza y cortes por otras partes del cuerpo, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) atribuyeron la muerte a una larga y profunda cuchillada en el cuello, de más de 15 centímetros. Y también apuntaron una probable fecha para el crimen: entre el 27 y el 28 de diciembre, siete días antes de que el olfato de los guardias civiles les hiciese sospechar del relato de unos muchachos en un control rutinario de tráfico. Un par de chicos viajaban a bordo de un coche de alta gama. Los agentes le dieron el alto y comprobaron que el conductor de un Audi A-6, un vecino de Monforte de 21 años, tenía en su poder tarjetas ajenas de un hombre de Vigo, con las que había realizado varias compras.

El titular de la documentación era Benito Torreiro, profesor jubilado vinculado anteriormente al PSOE de As Neves y a UGT-Ensino e impulsor de proyectos educativos en Brasil, a través de la iniciativa Escola Viva. Cuando al fin los investigadores lograron entrar en su domicilio, se encontraron el cadáver del maestro, además de un par de cuchillos de cocina ensangrentados y restos de vajilla y cristalería sucios que indicaban que Torreiro había compartido alguna comida o bebida con otras personas poco antes de fallecer.

Ni en el edificio, ni entre sus amigos y sus familiares habían saltado las alarmas pese a que la víctima no había dado señales de vida en los días de fiesta. En el control de tráfico que lo paró en Silleda (Pontevedra) el joven contó que las tarjetas bancarias eran de “un primo” que se las dejaba usar en estos días de Navidad. Después de su detención, la policía nacional, encargada ahora del caso, ha apurado al máximo el plazo de arresto legal, 72 horas, para tratar de reconstruir la verdad que se esconde tras el crimen que el vecino de Monforte negó haber cometido. Los gastos a cargo de la cuenta de Torreiro solo pueden llegar a probar un robo con usurpación de identidad. Ninguno de los amigos que lo acompañaban al cruzar Silleda han sido detenidos. Esta tarde el sospechoso de homicidio pasará a disposición judicial. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia informa de que está prevista su comparecencia a partir de las cinco.

La vivienda de la calle Areal, a la que los agentes tuvieron acceso después de localizar a una hermana del fallecido, no estaba revuelta. Aparentemente, Torreiro Sío había dejado pasar voluntariamente a la persona o personas que acabaron con su vida. Las diligencias se encuentran bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción 5 de Vigo.