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Castilla y León celebrará elecciones el 15 de marzo salvo si Sánchez adelanta las generales

Mañueco inagurará el ciclo electoral del PP lastrado por la gestión de los incendios en la comunidad

A Alfonso Fernández Mañueco le quedan solo seis meses para enfrentarse a sus terceras elecciones autonómicas, que afrontará apenas medio año después de gestionar como presidente de la Junta la mayor crisis de incendios en Castilla y León. El PP de Ca...

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A Alfonso Fernández Mañueco le quedan solo seis meses para enfrentarse a sus terceras elecciones autonómicas, que afrontará apenas medio año después de gestionar como presidente de la Junta la mayor crisis de incendios en Castilla y León. El PP de Castilla y León, por boca de su secretario autonómico, Francisco Vázquez, ha anunciado la tarde de este martes que la cita electoral será el domingo 15 de marzo de 2026. Pero con una salvedad, han venido repitiendo los populares en los últimos meses: que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no adelante los comicios generales, previstos para 2027. En ese caso, la cita con las urnas de la comunidad irían a la par con la de las generales.

Mañueco encara las urnas entre acusaciones de “descoordinación” y “falta de medios” en la lucha antiincendios. Tiene además una etiqueta en su partido: ha sido el dirigente popular con peores resultados en la historia del PP en su feudo de Castilla y León, donde los conservadores gobiernan desde 1987. Y este mismo lunes ha comenzado en la Audiencia Provincial de Valladolid el juicio sobre la presunta Trama Eólica, donde se piden 135 años de cárcel y 848 millones de euros en multas a varios ex altos cargos de la Junta de Castilla y León y empresarios afines. La investigación apunta a que la consejería de Economía, en tiempos del expresidente Juan Vicente Herrera, exigía mordidas a cambio de adjudicar parques eólicos. El PP alega que Mañueco, que era consejero en la Junta pero no está salpicado por el proceso, no tiene nada que ver con esos presuntos hechos

Con el líder popular, nacido en Salamanca hace 60 años, llegaron a Castilla y León los gobiernos de coalición y a España los ejecutivos con la ultraderecha. El exalcalde salmantino se salvó en 2019 gracias a Albert Rivera, que intervino para impedir que la fuerza más votada, el PSOE, pactara con el candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, que tuvo que sacrificar su posición en favor de la estrategia nacional de Rivera. Mañueco salvó para el PP la presidencia de Castilla y León, con CS en el Ejecutivo. Pero en 2022, dio un vuelco al tablero y precipitó los comicios. Las encuestas dibujaban un panorama favorable para el PP y el presidente arriesgó: el 20 de diciembre de 2021 expulsó a Ciudadanos del Ejecutivo y adelantó sorpresivamente las elecciones para el 13 de febrero de 2022. La apuesta no salió bien. El PP ganó dos escaños, pero perdió votos respecto a los anteriores comicios y, como consecuencia, por primera vez, la ultraderecha entró en un gobierno autonómico, que abandonó por estrategia nacional de Santiago Abascal en julio de 2024.

El politólogo Eduardo Bayón encuentra “paralelismos” entre la cita de 2022 y la prevista para 2026: un PP que alienta el “fin de ciclo” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, yendo a elecciones “en clave nacional” pero con otro escenario. “En 2022 hubo un error de estrategia intentando emular la agenda madrileña pospandemia y la figura propia de Ayuso, salió mal”, apunta el autor de Lucha de Tribus. El PP solo puede jugar en clave nacional, añade, pues volcarse en lo territorial supondría centrarse en la cuestionada gestión de los incendios. Castilla y León ha vivido esta legislatura el auge de Vox y su irrupción institucional “consolidando a un rival directo por la derecha”. Para Bayón, ahora “Mañueco es un líder más gris y desgastado que en 2022, sin relevancia en el PP y acusa el desastre de la coalición con Vox, la ausencia de Presupuestos —cinco de sus seis años de mandato sin Cuentas— y los incendios”. “Puede quedar desdibujado”, avisa, si el PP no logra números para mandar sin Vox.

Como en 2021 y 2022, el PP ha vuelto a sufrir una importante contestación con su gestión forestal, esta vez, sin socios parlamentarios y a meses de la cita con urnas, aunque está por ver qué efecto tendrá en la intención de voto. La consultora de comunicación política y profesora en la Universidad de Valladolid Alicia Gil-Torres duda que impacte de manera significativa: “Parece que Castilla y León no ha ardido sino que han ardido varias provincias independientes, no hay unidad ni esta sociedad conservadora está por un giro de izquierdas, votan a la sigla y no a gestores, si no Mañueco ya estaría fuera”. La experta censura la “nula crítica” de la prensa autonómica, señalando al Gobierno central pese a tratarse de una competencia autonómica. Durante el debate sobre los incendios en las Cortes de Castilla y León, la televisión autonómica emitió toros y teletienda: “Es reírte de la ciudadanía”, sostiene.

Fuentes del PP aseguran que el presidente superó el Pleno sobre los incendios por los “discursos flojos” de la oposición y porque Fernández Mañueco “se ha arremangado”. “Estaba muy tranquilo, es quien mejor se sabe el tema pero nos preocupaba el alcance nacional”, sostiene. Durante la crisis de los incendios, el presidente fue asumiendo el protagonismo ante los medios, compareciendo de forma habitual desde la sede de la Junta en Valladolid, mientras perdía espacio el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, desaparecido de primera línea pública desde el 12 de agosto.

“Las elecciones no son mañana”, sostienen, sin embargo, en el gabinete de Feijóo, conscientes del desgaste tras los fuegos. El líder del PP y Mañueco se conocen desde hace años. Juntos elaboraron la ponencia estatutaria de Mariano Rajoy de 2008 y al presidente de la Junta se encomendó junto a otros altos cargos, en el último congreso del PP, celebrado en julio, la ponencia ideológica de los populares. Cuando Feijóo asumió la presidencia del PP, en abril de 2022, el madridista Mañueco bendijo el estreno del gallego con un dardo a Pablo Casado, cuyas interferencias consideró un lastre en su campaña. “Para Benzema, cuando recibe el pase de Modric, es más fácil meter goles”, comentó ante la mayoría absoluta andaluza de Juan Manuel Moreno ya en la era Feijóo. En aquel inicio de mandato, el líder popular puso distancia y no acudió a su toma de posesión, en un intento de desmarcarse del primer Gobierno del PP y Vox. Era abril de 2022, Feijóo estaba recién elegido y quería evitar la foto con un Abascal que terminó metiendo a la ultraderecha en otros cuatro gobiernos autonómicos presididos por el PP bajo su mandato (Aragón, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Extremadura), siguiendo la estela de Mañueco, el primero de sus barones que ahora se examina en las urnas.

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