El caso de El Yoyo, amigo de todos, tesorero del PP y agente de una sucursal bancaria en una pedanía de Lucena, donde engañó a 70 vecinos

Una jueza determinará si Gregorio Flores es culpable de estafar a clientes del BBVA por un valor aproximado de un millón de euros. Años antes, el mismo acusado fue a juicio por un hecho similar en el Banco Santander

El antiguo agente del BBVA y tesorero del PP de Lucena (Córdoba), Gregorio Flores, sale de los juzgados este lunes. En segundo termino, varios de los estafados.Chencho Martínez

“De los 100.000 euros que teníamos en cinco cuentas, nos dejó 3.000. Esperamos recuperarlo todo, pero depende del banco. Confiábamos en Gregorio como un hermano, hacía 15 años que llevaba nuestras cuentas. Le gustaba la Bolsa y mirar terrenos”. Daniel Cabello, tendero de 35 años en un ultramarinos familiar, aún se frota los ojos como el resto de vecinos, víctimas de una presunta estafa masiva que supera el millón de euros en Las Navas del Serpillar, una pedanía de 600 habitantes en la localidad cordobesa de Lucena como tantas en...

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“De los 100.000 euros que teníamos en cinco cuentas, nos dejó 3.000. Esperamos recuperarlo todo, pero depende del banco. Confiábamos en Gregorio como un hermano, hacía 15 años que llevaba nuestras cuentas. Le gustaba la Bolsa y mirar terrenos”. Daniel Cabello, tendero de 35 años en un ultramarinos familiar, aún se frota los ojos como el resto de vecinos, víctimas de una presunta estafa masiva que supera el millón de euros en Las Navas del Serpillar, una pedanía de 600 habitantes en la localidad cordobesa de Lucena como tantas en el interior de Andalucía, donde destacan solo dos bares, el comercio de Cabello y donde todas las caras son conocidas. Ayer tomó impulso la instrucción judicial que indagará este prolongado fraude que afectó a unos 70 vecinos.

El agente bancario del BBVA Gregorio Flores, de 56 años y conocido como El Yoyo, era amigo de todos y hasta hace tres meses tesorero del Partido Popular en Lucena. En un lugar rodeado de olivos y viñedos, donde un lunes a mediodía la mitad de los pocos establecimientos están cerrados y no se ve un alma por la calle, Flores desarrolló una habilidad extraordinaria para engatusar a los vecinos, la mayoría sin conocimientos financieros y una fe ciega en la gestión ajena de sus ahorros. El agente abría su pequeña sucursal por la tarde, llamaba a todos a su móvil para disculpar los habituales descubiertos en las cuentas y presuntamente falsificaba las cartillas de sus clientes y sus firmas para pedirles créditos ficticios, según la denuncia de todos ellos. Hasta que, el pasado septiembre, un vecino se hartó y lo denunció a sus superiores. El BBVA cerró de inmediato la sucursal y retiró su logo. Este lunes, Flores acudió a los juzgados de Lucena investigado por estafa y falsedad en documento mercantil, pero se negó a declarar.

Esta supuesta estafa no es la primera pertrechada por Flores y llueve sobre mojado. Hace 20 años gestionaba la misma sucursal en la pedanía, entonces del Banco Santander, una entidad que lo sentó en el banquillo por otros fraudes. Pero el agente salió absuelto. “En 1998 me dijo que recuperaría mis cuatro millones de pesetas [24.040 euros], pero perdí 190.000 pesetas [1.142 euros]. Al preguntar en el Santander, me explicaron que tenía dos millones en fondos y dos millones en bolsa. Yo no pedí explicaciones porque seguramente firmé sin conocimientos, tenía mucha labia”, lamenta Ana María Romera, arrepentida de no haberlo denunciado entonces. A pesar de esta primera acusación judicial de su propia entidad bancaria por estafa, poco después, tanto el BBVA como el PP lo contrataron con puestos de responsabilidad.

Daniel Cabello, en su tienda de ultramarinos de Las Navas del Serpillar, este lunes.Chencho Martínez

La presidenta del PP local y diputada nacional, María de la O Redondo, dejó las finanzas del partido en las manos de Flores, pese a saber que estuvo procesado. ¿Fue arriesgado dejarle como tesorero? “Me enteré hace dos o tres años [del juicio], pero ya llevaba años de relación con él y no vi derroche en su gestión, nunca vi nada raro. Todavía estoy digiriéndolo”, alega. Flores fue tesorero del PP lucentino cinco años (2017-2022). “No hemos tenido ni un movimiento extraño y funcionamos con talones y transferencias”, añade De la O Redondo, cuya agrupación tiene cinco concejales en la oposición y 800 afiliados.

El temporero Juan Pino, de 54 años, y otros 30 afectados denunciaron en los juzgados y en comisaría la desaparición de sus ahorros, y han creado un grupo de mensajería para compartir sus avances, donde han concluido que hay más de 70 víctimas y una cifra estafada que supera de lejos el millón de euros. La mayoría de vecinos no ha denunciado aún por vergüenza, a pesar de que el agente falsificó unos 10 préstamos, aseguran. “Flores falsificó mi firma y se ha llevado 23.000 euros, las becas de mis dos niñas, una terminando Derecho y otra de 12 años en tratamiento psicológico de lo que está padeciendo. El BBVA no ha devuelto el dinero a mi madre y no sé cómo una entidad tan grande no ha podido resolverlo en 90 días. Esto va de dramas personales, de mujeres en el psicólogo. El BBVA es el principal culpable y es el que no nos está respondiendo. Es una impotencia total”, critica indignado.

Flores ha rechazado explicar las acusaciones: “Pregunte en el juzgado”, espeta.

La entidad bancaria no informa del total de clientes afectados y de la cuantía desviada supuestamente por Flores. “No facilitamos datos. Seguimos recopilando información en algunos casos, en todos procederemos a la mejor solución para el cliente”, alega una portavoz del BBVA en una respuesta por escrito. Tres meses después de la primera denuncia, la policía está aún pendiente de culminar su investigación y fuentes policiales alegan que las denuncias siguen cayendo en cascada y que aún están recopilando datos para terminar el atestado definitivo. Flores se ha mudado a vivir a su casa en Rincón de la Victoria (Málaga), donde se ha refugiado junto a sus dos hijos, que trabajan en dicha provincia. La policía asegura que ha estado vigilado y no hay riesgo de fuga.

Gregorio Flores, en una rueda de prensa como tesorero del PP de Lucena, en 2016. Imagen cedida por LUCENAHOY

Este lunes, antes de que el acusado se negara a declarar, la jueza del Juzgado 3 de Lucena pospuso su declaración porque quiere oír el testimonio de las víctimas en primer lugar y luego el del agente bancario. “Son necesarias más pruebas, movimientos y contratos de préstamos, además de la averiguación patrimonial que ha pedido el juzgado, antes de la declaración de Flores”, informaron fuentes jurídicas. La Fiscalía no acudió a la cita judicial.

Las Navas del Serpillar es una pedanía a 12 kilómetros de Lucena, de casas bajas y rodeada de olivares y viñedos. José Antonio Pérez ha sido uno de los cinco afortunados a los que el BBVA sí ha devuelto el dinero que se le esfumó “en cuentas opacas”: “Como era una cuenta de la familia, hasta mi tía pensaba que yo llevaba siete años quitándole dinero. Con mi firma falsificada ha podido hacer de todo, como pedirme un préstamo y luego pagarme las cuotas que me cobraban. Empezó a cruzar pagos y cuentas y a tapar agujeros”.

De izquierda de derecha, Dolores Pino, Juan Pino y José Antonio Pérez, afectados por la estafa, a las puertas de los juzgados de Lucena, este lunes.Chencho Martínez

El extesorero del PP procede de una familia con mucho arraigo en Lucena y su padre fue administrador del último alcalde durante el franquismo, Miguel Álvarez de Sotomayor. “A pesar de su pasado corrupto, no fue tan ruidoso y el PP vio una oportunidad de mejorar sus resultados y lo pusieron de tesorero, ya que se presentaba como un hombre de finanzas”, critica Miguel Villa, edil de IU en la localidad cordobesa.

En la tienda de ultramarinos de la calle principal, Ana María Cabello recuerda las excusas del agente antes de ver esfumarse sus ahorros familiares de 100.000 euros: “Cuando vino aquí nos dijo que cerraba la sucursal porque no tenía beneficios (…) Flores le sacó un préstamo falso hasta a una prima suya, pero que sepamos no ha pedido perdón. Lo he asumido por mis dos niñas de 13 y 15 años, cuando he llorado me he tapado. Ellas saben algo, aunque luego les monto mi versión para que no sufran. El mundo se nos echó encima y el primer mes no dormimos ni comimos”, relata angustiada.

Su vecina Romera añade: “Fue como una muerte repentina, hemos estado con antidepresivos porque teníamos confianza plena. Encima Gregorio le dijo a la central bancaria en Lucena que yo le limpiaba las cartillas a mi hermano, que madruga a diario a las cinco para trabajar en la construcción y vuelve por la tarde a las ocho”, dice mientras se le humedecen los ojos y se le corta la voz. “Es una impotencia muy grande”.

Ana María Romera, afectada por la estafa, junto a su casa. Chencho Martínez

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