1001 grabados para Lleida
Antoni Gelonch realiza el mayor depósito en la historia del Museo Diocesano con obras de Durero, Rembrandt, Goya, Dalí, Picasso y Warhol, entre otros. La selección que se expone está cerrada pero es posible verla en internet
El coleccionista Antoni Gelonch Viladegut (Lleida, 1956) ha depositado recientemente en el Museo Diocesano de Lleida su colección de grabados, compuesta por 1001 obras de 459 autores creadas entre los siglos XV y la actualidad y que representan todas las escuelas y técnicas de arte gráfico. Entre los autores, artistas de la talla de Durero, Rembrandt, Piranesi, Tiépolo, Goya, Renoir, Rodin, Matisse; pero también Dalí, Picasso, Plensa, Miró, Lichten...
El coleccionista Antoni Gelonch Viladegut (Lleida, 1956) ha depositado recientemente en el Museo Diocesano de Lleida su colección de grabados, compuesta por 1001 obras de 459 autores creadas entre los siglos XV y la actualidad y que representan todas las escuelas y técnicas de arte gráfico. Entre los autores, artistas de la talla de Durero, Rembrandt, Piranesi, Tiépolo, Goya, Renoir, Rodin, Matisse; pero también Dalí, Picasso, Plensa, Miró, Lichtenstein, Warhol, Tàpies y Barceló, entre otros.
“La colección la he ido construyendo de manera muy personal, eligiendo cada pieza, sabiendo el hueco que llenaba, observándola, disfrutando del gozo que me producía, estudiándola, documentándola, mostrándola, restaurándola, mimándola una a una”, dijo Gelonch en el acto de presentación de la exposición con una selección de las 30 piezas más representativas, que ilustran la evolución histórica del grabado, con motivo del depósito de este conjunto de obras que el coleccionista no descarta que acabe donando al centro.
“Ahora todo este trabajo que quiero seguir haciendo estará depositado aquí con la voluntad de que en un futuro que espero lejano pase a integrarse en los fondos de este museo”, agregó el coleccionista que ha precisado que a las 994 obras que ya ha depositado se sumarán otras hasta llegar a las 1001.
Gelonch explica que hace años, cuando pensó en el futuro de su colección, se planteó que la tenía que depositar y legar “a una institución que se pudiera hacer cargo, que la pudiera estudiar, que la mantuviera unida y que tuviera la voluntad de hacer difusión de ella”. Eso y la vinculación del coleccionista con su ciudad natal han hecho que se decantara por este museo. “Me parece que dejar una parte de tu trabajo y tu ilusión al servicio de la colectividad es una buena manera de trascender y de construir puentes entre generaciones”, comenta Gelonch.
En el acto de presentación del depósito, que se celebró antes del cierre de todos los museos y equipamientos culturales catalanes y españoles para frenar la expansión del coronavirus, la consejera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, agradeció la “generosidad” del coleccionista en nombre del Govern, defendió la necesidad de una ley de mecenazgo y leyó el discurso que tenía previsto pronunciar el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no asistió al acto, finalmente.
Por su parte, el director del Museo de Lleida, Josep Giralt, resaltó que se trata de un conjunto de “primerísimo nivel” y mostró su agradecimiento a Gelonch y a los Mossos d'Esquadra que colaboraron en el traslado de las piezas desde Barcelona. Según Giralt, el resto de las obras que no se exponen están en almacenes, otra en el museo de Almacelles y una parte relevante se muestra en la exposición de París a Nova York. Gravats de la Col.leció Gelonch Viladegut en diferentes museos dependientes de la Diputación de Barcelona. “Se trata de una acción generosa de mecenazgo. La parte de Renacimiento se verá enriquecida con una serie de piezas que harán internacional el relato hasta ahora territorial de nuestra colección, con artistas como Durero, Van Dyck y Rembrandt”, explico Giralt, que, con las obras más actuales, dijo, “espero abordar la contemporaneidad en este museo y dotar al discurso histórico y artístico del museo de una mirad universal”.
Las 30 piezas seleccionadas pudieron verse durante unos días en la muestra situada en el coro de la iglesia, uno de los espacios más destacados del museo, en principio, hasta el mes de septiembre. Las piezas permiten ver la evolución histórica del grabado; desde Durero cuando el grabado era considerado como una fuente de información y de transmisión del conocimiento científico; hasta Goya, como punto culminante, como una forma de explicar y de criticar la sociedad de su tiempo. En el siglo XX, con Picasso, el grabado pasó a ser considerado como una obra de arte y un medio de experimentación adoptando una gran diversidad de técnicas y formatos.
Gelonch estudió derecho y Farmacia en la Universidad de Barcelona. Más adelante se graduó en Alta Dirección de Empresas por el IESE, en Estudios Europeos por la Universidad de Grenoble y en Innovación de Políticas Sanitarias por Harvard. Es académico de honor de la Real Academia de las Bellas Artes de Sant Jordi y presidente de los círculos del Museo de Historia de Barcelona y Museo Frederic Marès. En este último museo se pudieron ver en 2014 una selección de 30 grabados en la exposición Una mirada a 1700, con muchos de los protagonistas y escenarios del conflicto del 1714. También se han expuesto en museos como el Museo de Arte Jaume Morera, también de Lleida, el Museo de Historia de Barcelona y centros de Andorra y Francia. Las primeras obras que adquirió Gelonch fueron dos grabados de Piranesi que adquirió en 1992. Luego, a partir de 2006, “de forma más seria”, vinieron todos las demás.