Los neumólogos, preocupados por si el polvo en suspensión tras la dana agrava los problemas respiratorios
Los especialistas aconsejan a la población que vive o trabaja en las zonas afectadas o en inmediaciones que se proteja con mascarillas FFP2
La presidenta de la Sociedad Valenciana de Neumología, Cruz González, ha afirmado este miércoles que los neumólogos están preocupados por si el polvo en suspensión tras la dana del 29 de octubre agrava los problemas respiratorios, y ha insistido en la necesidad de que la población se proteja con mascarillas FFP2.
“Estamos vigilantes”, ha explicado González, quien ha indicado que de momento no se han reportado muchos casos de problemas por esta cuestión y ha hecho hincapié en que no quieren “alarmar”, sino insistir en que la población siga las recomendaciones y se proteja para evitar problemas de salud a medio o largo plazo.
El Ayuntamiento de Valencia activó este lunes el protocolo especial frente a la contaminación atmosférica al detectarse partículas por intrusiones saharianas, polvo procedente de las poblaciones asoladas por las inundaciones de hace un mes y partículas de PM10, unas mediciones que descendieron este martes salvo en tres estaciones de medición (Olivereta, Patraix y el centro).
Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) han señalado que la situación meteorológica fue este martes menos adversa que el lunes, y la tendencia es que en los próximos días vaya desapareciendo la inversión térmica (la temperatura aumenta con la altitud, en vez de disminuir), el viento gire a poniente y noroeste y haya una mejor ventilación.
La presidenta de la Sociedad Valenciana de Neumología ha señalado que el problema del polvo en suspensión es que se puede inhalar en la vía aérea superior y producir irritación de ojos, tos o estornudos, y si baja hasta el pulmón puede irritar la vía aérea inferior y dar “problemas respiratorios a largo plazo si es una inhalación continuada”.
González ha indicado que en los pacientes con patología previa, como los que tienen asma o EPOC, o los que están inmunodeprimidos, pueden producir problemas respiratorios importantes, no solo por la irritación, sino también por inhalación de “esporas o bacterias que pueden estar en el polvo” y dar lugar a infecciones.
La especialista ha indicado que todavía no les han llegado a consulta casos relacionados con la inhalación de este polvo inorgánico en suspensión, y ha insistido en la necesidad de que la gente que vive o trabaja en las zonas afectadas por la dana o cercanas utilicen mascarillas FFP2, para evitar la entrada de esas partículas en nariz y boca.
También ha insistido en que las personas con patologías respiratorias crónicas, los niños y los inmunodeprimidos se queden en casa si hay mucho polvo en suspensión, y si tienen que salir a la calle lo hagan con una mascarilla con alta protección para evitar problemas.
“Los neumólogos estamos preocupados, porque vemos que esto puede en un plazo medio o largo llenar nuestras consultas de pacientes si no hemos tenido la precaución suficiente”, ha advertido para añadir que el cambio climático y el aumento de la contaminación y el polvo en suspensión son factores de riesgo de agudizar patologías pulmonares y provocar a más a largo plazo problemas respiratorios.
Adelantarse con la prevención
Cruz González ha reivindicado que lo mejor en prevención es “adelantarse a lo que puede pasar”, por lo que ha recomendado a todos los pacientes que tomen su tratamiento habitual, se protejan y se vacunen contra la gripe, la covid y el neumococo, además de seguir las recomendaciones de Salud pública y de los neumólogos.
La epidemióloga Herme Vanaclocha, que forma parte del grupo de expertos para la respuesta de Salud Pública a la dana, constituido por expertos de la Consejería de Sanidad y del Ministerio, ha indicado que, por más que se baldee, aún queda mucho barro, que genera un polvo en suspensión que además es visible.
Vanaclocha ha pedido que, además de los pacientes crónicos y grupos de riesgo, la gente que hace deporte al aire libre se aleje de esas zonas, y ha apelado al “sentido común”, para no pensar “qué más da”, sino que hay que ponerse la mascarilla FFP2, que se ajusta mucho más que la quirúrgica aunque sea “más incómoda”, y estar así protegidos.
Esta epidemióloga ha indicado que “el riesgo cero” no existe y con este polvo en suspensión “es posible que haya algún caso que se agrave con el tiempo”, pero no cree que sea “una cosa mayoritaria”, vista la experiencia previa de otras catástrofes naturales.