Un jurado popular condena a 40 años de cárcel a una joven de Elche que asesinó a sus dos bebés
La sentencia la declara culpable de dos asesinatos con alevosía y con el agravante de parentesco, aunque le aplica la pena mínima por parricidio por no haber recibido apoyo de su pareja ni de su familia
Un jurado popular ha condenado a 40 años de prisión a una mujer que en enero de 2020 asesinó a los dos bebés que acababa de dar a luz en el cuarto de baño de su vivienda. La sentencia, que no es firme y fue dictada el pasado 13 de enero, considera a la acusada culpable de dos delitos de asesinato por alevosía, con la circunstancia de parentesco como agravante, aunque tiene en cuenta la juventud de la condenada y que tuviera que asumir el embarazo y el nacimiento de los bebés sola, sin el apoyo de su pareja y sin la aceptación de su familia, por lo que le impone la pena mínima correspondiente a...
Un jurado popular ha condenado a 40 años de prisión a una mujer que en enero de 2020 asesinó a los dos bebés que acababa de dar a luz en el cuarto de baño de su vivienda. La sentencia, que no es firme y fue dictada el pasado 13 de enero, considera a la acusada culpable de dos delitos de asesinato por alevosía, con la circunstancia de parentesco como agravante, aunque tiene en cuenta la juventud de la condenada y que tuviera que asumir el embarazo y el nacimiento de los bebés sola, sin el apoyo de su pareja y sin la aceptación de su familia, por lo que le impone la pena mínima correspondiente al parricidio, que es de 20 años por cada bebé fallecido.
Los hechos tuvieron lugar el 30 de enero de 2020, según recoge el fallo de la sección 7 de la Audiencia Provincial de Alicante, en su sede de Elche. La acusada había sufrido dolores abdominales durante la noche anterior y se encerró en el cuarto de baño del domicilio que compartía con su madre, su padrastro y su hermano menor en Eche, para dar a luz sin solicitar ayuda a dos neonatos. Sucesivamente, en un intervalo de pocos minutos, parió a los dos bebés y los introdujo en una bolsa de plástico, con la “intención de acabar con su vida”. Los recién nacidos fallecieron ahogados, ya que su madre impidió que se estableciese la función respiratoria al cubrirlos con toallas.
La condenada pasó unas cuatro horas, desde las 9.00 a las 13.00, aproximadamente, encerrada en el cuarto de baño, por lo que su madre avisó a su otra hija y entre las dos la convencieron de que abriera la puerta. Al salir, se desmayó y sus familiares alertaron a los servicios de emergencia. El plato de ducha, señala el fallo judicial, estaba salpicado de manchas de sangre, al igual que la ropa que en ese momento llevaba la parricida, que fue trasladada al Hospital del Vinalopó. Durante todo el trayecto en ambulancia, en su mano llevaba la bolsa que contenía a los dos recién nacidos, aunque nadie comprobó su contenido.
Una vez ingresada, prosigue el relato de la sentencia, la acusada fue atendida por dos matronas y una ginecóloga, que la encontró “muy pálida, ansiosa y desorientada” y “con signos de haber dado a luz recientemente”, según declaró en el juicio. La doctora recordó la bolsa que la paciente llevaba con ella y la abrió. Los dos bebés “estaban sin vida, perfectamente formados y unidos por el cordón umbilical a la placenta”. La autopsia posterior determinó que habían fallecido una vez nacidos, al no ponerse en marcha la respiración pulmonar.
La sentencia afirma que no concurren en la conducta de la acusada eximentes o atenuantes como una posible discapacidad intelectual, que no ha sido probada, “que le llevara a no conocer las consecuencias de sus actos”. Sin embargo, sí aplica la pena de prisión mínima para este caso, de 20 años por cada delito de asesinato, al tener en cuenta “no solo la juventud de la acusada”, que en el momento del crimen tenía 28 años, “sino también que tuviera que asumir el embarazo y el nacimiento de los bebés sola”. Manifiesta el documento judicial que aunque “su pareja había convenido con ella continuar. Con el embarazo, la había abandonado en las semanas previas al parto”. Tampoco la familia le brindó su apoyo, puesto que le habían “advertido con insistencia que era una locura que tuviera un bebé con su novio, ya que no tenían forma de mantener una vida independiente”.