Carlos Mazón es elegido presidente de la Generalitat Valenciana con el apoyo de Vox
El líder de los populares en la comunidad autónoma recibe 53 votos a favor del PP y Vox, y 46 en contra del PSOE y Compromís. Mazón hace equilibrios con el partido ultra al agradecerle su apoyo a la vez que anuncia la inclusión de Igualdad en una vicepresidencia
Carlos Mazón, de 49 años, ha sido elegido este jueves presidente de la Generalitat en el parlamento valenciano con 53 votos a favor y 46 en contra. Le han apoyado los 40 diputados de su partido, el PP, y los 13 de Vox, con el que Gobernará en coalición. Y se han opuesto los 31 representantes de los socialistas y los 15 de Compromís. De este modo, M...
Carlos Mazón, de 49 años, ha sido elegido este jueves presidente de la Generalitat en el parlamento valenciano con 53 votos a favor y 46 en contra. Le han apoyado los 40 diputados de su partido, el PP, y los 13 de Vox, con el que Gobernará en coalición. Y se han opuesto los 31 representantes de los socialistas y los 15 de Compromís. De este modo, Mazón se convierte en el séptimo presidente valenciano de la etapa democrática autonómica, tras Joan Lerma, Eduardo Zaplana, José Luis Olivas, Francisco Camps, Alberto Fabra y Ximo Puig (el primero y último del PSPV-PSOE; los demás, del PP). Una vez se comunique el acuerdo al rey y al presidente del Gobierno y se publique en el BOE, se convocará un pleno el próximo lunes 17 de julio para la declaración institucional y el juramento o la promesa del cargo.
Mazón ha ofrecido un discurso de investidura lleno de llamadas al “diálogo”, “a los puntos de encuentro”, “a la mano tendida”, “a la tolerancia” y “al respeto”, pero ha querido dejar bien patente desde el principio su “más sincero agradecimiento a los 13 representantes en estas Cortes del grupo Vox”. El líder de los populares ha hecho equilibrios para combatir algunas de las críticas por sus cesiones al discurso de Santiago Abascal —incluirá las políticas de igualdad en una vicepresidencia y ha empleado la expresión violencia machista— sin molestar demasiado a su socio. Ha intentando diluir su pacto con Vox al compararlo con un acuerdo con Compromís para la Mesa de las Cortes y con otros movimientos.
En su discurso ha destacado como las prioridades de su programa de Gobierno la mejora de la sanidad, con la “dignificación de los sanitarios”, y de la educación, “sin ideologías” y con la “libre elección de centro y de idioma”. Y ha reiterado las medidas anunciadas en el pacto alcanzado con la ultraderecha, cuya bancada ha secundado la mayoría de los aplausos de los diputados populares. Por el contrario, la intervención posterior de la portavoz de Vox, Ana Vega, apenas ha recibido aplausos desde las filas del PP.
Ha habido una llamativa discrepancia cuando Mazón ha dicho en su discurso: “Quiero hacer una especial mención a una de las principales lacras de la sociedad: la violencia machista”. Vox reniega de la violencia machista y de género y obligó a obviarla y a utilizar la expresión “violencia intrafamiliar” en el pacto entre ambas formaciones. Y continuación, tras repudiar “cualquier tipo de violencia que se produzca en cualquier ámbito laboral, machista, intrafamiliar, de género o de identidad sexual, racial y en cualquiera de sus formas”, Mazón ha anunciado que “Igualdad tendrá el rango de vicepresidencia” en su futuro Gobierno. Entonces, la bancada popular ha prorrumpido en aplausos, mientras la mayoría de los diputados de Vox no ha movido un pelo. La vicepresidencia que ocupará el extorero y empresario Vicente Barrera, de Vox, se encargará de las competencias de Cultura.
En los demás anuncios ha habido una total unanimidad entre los dos partidos de derechas, como cuando Mazón ha dicho que eliminará el impuesto de sucesiones y donaciones, reducirá el tramo autonómico del IRPF a todos o derogará de forma inmediata la tasa turística, cuya aplicación está en manos de los ayuntamientos. También ha habido coincidencia en la clac de la bancada de las dos derechas cuando ha reiterado su intención de eliminar el requisito lingüístico en la sanidad, si bien saber valenciano solo es un mérito que puntúa, pero no una obligación.
El momento de mayor comunión, al menos por el alto voltaje de los aplausos, ha sido, no obstante, cuando Mazón ha incidido en que “el Gobierno del cambio eliminará todas las ayudas a aquellos que nos quieran imponer els països catalans”. Lo ha dicho tras anunciar la aprobación de “una nueva ley de señas de identidad del pueblo de la Comunitat Valenciana” y un día después de conocerse que un concejal de Vox ha vetado la suscripción de cinco revistas escritas en catalán, dos ellas infantiles, en el municipio castellonense de Burriana. Curiosamente, Mazón ha pronunciado una pequeña parte de su discurso en un valenciano normativo, con el uso, por ejemplo, de formas reforzadas habituales en el registro formal como “aquest”, pero denostadas y estigmatizadas por el anticatalanismo, que considera el valenciano y el catalán lenguas diferentes, y del que se ha nutrido tradicionalmente la derecha valenciana.
El socialista Ximo Puig ha iniciado su intervención con una mención al asesinato de Miguel Ángel Blanco, pero ha insistido en que el terrorismo de ETA acabó y ahora el terrorismo que hay que combatir es el machista, y ha pedido otro minuto de silencio en recuerdo de las mujeres asesinadas la semana pasada, una de ellas en el municipio valenciano de Antella. Toda la Cámara, puesta en pie, incluidos los diputados de Vox, lo ha seguido, como anteriormente lo había hecho con el minuto por el edil popular asesinado que había solicitado Mazón.
El dirigente socialista ha enumerado un sinfín de preguntas sobre el futuro Gobierno autonómico de coalición con Vox y que se harán los valencianos: “¿Qué pasará con las mujeres maltratadas, con la cultura libre, con la convivencia? ¿Volverán los copagos, se implantará el veto parental, se arrinconará el valenciano en las escuelas y las instituciones, privatizarán de nuevo la sanidad, recortarán en educación, manipularán la radiotelevisión pública valenciana?”, ha lanzado el socialista, que se despide este jueves de la presidencia de la Generalitat después de ocho años en el cargo.
El líder del PSPV ha defendido la gestión de su Gobierno a pesar de los momentos tan duros que trajo la pandemia y la guerra en Ucrania. “Espero que no veamos todos los días en el telediario un remake de la Escopeta Nacional”, ha pedido en referencia a la película satírica de Luis García Berlanga. “¿Hasta dónde llegará, cuál será el coste de su mayoría parlamentaria?”, ha espetado Puig a Mazón. Según el expresidente, el pacto de PP y Vox “no le quita legitimidad, pero sí dignidad”, y le ha ofrecido a continuación pactos para ampliar las políticas de violencia machista; de calidad democrática, un pacto por la energía y la reindustrialización, por el Estado de bienestar y por la cultura valenciana. “Siempre contará con este grupo para avanzar en derechos y mantener la serenidad. Está en su mano viajar a la centralidad o instalarse en la radicalidad”, ha añadido.
Joan Baldoví, portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, ha entrado en el debate de investidura del presidente de la Generalitat con un discurso duro con la coalición de PP y Vox, afeando a Carlos Mazón que haya colocado en la presidencia de las Cortes Valencianas a una persona que dice que mantener 17 parlamentos autonómicos no es eficaz: “Se ha de tener barra [cara] para afirmar eso y luego aceptar presidir este Parlamento. Espero, sinceramente…”, ha añadido Baldoví, que no ha podido acabar la frase porque Llanos Massó, presidenta de la Cámara, de Vox, lo ha interrumpido y le ha pedido que entrase al discurso de investidura.
Baldoví ha hablado de un “programa oculto” del PP que desplegará ya que “controlará el 95% del presupuesto” y ha preguntado si privatizará la sanidad, como ya hizo la Generalitat del PP, o cómo piensa compensar la eliminación y reducción de impuestos. “El pacto ha sido el siguiente: El PP asume el discurso de odio de Vox y se olvida de hablar de violencia de género, a cambio, Vox le deja en sus manos el 95% del presupuesto”, ha señalado.
La portavoz de Vox, Ana Vega, ha agradecido a Mazón su “valentía que en otros lugares el PP no ha tenido” y por estar a la “altura de la circunstancias” y no como otros compañeros del PP nacional. Ha dicho que serán unos socios leales, pero exigirán “el cumplimiento de todo el contrato”, porque el pacto no es un cheque en blanco. “Vamos a vigilar que se garantiza la libertad a las familias en materia educativa. No vamos a arriar ni una sola de las banderas que hemos levantados hasta ahora. Defendiendo la unidad de España y devolviendo la libertad a nuestra región”, ha añadido la diputada ultra. Ha anunciado que “acabaran con el arrinconamiento al español en las aulas” y ha hablado de derogar la ley del plurilingüismo valenciana, que reparte las horas lectivas de los estudiantes entre castellano, valenciano e inglés. Mazón le ha dado las gracias a Vega en la réplica y le he mandado un mensaje final sin entrar en más materia: “No seamos un mal espectáculo”.
La sesión no ha contado con la presencia de representantes nacionales de las dos formaciones que llegan al Gobierno valenciano. Ni Alberto Núñez Feijóo, presidente y candidato del PP, que dio un mitin en Alicante el miércoles por la tarde, ni Santiago Abascal, líder del partido ultra, que protagoniza un acto electoral en Valencia esta tarde, han asistido al pleno, que ha empezado a las diez de la mañana. Tampoco lo han hecho otros representantes de ambas formaciones a nivel nacional. En la tribuna de invitados, estaba a primera hora el presidente de la Cámara de Valencia, José Vicente Morata; el dirigente histórico de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado; o la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verónica Cantó, entre otros. En el último tramo del debate, ha aparecido Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valencia de Empresarios (AVE), justo a tempo para abrazarse con Mazón.