Sánchez prepara su blindaje político frente a un largo ‘caso Ábalos’, que el PP ve como su gran oportunidad
El presidente defiende como impecable el rescate de Air Europa, el punto que más ataca la oposición, y se aleja del exministro al que echó del PSOE en febrero
La Moncloa asegura oficialmente que vive con “absoluta tranquilidad” el auto del juez Ismael Moreno que pide la imputación del exministro de Transportes José Luis Ábalos por el caso Koldo en el que asegura que hay “indicios fundados y serios” para creer que jugó un “papel principal” en la trama. El auto abre la puerta a seguir investigando el papel de Á...
La Moncloa asegura oficialmente que vive con “absoluta tranquilidad” el auto del juez Ismael Moreno que pide la imputación del exministro de Transportes José Luis Ábalos por el caso Koldo en el que asegura que hay “indicios fundados y serios” para creer que jugó un “papel principal” en la trama. El auto abre la puerta a seguir investigando el papel de Ábalos, una persona que fue muy importante en la cúpula del Gobierno y del PSOE, donde llegó a ser secretario de Organización, y a la que Pedro Sánchez ordenó expulsar del partido en febrero, después de que se negara a renunciar al acta cuando estalló el escándalo. El auto cita al presidente por una reunión sobre el rescate de Air Europa en la que participó, pero lo hace para concluir que, de momento, no existen indicios suficientes para sostener que las maniobras de la trama a favor del rescate, en las que estaba Ábalos, según el escrito, tuvieran “un papel determinante” en la decisión. Y La Moncloa se aferra a este dato clave para mostrar que no hay ninguna sospecha real sobre el rescate de Air Europa y mucho menos sobre ninguna implicación del presidente.
No hay por tanto una preocupación judicial, porque en el Gobierno insisten en que “no hay nada de nada” y la responsabilidad se corta en Ábalos, ya fuera del Ejecutivo y del partido desde febrero y en el Grupo Mixto, pero sí parece claro que el asunto tiene relevancia política porque Alberto Núñez Feijóo lo ha visto como su gran oportunidad para asestar un golpe al Gobierno ―este miércoles dio una rueda de prensa específica en el Congreso para pedir la dimisión de Sánchez, al que definió como “el 1 de la trama corrupta”― y porque es presumible que el caso siga adelante durante bastante tiempo. Ahora empezarán los trámites para imputar a Ábalos y después pedir al Congreso el suplicatorio para que pueda ser investigado, algo que llevará muchas semanas.
Ante esa tesitura, y la certeza de que el asunto seguirá, Sánchez y su equipo llevan tiempo trazando un blindaje político para el presidente, para cortar los daños en Ábalos, y también para ofrecer una explicación a los ciudadanos sobre esta cuestión, aunque se da por hecho que en algún momento el PP citará al presidente en el Senado a una larga comparecencia sobre esta cuestión, algo que Feijóo se está reservando para el momento político más oportuno, según admitió él mismo.
Sánchez ha contestado ya a varias preguntas periodísticas y parlamentarias sobre este asunto, pero este miércoles fue especialmente explícito sobre el rescate a Air Europa, el corazón del ataque del PP, que cree haber encontrado ahí un punto débil porque fue una decisión del Consejo de Ministros de tal nivel ―475 millones de euros― que afectó a varios ministerios y que solo pudo tomar en última instancia el propio presidente con el asesoramiento de todos los técnicos de la Administración especializados.
En La Moncloa están absolutamente convencidos de que el rescate de Air Europa fue impecable y el expediente es intocable, y por tanto no preocupa que lo investigue el Tribunal Supremo. De hecho, el expediente ya lo pidió el juez del caso Begoña Gómez, Juan Carlos Peinado, pero no logró encontrar nada sospechoso y la Audiencia Provincial le exigió que no siguiera por ese camino porque no había ningún indicio de que la esposa del presidente estuviera implicada en la decisión.
Pero para no dejar espacio político al PP, Sánchez ofreció una explicación más detallada que otras veces justo poco después de que se conociera el auto y defendió el rescate como una operación imprescindible, similar a la que hicieron casi todos los países europeos con distintas compañías aéreas al borde de la quiebra tras el parón del turismo y los viajes de negocios por la pandemia.
La oposición sostiene que hubo trato de favor porque estaba la trama detrás y porque la mujer de Sánchez tenía relación profesional con el máximo responsable de la compañía, Javier Hidalgo. Sánchez desmintió radicalmente la idea de que hubiera nada extraño detrás del rescate. “Si no hubiéramos rescatado Air Europa, España hubiera sido el único país del mundo que no rescataba a una de sus principales aerolíneas. La decisión no solamente fue avalada por la Unión Europea y por el Tribunal de Cuentas, sino también por el Tribunal Superior de Justicia Europeo. Hay que recordar que hubo una compañía aérea [Ryanair] que llevó a los tribunales todos los rescates que se hicieron en Europa. Y solamente dos fueron tachados de legales: Alitalia y Air Europa”.
Además, Sánchez recordó que el rescate se hizo “con préstamos y con condiciones muy estrictas”. “El contribuyente español lo que tiene que saber es que estamos cobrando esos préstamos”, explicó. Pero sobre todo defendió la decisión política y descartó que la trama tuviera nada que ver en algo que fue una decisión colectiva del Ejecutivo que pasó por muchos filtros técnicos. “Las decisiones que yo tomé, las tomé con el Gobierno. Y las volvería a tomar hoy también, porque afortunadamente tenemos una Air Europa que funciona y que efectivamente cumple con su labor, que es la de la movilidad, no solamente a otros continentes muy importantes para España, sino también a las Islas Canarias”, remató.
Plan de reestructuración
El rescate de Air Europa costó 475 millones de euros que el Ejecutivo espera recuperar con el pago del préstamo. La alemana Lufthansa recibió 6.000 millones, por ejemplo. El rescate de la aerolínea portuguesa TAP costó 3.200 millones de euros de ayudas públicas. La contrapartida a esta inyección fue la elaboración de un plan de reestructuración pactado con la Comisión Europea y la nacionalización de la empresa, que conservaba todavía un porcentaje importante en manos privadas. El Gobierno portugués tiene en marcha ahora un nuevo proceso de privatización de la empresa.
Para completar esa estrategia de blindaje político, Sánchez, que insiste en todo momento en que él ha hecho lo que podía hacer, cortar con Ábalos en febrero, y ahora colaborar con la justicia para ayudar a la investigación, también rechazó otro punto sobre el que percute mucho la oposición, esto es la suposición de que echó a Ábalos del Gobierno en 2021 porque ya tenía sospechas de corrupción, aunque después lo puso en las listas del Congreso en 2023. Sánchez insiste en que Ábalos salió, igual que otros miembros del núcleo duro que cayeron eses mismo día, como Carmen Calvo e Iván Redondo, por el desgaste político del Ejecutivo tras la pandemia.
“En 2020 España sufrió de manera intensa una pandemia tremenda, la economía cayó un 20%. En 2021 se hizo una crisis de Gobierno para relanzarlo. Es esa crisis la que hizo que el exministro Ábalos saliera del Gobierno″, explicó. En La Moncloa trasladan pues que nada de lo que hay encima de la mesa toca a Sánchez y las decisiones que se tomaron están todas amparadas en criterios técnicos y son explicables. Pero aun así son conscientes de que vienen semanas de debate sobre la cuestión, porque la oposición estirará al máximo el escándalo. Sánchez tiene ya preparadas sus respuestas principales ante la más que previsible comparecencia en el Senado a la que le obligará el PP, aunque este miércoles dejó en el aire una pregunta de la prensa española que después repitió Feijóo cuando pidió la dimisión del presidente, esto es si alguna vez se reunió con el cabecilla de la trama, Víctor de Aldama, ahora en prisión por otro asunto.