¿Esto va de política o de salud?

Ruedas de prensa sobre la Covid-19 y estrategias comunicativas de propaganda

La portavoz del Govern, Meritxell Budó, en una ruda de prensa sobre el Coronavirus.

Que ministros y consejeros salgan cada día en ruedas de prensa sobre la Covid-19 tiene mucha lógica. Ahora bien, su contemplación hace dudar de que la intención sea exclusivamente informativa. Todos los políticos apelan a la evidencia científica que suministran los asesores para justificar sus decisiones. Una supuesta evidencia científica que no ahorra discrepancias políticas de envergadura como, por ejemplo, la severidad recomendable del confinamiento según la Generalitat y La Moncloa. Porque, incluso en el terreno de la ciencia, hay chapucería política. No parece que el Gobierno español haya...

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Que ministros y consejeros salgan cada día en ruedas de prensa sobre la Covid-19 tiene mucha lógica. Ahora bien, su contemplación hace dudar de que la intención sea exclusivamente informativa. Todos los políticos apelan a la evidencia científica que suministran los asesores para justificar sus decisiones. Una supuesta evidencia científica que no ahorra discrepancias políticas de envergadura como, por ejemplo, la severidad recomendable del confinamiento según la Generalitat y La Moncloa. Porque, incluso en el terreno de la ciencia, hay chapucería política. No parece que el Gobierno español haya permitido el retorno a la actividad laboral con el visto bueno claro de sus epidemiólogos. Y en la rueda de prensa del viernes se pidió a la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, la lista de expertos que escucha la Generalitat a la vista que hay un comité en Salud, pero que también Quim Torra ficha sus asesores y les encarga protocolos de actuación. Budó dijo que no tenía a mano la lista, que ya la daría.

En estas ruedas de prensa, los consejeros Miquel Buch y Budó se apuntan con una particular intensidad a recriminar infinidad de errores, según su parecer, del Gobierno central. Ellos, siempre, lo habrían hecho mejor. Éste es uno de los mensajes principales de sus misas mediáticas. Cambiar el día de la distribución masiva de mascarillas, por ejemplo, no se presenta como la consecuencia de una equivocación logística (advertida clamorosamente por los farmacéuticos).

En estas ruedas de prensa, tanto en Barcelona como en Madrid, se hace una enumeración por parte de las administraciones de su actividad a niveles microscópicos. Resulta un lucimiento pesado y desvergonzado. Las autoridades militares que intervienen desde La Moncloa frecuentan, no sé si inadvertidamente, metáforas bélicas para hablar de la enfermedad. Sobre este vicio, Susan Sontag escribió un libro. El personal sanitario, por ejemplo, son “soldados desconocidos”. En Madrid se habla mucho de la unidad de la nación. El Govern también trabaja el lenguaje. Buch usa el castellano cuando menciona al Gobierno de España, en contra del criterio de la dirección general de Política Lingüística de la Generalitat, que recomienda traducir el nombre de instituciones. Obviamente es una infantil manera de marcar distancias con un Gobierno con el que querría no tener que saber nada. El confinamiento perimetral… ¡habría sido tan bonito! Hay frases que se escuchan infinidad de veces. A Budó le gusta decir, cuando apalea Pedro Sánchez, que “esto no va de política, va de salud”. Excusatio non petita, accusatio manifesta.

En muchas ruedas de prensa, el Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales ha estado ausente. Aplicando la exégesis soviético-guerrista sobre la importancia que tiene no salir en la foto... quizás habríamos olisqueado el vaciado de competencias de este departamento, penalizado por un error “de comunicación”.

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