Voicemod, la startup que diseña la voz digital de personas en 190 países

Los hermanos Bosch empezaron a desarrollar un modificador de voz en tiempo real en 2009. El juego ‘online’ y el metaverso han convertido su revolucionaria idea en una necesidad

De izquierda a derecha, Juan, Fer y Jaime Bosch, fundadores de Voicemod.Kike Taberner

Hace cinco años Voicemod se preparaba para cerrar. Algunas de sus aplicaciones móviles, enfocadas a la modificación de voz en tiempo real, tenían cientos de miles de usuarios, pero no generaban los ingresos suficientes. Meses antes, un acuerdo de servicios en exclusiva para Yahoo parecía resolver el problema: en diciembre se acabaría el dinero en caja y, tras su paso por aceleradoras como Wayra o Demium, tras varias rondas de inversión, la startup valenciana se quedaría en mute. El gigante tecnológico compró AOL, su...

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Hace cinco años Voicemod se preparaba para cerrar. Algunas de sus aplicaciones móviles, enfocadas a la modificación de voz en tiempo real, tenían cientos de miles de usuarios, pero no generaban los ingresos suficientes. Meses antes, un acuerdo de servicios en exclusiva para Yahoo parecía resolver el problema: en diciembre se acabaría el dinero en caja y, tras su paso por aceleradoras como Wayra o Demium, tras varias rondas de inversión, la startup valenciana se quedaría en mute. El gigante tecnológico compró AOL, sus equipos empezaron a fusionarse y aquella tabla de salvación se hundió: “nos fuimos de vacaciones sabiendo que, o en septiembre se nos ocurría algo, o nuestra aventura acabaría siendo una historieta que contar en algún networking”. Así lo recuerda Jaime Bosch (39 años) para EL PAÍS, el pequeño de los tres hermanos (Fer, 47; Juan, 44) que en 2009 fusionaron sus dos pasiones, la música y la informática. La suya es una historia de rock, código e innovación, “porque aquello para lo que hoy se utilizan nuestros desarrollos era inimaginable cuando fuimos a pedir nuestro primer crédito. Si el foco de la empresa no hubiera estado en la innovación, habríamos cerrado cualquiera de las cinco veces que estuvimos a punto de hacerlo”.

Este agosto, los hermanos Bosch se van de vacaciones con unas sensaciones muy distintas a las de aquel mes de 2017 (y un grupo de rock en activo, Bosque). Voicemod es un referente en la creación de una identidad vocal en videojuegos online y el futuro que nos alcanza: el metaverso. “Reparamos en algo a lo que no estábamos dando suficiente importancia: la gente usaba las voces desde el PC”. A finales de los 90, los mayores de este trío crearon una empresa dedicada al desarrollo tecnológico a medida. Tras muchos años de webs y otras soluciones menos divertidas, la obtención de un iPhone 3GS les hizo intuir que el software para móviles tendría un peso relevante en la siguiente década. “Llevábamos años obsesionados con las stores, subiendo apps, y justo antes de desaparecer nos dimos cuenta de que el tráfico directo a nuestra web era atípico. ¿Y si toda aquella innovación, aquellas tecnologías que habíamos enfocado a modificar voces en juegos móviles y llamadas tuvieran una utilidad más productiva en las interacciones online, en videojuegos o redes?”.

Voicemod es hoy un estándar en la creación de las llamadas skins de audio; una identidad sonora que funciona en tiempo real, como un filtro de Instagram, pero con la voz. Los usuarios pueden crear la suya propia o utilizar –lo más habitual– las preestablecidas e ir cambiándolas según las situaciones y dinámicas de un juego. Así, en directo, pueden asustar a alguien con la gravedad de un ogro, hacerse pasar por un anciano, una adolescente confusa, un pitufo, una ardilla o afinar todas sus palabras (autotune ilimitado). “El giro social de los videojuegos, la aparición masiva de squads (grupos de jugadores que cumplen misiones en pandilla, intercomunicándose a través de la voz todo el tiempo) y, finalmente, la explosión del stream nos hicieron crecer exponencialmente”. Como estaba previsto, el dinero en caja se acabó a finales de 2017 y los fundadores se despidieron a sí mismos y a sus otros cuatro empleados: “dejamos el modelo de negocio lanzado, con la empresa reducida a una intuición. Y no solo superó el número de usuarios necesarios el primer mes, sino que la tasa de conversión (aquellos que pagan por tener acceso a todas las voces y modificaciones posibles) pasó de un hipotético 1 al 4%. En primavera ya habíamos recontratado al equipo”. Hoy siguen trabajando con ellos, entre los más de 150 empleados de la compañía.

La mitad de su negocio (11 millones de euros de facturación en 2021) se encuentra en Estados Unidos. Además, son otros países anglosajones los que completan la mayor cuota de su mercado: Gran Bretaña, Canadá, Australia… Por eso, en 2020 empezaron a trabajar en inglés como primera lengua, aunque su sede siga en Valencia y tenga empleados en varios países y un modelo de teletrabajo total. Actualmente, Fer y Juan están al frente del área de innovación, donde aseguran, “la principal influencia sigue siendo un departamento dedicado a escuchar sugerencias de usuarios. Nuestras mejoras y aciertos siempre han venido de no imaginar el producto, sino de responder a las necesidades reales de nuestros clientes”. Jaime sigue enfundado en el traje (aunque con camiseta y vaqueros) de gestor: “en estos años de expansión, el reto ha sido esquivar el síndrome del impostor y, mientras captas el mejor talento del mundo, resituarte en tu propia empresa y aceptar con humildad tu rol”. A todo ello, como en sus inicios, les sigue ayudando la música porque, mientras se preparan para ser un player más en la revolución de las voces artificiales, es fácil encontrarles con una guitarra en la mano, como si siguieran jugando en la casa familiar junto a sus otros siete hermanos, donde la informática y el rock ya ocupaban buena parte de sus sueños.

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