El PP entrega a Vox las políticas de familia, espacios verdes y empleo en Valencia tras cuatro meses de gobierno inviable en minoría
De las 11 áreas que tendrá el Ayuntamiento, 8 dependerán de los populares y 3 del grupo de extrema derecha, además de una tenencia de alcaldía
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, del PP, ha presentado este viernes su acuerdo de gobierno con Vox después de intentar durante cuatro meses regir en minoría la tercera capital de España. El pacto se cierra con un reparto proporcional a los resultados electorales del 28 de mayo, donde el PP obtuvo 13 concejales y Vox, 4. El gobierno local se estructurará a partir de ahora en 11 áreas, de las que 8 dependerán de los populares y 3 del grupo de extrema derecha, que gestionará los espacios naturales de Valencia...
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, del PP, ha presentado este viernes su acuerdo de gobierno con Vox después de intentar durante cuatro meses regir en minoría la tercera capital de España. El pacto se cierra con un reparto proporcional a los resultados electorales del 28 de mayo, donde el PP obtuvo 13 concejales y Vox, 4. El gobierno local se estructurará a partir de ahora en 11 áreas, de las que 8 dependerán de los populares y 3 del grupo de extrema derecha, que gestionará los espacios naturales de Valencia pese a su negacionismo climático y las políticas de familia y empleo. El portavoz del grupo ultra en el Ayuntamiento, Juan Manuel Badenas, será segundo teniente de alcalde.
“Hemos aprendido de errores cometidos en otros gobiernos, que hacían ineficiente esta casa. Confiamos lo suficiente los unos en los otros para que cada uno lleve su área con normalidad”, ha justificado Catalá, mientras que el portavoz de Vox, Juan Manuel Badenas, ha augurado que este será un gobierno “estable y eficiente”.
En una rueda de prensa conjunta de Catalá y Badenas, donde la alcaldesa ha esquivado a su nuevo socio salvo en la última foto de familia con todos los concejales, la regidora ha informado de que Vox asumirá, entre otras, las competencias de Empleo, Familia, Juventud, Infancia, Mayores, y Fiestas excepto las Fallas, cuya dirección seguirá en manos del PP. Catalá se reserva la gestión de las grandes áreas municipales: Hacienda, Contratación, Urbanismo, Patrimonio, Movilidad, Servicios Sociales, Igualdad, Cultura, Deportes o Policía Local.
El reparto de delegaciones y servicios entre los ediles de Vox queda de la siguiente manera: Badenas coordinará todas las áreas y se encargará de Empleo y Formación, José Gosálvez estará al frente de los servicios de Devesa-Albufera, Mayores, Sanidad y Consumo; Cecilia Herrero llevará Emprendedores y Agricultura y Mónica Gil se ocupará de Playas, Juventud, Infancia, Fiestas y Tradiciones.
“Tenemos un reto inminente, que es la aprobación de los presupuestos, pero hay mucho trabajo adelantado”, ha añadido Catalá, aludiendo a una de las cuestiones que han precipitado este pacto de gobierno que parecía inevitable, pero que se ha dilatado en el tiempo. El apoyo de Vox a las ordenanzas fiscales el martes fue el primer gran indicio de que el acuerdo se produciría más pronto que tarde.
Desde entonces, el portavoz del partido ultra en Valencia, Juan Manuel Badenas, ha moderado su tono crítico contra las políticas de la alcaldesa, pese a que ha reiterado en diferentes momentos que no apoyaría al PP en la aprobación de los presupuestos si no entraban a formar parte del gobierno. Las negociaciones se desbloquearon esta semana tras el encuentro de Catalá y su equipo con Badenas y el diputado en el Congreso y presidente provincial de Vox, Ignacio Gil Lázaro. Con este dirigente se han reunido este viernes precisamente en la sede del partido tras hacerse oficial el acuerdo.
El partido que lidera Santiago Abascal ha perseguido desde la constitución del nuevo Ayuntamiento valenciano pertenecer al ejecutivo local, pero el PP había postergado el acuerdo todo lo posible. Y esa negativa le ha valido a Catalá más de un desencuentro con su “socio prioritario” en estos cuatro meses de gestión. Los encontronazos se hicieron evidentes cuando el PP se propuso en septiembre sustituir el topónimo de la ciudad, solo en valenciano (València), por la doble denominación en castellano y valenciano. Catalá consiguió el apoyo de los cuatro ediles de Vox para nombrar a Rita Barberá alcaldesa honoraria de la capital, pero al tiempo accedía a acentuar el topónimo en un valenciano que no es normativo, como planteaba el partido de extrema derecha.
Otro punto de discordia entre los ahora socios de gobierno ha sido el conflicto con el dueño del Valencia CF, el singapurense Peter Lim. Desde su llegada al Ayuntamiento, la posición del grupo ultra ha sido contraria a firmar un convenio con el propietario del club, que le diera ventajas urbanísticas, si antes no acababa las obras del nuevo estadio, paradas desde 2009. La hoja de ruta del PP, al menos en un principio, era sentarse con los representantes de Lim y desatascar el convenio, pero el martes, tras la reunión discreta con Vox, aparcaron las conversaciones. De momento, todo queda condicionado al reinicio de las obras.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que también gobierna en coalición con Vox, considera el pacto positivo porque dará estabilidad a las instituciones. “Ahora somos más fuertes, más estables para reivindicar la Marina del Puerto, la ampliación del Puerto, que es estratégica para la ciudad, la Comunidad y España. Vamos a bajar los impuestos y a mejorar la seguridad de los ciudadanos en la ciudad. Todo eso se hace desde la estabilidad y seguridad de un pacto firme que se pone en marcha”, ha defendido Mazón.
Negacionistas climáticos y votos a cambio de sillones
Los grupos de la oposición Compromís y PSPV se han mostrado en contra de un acuerdo que mete en el gobierno local a “negacionistas del cambio climático” y trocea las áreas para dar sillones a Vox. El exalcalde de la ciudad y portavoz de Compromís, Joan Ribó, se ha mostrado preocupado por la entrega de las políticas de parques, jardines, playas y del parque natural de la Albufera a una formación que niega el cambio climático y a solo dos meses de que Valencia se convierta en capital verde europea. Es “el pacto del embolado”, ha añadido Ribó, porque “simboliza la pasión de esta gente por los toros”. En cualquier caso, Ribó ha asegurado que “las cosas no cambian demasiado porque el comportamiento del PP en muchos aspectos ya era muy parecido al de Vox”.
La portavoz socialista en Valencia, Sandra Gómez, ha acusado a la alcaldesa de ceder ante Vox, “que solo ha necesitado bloquear un consejo de administración [de la Empresa Municipal de Transportes], insultar en un tuit a Catalá y apretar con el Valencia CF para que se le ponga la alfombra roja” en el Ayuntamiento. “Es un triunfo de Vox. La alcaldesa se ha tragado sus palabras cuando no tenía por qué pasar por el aro de Vox. Tenía alternativa, el partido socialista le había tendido la mano para llegar a acuerdos de ciudad”, ha declarado Gómez. La edil ha limitado el pacto a “un reparto de sillones” sin dar a conocer “la letra pequeña” de esta alianza.