Malestar en las Fuerzas Armadas por las críticas de Mazón al general jefe de la UME

Defensa considera “inaceptables” las palabras del presidente valenciano, con quien no quiere polemizar

Militares de la UME trabajaban el sábado en Paiporta (Valencia), el 15 de noviembre.Foto: ÓSCAR CORRAL | Vídeo: EPV

El ataque del presidente valenciano, Carlos Mazón, contra el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el teniente general Javier Marcos, ha causado un hondo malestar en mandos de las Fuerzas Armadas, según ha podido confirmar EL PAÍS en medios castrenses. Tras denunciar supuestos “bulos”, “mentira...

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El ataque del presidente valenciano, Carlos Mazón, contra el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el teniente general Javier Marcos, ha causado un hondo malestar en mandos de las Fuerzas Armadas, según ha podido confirmar EL PAÍS en medios castrenses. Tras denunciar supuestos “bulos”, “mentiras” y “manipulaciones” sobre su actuación en la fatídica jornada del 29 de octubre, Mazón ha cargado este domingo contra el máximo responsable militar de la operación. “¿Por qué resulta que vemos otra contradicción por parte de [el jefe de] la UME, que es capaz de decir que sin la autorización de la Generalitat no podía hacer nada y, a la vez, unos días después, dice que antes de la autorización de la Generalitat ya estaba operando? ¿En qué quedamos?”, ha declarado antes de participar en la reunión del Centro de Coordinación Integral Operativa (Cecopi).

Fuentes del Ministerio de Defensa han tachado de “inaceptables” las palabras de Mazón, pero han evitado alentar la polémica con él. “Vamos a centrarnos en lo que estamos haciendo: liderar los trabajos de recuperación y reconstrucción de la zona afectada, supliendo muchas de sus carencias”, han añadido, en referencia directa al presidente de la Generalitat. “No nos vamos a apartar de nuestra tarea”, han apostillado.

Por su parte, mandos militares han expresado su sorpresa porque, en vez de palabras de agradecimiento por el esfuerzo que están realizando los miembros de las Fuerzas Armadas, el presidente autonómico haya metido en la refriega política al general que dirige la operación, a pesar de que Marcos ha tenido exquisito cuidado en mantener una estricta neutralidad en sus intervenciones públicas y solo ha tenido palabras de elogio hacia la Generalitat valenciana, destacando la buena coordinación con sus responsables.

En realidad, la supuesta contradicción que ha denunciado Mazón no ha sido tal. El general Marcos ha dejado claro desde el primer día que los militares no podían intervenir sin el visto bueno del director de la emergencia, dependiente de la Generalitat valenciana, que es el que les asigna la zona donde deben actuar los distintos cuerpos implicados, ya que de otro modo se podría aumentar aún más el caos que provocó la riada. Pero ha añadido que dispone de dos instrumentos para ganar tiempo y anticiparse a la autorización legal: la alerta temprana y el despliegue adelantado.

Gracias a la alerta temprana, a las 7.47 horas del 29 de octubre, un cuarto de hora después de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pusiera en rojo varias zonas de Valencia, el general Marcos ordenó suspender todas las actividades programadas por el Batallón de Intervención en Emergencias III, con base en Bétera (Valencia) y preparar el material necesario por si fuera necesaria su salida urgente.

El general Jefe de la UME, Javier Marcos, el pasados sábado en el Ministerio de Defensa tras la celebración del Comité de Crisis.FERNANDO VILLAR (EFE)

En aplicación del despliegue adelantado, el general Marcos ordenó el envío de una patrulla de reconocimiento hacia la zona de Uriel-Requena a las 15.41 horas, antes de que se recibiera la correspondiente petición. La Generalitat había elevado la categoría de la emergencia a nivel 2 a las 14.55, lo que abría la puerta a solicitar la intervención de la UME, pero la petición debía tramitarse burocráticamente a través de la Delegación del Gobierno en Valencia, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensa, por lo que el general Marcos, al corriente del agravamiento de la situación meteorológica, aceleró telefónicamente la orden.

Cuando llegó la petición formal de la Generalitat, a las 15.59, hacía ya 18 minutos que había salido el primer convoy y se preparaban para partir los elementos de intervención del batallón. La UME tiene libertad para moverse por toda España y acercarse a la zona damnificada, pero no puede entrar en ella sin permiso del director de la emergencia.

La petición de las autoridades autonómicas se limitaba a la comarca de Utiel-Requena y por eso se dirigieron hacia allí los primeros efectivos de la UME, pero, debido a las intensas lluvias, solo 55 de ellos consiguieron llegar a su destino. Los 40 restantes tuvieron que darse la vuelta y acudieron a atender llamadas de auxilio recibidas en el 112 desde Paiporta, una misión ajena a la que se les había encomendado, pero justificada por razones de necesidad.

No fue hasta las 20,36 que la Generalitat decretó el nivel 2 para toda la provincia de Valencia. Desde la medianoche y hasta las cinco de la madrugada del día 30 salieron efectivos de la UME desde sus bases en Torrejón de Ardoz (Madrid), Morón de la Frontera (Sevilla) y Conde de Gazola (León). A las nueve de la mañana del día 30 estaban ya a las puertas de Valencia 1.116 militares y 334 medios, incluidos dos helicópteros. La UME, según su jefe, se desplegó desde los primeros momentos, siempre a las órdenes de la Generalitat, aunque a veces adelantándose a las mismas.

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