Feijóo irrumpe en la campaña gallega con la lanza de la amnistía
El líder del PP defiende el modelo de su partido en Galicia frente al modelo del PSOE en el Gobierno central “que cambia la investidura por la inmunidad penal”
Desde la montaña de Pedrafita do Cebreiro (Lugo), con el puente de entrada a Galicia al fondo, Alberto Núñez Feijóo irrumpió el viernes en la campaña electoral en la que tanto se juega. Lo hizo con la lanza de la amnistía en la mano, en una comunidad en la que, según el barómetro de diciembre de 40dB. para EL PAÍS, el 47% de la población cree que la medida de gracia al independentismo favorecerá la con...
Desde la montaña de Pedrafita do Cebreiro (Lugo), con el puente de entrada a Galicia al fondo, Alberto Núñez Feijóo irrumpió el viernes en la campaña electoral en la que tanto se juega. Lo hizo con la lanza de la amnistía en la mano, en una comunidad en la que, según el barómetro de diciembre de 40dB. para EL PAÍS, el 47% de la población cree que la medida de gracia al independentismo favorecerá la convivencia, nueve puntos por encima de la media española y con un porcentaje que solo supera Cataluña. Unas horas después, en Monforte de Lemos, el político que encadenó cuatro mayorías absolutas en la Xunta insistió, centrando el mensaje en los asuntos autonómicos, en que el 18-F se decide entre “el modelo de Sánchez” donde son las “minorías radicales” las que gobiernan y la “estabilidad” de Galicia. “Algunos ven el mundo desde Madrid, pero Galicia no tiene que ser el escenario de sus batallitas”, le respondió la candidata del BNG, Ana Pontón, desde la aldea de Lugo en la que nació y donde dio una rueda de prensa en la cocina de la casa familiar junto a sus padres.
Feijóo inició el viernes la campaña del PP para las elecciones gallegas con una crítica a Pedro Sánchez, después de que el presidente del Gobierno afirmara la víspera que “todos los independentistas catalanes van a ser amnistiados porque no son terroristas”. El jefe de la oposición al Gobierno central censuró esas palabras y rebajó el tono respecto a las que él mismo había pronunciado en los últimos días, apuntando a que en el procés sí hubo terrorismo. “En mi opinión, hay actos de terror que se han producido durante varias semanas en Cataluña, tras el procés […] Ahora bien, a quien le corresponde tipificar si unos actos tienen o no la consideración de terrorismo es a los jueces. Es lo que dije, es lo que mantengo y es lo que le pido al presidente del Gobierno: que no se convierta en un juez del Tribunal Supremo, aunque nos tiene acostumbrados ya a muchas cosas”, afirmó durante su visita a Pedrafita do Cebreiro (Lugo). En su siguiente discurso a la hora del almuerzo, el líder del PP descargó contra la amnistía que sigue su controvertida tramitación en la Comisión de Justicia del Congreso. Y defendió el modelo de su partido en Galicia frente al modelo del PSOE en el Gobierno central “que cambia la investidura por la inmunidad penal”.
El candidato de Feijóo a la Presidencia de la Xunta, entretanto, ha optado por abrir la batalla electoral esquivando el choque con la izquierda. El popular Alfonso Rueda no acudió al debate organizado por la Cadena SER y EL PAÍS en un hotel de Santiago. Prefirió enviar a su portavoz parlamentario y número seis de la lista por Pontevedra a batirse con la nacionalista Pontón y el socialista José Ramón Gómez Besteiro. “La agenda de un presidente-candidato siempre resulta complicada”, alega el PP. La de este viernes de Rueda no lo era tanto. Su plan solo recogía por la mañana un acto con universitarios que comenzó justo después de terminar el debate y a poco más de un kilómetro de distancia.
Ese encuentro que Rueda mantuvo con estudiantes entronca con la promesa estrella del PP: la gratuidad de la primera matrícula en la Universidad. BNG y PSOE le afean al candidato a la reelección que haya bloqueado esta medida todas las veces que la planteó la oposición en el Parlamento gallego en los últimos años. “Es una pena que sean las encuestas que les dan malos resultados las que le hayan hecho cambiar de opinión”, ironizó Pontón. Rueda defendió que la gratuidad de la primera matrícula universitaria es una medida “de justicia” para corresponder “el esfuerzo que supone para las familias darle un futuro a sus hijos” y “apoyar a todos aquellos que quieran estudiar y formarse creyendo en la cultura del esfuerzo”. El socialista Besteiro reaccionó subiendo la apuesta de Rueda: escoltado por los rectores de las tres universidades gallegas, prometió que si llega a la Xunta, la primera matrícula de los másteres también será gratuita.
Haciendo honor al lema de precampaña de Rueda, Galicia non para, la maquinaria de la Xunta se ha preocupado de mostrar su mejor cara hasta el minuto antes de la pegada de carteles. El pasado jueves, tras ser apercibido por la Junta Electoral por usar el atril del palacio de San Caetano para realizar declaraciones electoralistas, el presidente en funciones aprobó el pago de 218 euros de complemento a los 37.000 gallegos que cobran una pensión no contributiva. La medida se adelanta más que nunca. Siempre se abonó a finales de año o, como muy pronto, en marzo. Además, el Ejecutivo del PP cerró ese mismo día un acuerdo con los bomberos comarcales que llevan en huelga más de siete meses. La víspera de campaña ya había comenzado con el Diario Oficial de Galicia publicando un reparto de siete millones de euros entre los mariscadores de la comunidad en compensación por la caída de capturas de los últimos meses.
Con una manifestación en defensa de la sanidad pública programada para este domingo en Santiago, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha recalado en Vigo para arropar a la candidata de Sumar, Marta Lois. “Hay quienes quieren que esto sea una especie de segunda vuelta de los que no pudo ser el 23 de julio, pero no”, advirtió García, quien reprochó a Feijóo que con “tanto terrorismo y tanto apocalipsis” no hable de sanidad. “Estas elecciones van de poder ver a tu médico de atención primaria en dos días o en dos semanas”, defendió la ministra. Mientras, al movimiento de Yolanda Díaz le llegaba un golpe desde Madrid. “Galicia necesita partidos que no le laman las botas a Amancio Ortega”, sentenció Ione Belarra después de que la vicepresidenta segunda del Gobierno se confesara “forofa de Zara”. Y Santiago Abascal, en A Coruña, acusó a Feijóo de haber instaurado en la Xunta una “mayoría absoluta clientelar” que actúa “como la izquierda” y “el nacionalismo”, permitiendo que entren “los lobbies en los colegios” a “arruinar la inocencia de los niños”.