AITONA

El espectáculo de la floración en Aitona se apaga sin público

Los melocotoneros en flor han convertido este municipio de Lleida en un reclamo turístico

Vídeo: Massimiliano Minocri

El espectáculo que ofrecen los melocotoneros en flor en el municipio de Aitona, en Lleida, ya se ha apagado, pero esta temporada ha llegado a su fin sin apenas espectadores. Solo algunos vecinos que tienen perro y los trabajadores han podido contemplar los últimos destellos de la floración, que sumerge los campos de esta población del Segrià en una panorámica que se ha bautizado como mar rosa. Son los colores de las flores de los melocotoneros, los paraguayos, las nectarinas y las platerinas (una mezcla de nectarinas y paraguayos). Desde hace unos años, Aitona está aprovechando este momento fu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El espectáculo que ofrecen los melocotoneros en flor en el municipio de Aitona, en Lleida, ya se ha apagado, pero esta temporada ha llegado a su fin sin apenas espectadores. Solo algunos vecinos que tienen perro y los trabajadores han podido contemplar los últimos destellos de la floración, que sumerge los campos de esta población del Segrià en una panorámica que se ha bautizado como mar rosa. Son los colores de las flores de los melocotoneros, los paraguayos, las nectarinas y las platerinas (una mezcla de nectarinas y paraguayos). Desde hace unos años, Aitona está aprovechando este momento fugaz (la floración dura unas tres semanas) para atraer visitantes y dinamizar este municipio de 2.600 habitantes.

Hace solo una semana, la situación era muy diferente. Dos señoras se plantaban ante el mar rosa, formado por hileras e hileras de melocotoneros en flor, y con el móvil en mano buscaban a alguien que les hiciera una foto. Otro visitante, que cómo muchos iba cargado con la cámara y un largo objetivo, les hacía el favor. Aquí nadie quería irse sin su retrato, había que dejar constancia, ya fuera por WhatsApp a la familia o por Instagram a todo el mundo, del paso por Aitona, sumido en un estallido con los campos de fruteros radiantes de tonos rosas.

Más información

Esta temporada, el confinamiento de la población por la crisis del coronavirus puso el punto final a las visitas antes de tiempo. El viernes 13 de marzo ya no visitó los campos ningún grupo organizado por el Ayuntamiento. Cuando en 2011 el gobierno municipal de Aitona propuso convertir la época de floración de los árboles frutales en un reclamo turístico, muchos dudaron de que sus campos pudieran tener el potencial del Valle del Jerte (Extremadura), muy visitado en la época de floración de los cerezos. Pero en menos de una década, este municipio ha conseguido el objetivo de darse a conocer y el año pasado atrajo a unos 20.000 visitantes, concentrados sobre todo en los tres fines de semana que dura el fenómeno. Las fotos en las redes han ayudado a convertir la floración en una atracción turística.

No es poco para un municipio pequeño, que canaliza todo este flujo de visitas con el programa Fruiturisme, con una web a través de la cual se pueden reservar visitas guiadas, que se hacen en autocar, bicicleta o incluso en globo aerostático. Unas sesenta personas se movilizan como voluntarios para dar impulso al proyecto, del cual se benefician muchos comercios locales, desde restaurantes hasta tiendas o casas rurales, y pequeños productores, que participan en un mercado de fin de semana en el polideportivo del municipio, donde se pueden comprar mermeladas, zumos o cocas con el melocotón de protagonista, u otros productos, como quesos, embutidos o verduras, todo del territorio.

Las visitas guiadas se hacen en la finca Espax, la más grande del municipio, que produce unos 20 millones de fruta al año en 500 hectáreas de campo. Allí, Gaietà Capell, voluntario de Fruiturisme, explicaba que Aitona tiene una extensión de campo de 6.700 hectáreas, de las cuales 4.500 están dedicadas a los árboles frutales, sobre todo de la familia de los melocotones, pero en menor medida también de pera y manzana. En total, el municipio produce unos 120 millones de fruta cada año, el 80% de la cual se vende en el exterior. Quién recolecta toda esta fruta son los trabajadores temporeros que llegan cada verano a la zona, y provocan un aumento de la población del municipio hasta unos 7.000 habitantes.

El cambio climático también está afectando la floración de los melocotoneros, que este año se avanzó al 28 de febrero, cuando normalmente no empezaba hasta principios de marzo. El fin de semana del 7 y 8 de marzo, Aitona vivió su momento álgido, con grandes extensiones de campo de color rosa. En este momento, los campos han vuelto al tono verdoso y pronto los árboles estarán llenos de frutos. Quizá pocos lo vean. Pero el próximo año la naturaleza volverá a mostrar sus encantos, por ahora, ha pasado cada temporada.