Philippe Starck: “La mejor acción ecológica es pensárselo dos veces antes de comprar algo”

El reputado diseñador francés y la comisaria del MoMA Paola Antonelli participan en Valencia en los premios Andreu World y en el programa de la capitalidad mundial del diseño

Valencia -
El arquitecto y diseñador francés Philippe Starck, y la comisaria del MoMA de Nueva York, Paola Antonelli, en el Palau de Les Arts de Valencia, este jueves, junto al logotipo de Andreu World, de cuyo premio fueron miembros del jurado.Ana Escobar (EFE)

Philippe Starck es autor de múltiples diseños, algunos tan icónicos y famosos como su exprimidor Juicy Salif para la firma Alessi, que se asemeja a un estilizado calamar de aluminio. Diseñador industrial y arquitecto, el francés de 72 años es reconocido mundialmente por la funcionalidad y, aunque él no sea muy partidario de reconocerlo, también por la estética de su obra. Este jueves dio muestras de su ideario en Valencia en u...

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Philippe Starck es autor de múltiples diseños, algunos tan icónicos y famosos como su exprimidor Juicy Salif para la firma Alessi, que se asemeja a un estilizado calamar de aluminio. Diseñador industrial y arquitecto, el francés de 72 años es reconocido mundialmente por la funcionalidad y, aunque él no sea muy partidario de reconocerlo, también por la estética de su obra. Este jueves dio muestras de su ideario en Valencia en una breve alocución como presidente del jurado de los premios organizados por Andreu World, uno de los principales fabricantes de sillas y mesas de España, que se concedieron en el marco del programa de Valencia Capital Mundial del Diseño 2022, que tiene la sostenibilidad como uno de sus ejes vertebradores.

El diseñador de Pibal, un híbrido entre bicicleta y patinete, o de las casas prefabricadas Path manifestó ante un auditorio lleno de contrastados profesionales y algunos jóvenes talentos que “la mejor acción ecologista es pensárselo dos veces antes de comprar algo y adquirir productos con buenos materiales, que no vaya a quedar obsoleto en dos años”. “La estética no me importa. Hoy puedes pensar que algo es estético y en dos años pensamos que es una mierda. Eso no es serio”, añadió.

“¿Por qué estamos aquí? ¿Necesitamos nuevas sillas?”, se preguntó. La respuesta radica en promover los objetos sostenibles e inteligentes: “Quizás no necesitemos diseñar más sillas, pero sí creadores capaces de diseñar objetos longevos, tanto por su calidad como por su visión de futuro”. En este sentido, el creador elogió la silla ganadora de la vigésima edición del concurso internacional, dotado con 5.000 euros, entre los 450 proyectos presentados, la MT Chair, de los jóvenes David Guilmain y Rafael Peris, de Valencia. “Es muy inteligente en su estructura, muy fuerte, usando dos paneles contrachapados”, un material barato, fácil de conseguir y que no perjudica al medio ambiente, apostilló.

Paola Antonelli, durante su conferencia en el Palau de les Arts de Valencia.

Starck habló en la sala más cercana a la cúpula del inmenso Palau de les Ars de Valencia, diseñado por Santiago Calatrava. Su intervención dio paso a la conferencia de Paola Antonelli, miembro también del jurado y responsable de Diseño y Arquitectura del Museo de Arte Moderno de Nueva York, más conocido como el MoMA, que posee en su colección el citado exprimidor y no, precisamente, por su funcionalidad.

El discurso de Antonelli concluyó con un mensaje bastante diferente al esbozado por el diseñador francés: “El diseño no tiene por qué ser funcional, la idea de que es una herramienta para resolver problemas está anticuada”. A veces el diseño también genera problemas, como ese prodigio de diseño y funcionalidad que es el fusil Kalashnikov. “Qué es la función?”, se preguntó Antonelli, antes de recordar que el tamagotchi, que acaba de cumplir 25 años, es “una de las grandes obras del diseño” con una de las funciones más absurdas. “Hay que abrir la mente sobre lo que es el diseño”, propuso.

“Y el diseño es la forma más elevada de expresión creativa que tenemos, incluso más que el propio arte, ya que además debe ser seguro, innovador, responsable y sensible con el entorno. Diseñar algo accesible y para el disfrute de todos ―aunque se trate de algo simple y cotidiano― es, para mí, crear una obra maestra”, sostuvo. “Es una herramienta política”, afirmó. “Ahora bien, el diseño también tiene que “ser seguro e innovador, responsable y sensible con el medio ambiente. Esto añade un grado más de dificultad”, añadió.

La MT Chair, silla ganadora de los premios Andreu World.

La experta, nacida en Milán, desgranó su visión a través de sus exposiciones en el MoMA y de sus proyectos, haciendo hincapié en la necesidad de ponerse en el lugar del otro y de descubrir realidades escondidas a través del diseño. “Por muy enternecedor que suene, la mayoría de los problemas que tenemos se resuelven a través de la empatía y el amor, todo vuelve a eso”. Y añadió: “La única forma de comprender el futuro es analizar nuestro entorno. Tenemos que considerar otros espacios y a las otras especies que conviven con nosotros. El diseño puede permitirnos dejar un legado digno a las próximas generaciones. Debemos ser conscientes de la relevancia del diseño como arma política”, añadió.

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