El paso de la dana por Huelva enaga bajos y garajes sin causar apenas daños materiales
El brazo que continúa activo en el sudoeste de Andalucía descarga hasta 142 litros por metro cuadrado en zonas de la costa y la comarca del Andévalo durante las horas en las que la provincia onubense ha estado en alerta roja
En la noche de Halloween el miedo en Huelva vino del cielo. Una potente tormenta acompañada de truenos llegó a descargar hasta 142 litros por metro cuadrado en algunos municipios del litoral y la comarca del Andévalo, así como en la capital onubense. “Ha sido un verdadero diluvio que no ha parado en toda la noche”, describía al teléfono Alicia Morales, una de sus vecinas. ...
En la noche de Halloween el miedo en Huelva vino del cielo. Una potente tormenta acompañada de truenos llegó a descargar hasta 142 litros por metro cuadrado en algunos municipios del litoral y la comarca del Andévalo, así como en la capital onubense. “Ha sido un verdadero diluvio que no ha parado en toda la noche”, describía al teléfono Alicia Morales, una de sus vecinas. La alerta roja se ha ido extendiendo conforme avanzaba la mañana —hasta desactivarse a las tres de la tarde― y la lluvia, aunque menos intensa, no ha dado tregua. La normalidad se ha ido recuperando a lo largo del día y con ella la constatación de que, salvo pequeñas inundaciones en bajos, garajes y algunas calles concretas o cortes en las carreteras de acceso por balsas de agua que se han ido solventando con el paso de las horas, apenas se han producido daños materiales de consideración y, lo más importante, ningún vecino ha resultado herido.
Los servicios de Emergencias de la Junta de Andalucía han contabilizado alrededor de 120 incidencias en la provincia hasta las tres de la tarde, la mayoría concentradas en la capital y los municipios de Cartaya, Punta Umbría y Aljaraque. En esa zona es donde más lluvia cayó durante la madrugada, 142 litros por metro cuadrado, pero las consecuencias apenas han sido reseñables. “Se han inundado algunos bajos, garajes y ahora seguimos en eso, ayudando a evacuar agua en algunas viviendas”, explicaba su alcalde, Adrián Cano, a primera hora de la tarde. La ciudad que dirige es en la única en la que el Consorcio de Bomberos ha tenido que rescatar a una vecina que se había refugiado en el tejado de su casa, donde el agua había llegado a los dos metros de altura. La localidad ha amanecido con todos sus accesos cortados por la presencia de agua en las carreteras, pero a lo largo de la mañana se han ido abriendo al tráfico.
Cartaya y sus pedanías costeras también han sufrido la virulencia de la tormenta de la madrugada. En tres horas ha acumulado hasta 117 litros por metro cuadrado. Su alcalde, Manuel Barroso, como la mayoría de sus homólogos de la comarca, se ha pasado toda la noche atendiendo a las llamadas de los vecinos alertando por la entrada de agua en sus casas. “Nos hemos parado de achicar agua”, indicaba a este diario a las seis y media de la mañana. Entonces se encontraba en Nuevo Portil, una pedanía del litoral, junto con los bomberos y los equipos de emergencia en un hotel de cuatro estrellas donde el agua había penetrado en el gimnasio y las zonas comunes. A lo largo de la mañana han tenido que volver a intervenir los bomberos porque había vuelto a inundarse. “El complejo estaba casi lleno, pero los clientes se encuentran bien en sus habitaciones, lo único es que no pueden irse porque no pueden coger el coche al estar las carreteras en muy mal estado”, explicaba a media mañana. En ese momento estaba en El Rompido, otra pedanía costera, y acababa de suspender una boda. “Estaban montando la carpa en la playa y he tenido que convencer a los camareros de que pararan, que no solo era imprudente, sino que no se podía hacer en plena alerta roja”, contaba.
Otro de los municipios más afectados por la dana ha sido Punta Umbría, donde han caído 119 litros por metro cuadrado en una hora, que también ha visto cómo los accesos a sus zonas de playa y a la capital onubense quedaban cortados por el agua. La mayoría de las incidencias, como relataba su alcalde, José Carlos Hernández, “se han concentrado en las partes bajas, garajes y algunas calles”. No obstante, el momento de mayor preocupación se produjo durante la madrugada en las urbanizaciones que se encuentran en El Rincón, un enclave que comparten junto con Gibraleón y Aljaraque. En una de las viviendas se habían reunido una veintena de menores de edad para celebrar Halloween cuando constataron que los accesos habían quedado cortados por la crecida de los arroyos vecinos. “En un primer momento, no podían entrar los bomberos, pero estuvimos en todo momento en contacto con ellos para que se mantuvieran en las zonas altas y finalmente fueron rescatados sin que ninguno sufriera ningún daño”, explicaba el alcalde.
A 30 kilómetros de Punta Umbría, en Gibraleón, su alcaldesa, Lourdes Martín, también confirmaba aliviada que, pese a la tremenda tormenta caída por la noche y a las intensas lluvias que le han sucedido, no se habían producido inundaciones. Eso sí, no han parado de mirar al río Odiel por “la inmensa carga de agua”, con la que bajaba a su paso por el municipio. Precisamente, la crecida de uno de sus afluentes, el Oraque, que este viernes ha alcanzado “su máximo nivel histórico”, según confirmó el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, es lo que más ha preocupado en el centro de emergencias de la Junta de Andalucía, por la orografía de la zona y la distancia con núcleos de población, como el de Gibraleón, aunque, finalmente, al comenzar a bajar el caudal no ha sido necesario acometer ningún desalojo preventivo.
Isla Cristina y Jerez de la Frontera recuperan la calma
“Menos mal que no ha coincidido ni con la pleamar ni con vientos fuertes”, se congratulaba la alcaldesa de Gibraleón, en una apreciación que han compartido el resto de los regidores consultados. “El hecho de que empezara a bajar la marea ha permitido desaguar, si no, estaríamos hablando de otra situación”, coincidía el primer edil de Alfaraque. Otro elemento que ha jugado a su favor es que muchos municipios, como el de Punta Umbría o el de Gibraleón habían acometido recientemente tareas de limpieza del alcantarillado. Miembros del Consorcio de Bomberos consultados también coinciden, con la vista puesta en las imágenes posbélicas que no paran de sucederse estos días en la Comunidad Valenciana, en que el paso de la borrasca Bernard, que arrasó Huelva hace justo un año, fue mucho más devastador que esta dana —entonces murió una persona en la capital onubense y otra en Córdoba―.
La lluvia que no ha parado de caer a lo largo de la mañana ha dificultado las tareas de reparación en Isla Cristina que en la tarde del jueves se vio sorprendida por un tornado que arrasó con los vehículos y veladores de las calles, y arrancó el techó de la piscina y provocó numerosos destrozos en el polideportivo. Los trabajos en la instalación deportiva han avanzado lentamente, según han confirmado fuentes municipales. Los dos heridos por el vendaval evolucionan favorablemente, el más grave, que se encontraba nadando cuando la cubierta saltó por los aires, se recupera en el hospital y está fuera de peligro, y el otro, al que se le clavaron varios cristales tras estallarle una ventana, se encuentra en su casa.
También han regresado a sus viviendas, las 211 personas que anoche fueron desalojadas por precaución en el entorno de Jerez de la Frontera (Cádiz) como medida de precaución ante la crecida del río Guadalete. El caudal alcanzó su máximo histórico a las ocho de la mañana de este viernes alcanzando los 5,43 metros. La mayoría de los evacuados han dormido en casa de familiares y alrededor de 50 lo han hecho en el albergue de la Junta de Andalucía. Algunas familias, sin embargo, se han negado a abandonar sus casas esta noche, y esa decisión podría implicar la imposición de una multa.