El hacinamiento en las salas de asilo de Barajas se agrava con 330 migrantes retenidos
La Policía busca a una veintena de fugados en las dos últimas semanas. El sindicato SUP denuncia las condiciones de “insalubridad, con chinches, sin ventilación, ni duchas” de muchos de los solicitantes
Dos fugas en dos semanas consecutivas de más de una veintena de solicitantes de asilo retenidos en el aeropuerto Adolfo Suarez-Madrid Barajas han destapado que la situación de “hacinamiento” que viven no solo no ha mejorado sino que ha empeorado. Las condiciones en las que se encuentran 330 hombres, mujeres y niños —este lunes— y los cuatro policías que hasta ahora se encargaban por turnos de su custodia, son “indignas” y “desesperadas”, según ha denunciado el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el cuerpo. “La madrugada de la noche de Reyes escaparon nueve personas rompiendo u...
Dos fugas en dos semanas consecutivas de más de una veintena de solicitantes de asilo retenidos en el aeropuerto Adolfo Suarez-Madrid Barajas han destapado que la situación de “hacinamiento” que viven no solo no ha mejorado sino que ha empeorado. Las condiciones en las que se encuentran 330 hombres, mujeres y niños —este lunes— y los cuatro policías que hasta ahora se encargaban por turnos de su custodia, son “indignas” y “desesperadas”, según ha denunciado el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el cuerpo. “La madrugada de la noche de Reyes escaparon nueve personas rompiendo un falso techo; y este sábado, de madrugada, se marcharon 17 rompiendo una ventana”, señalan fuentes próximas a la investigación policial abierta tras la huida de esos 26 inmigrantes de la sala número 4 de inadmitidos del aeropuerto madrileño, ubicada en la Terminal 4. Solo uno, que se hirió en la escapada, fue detenido por los agentes cuando corría por las pistas este sábado. Del resto, no hay ni rastro, según fuentes próximas a la investigación.
Interior asegura que ante “el incremento puntual de solicitudes, en las últimas semanas se han habilitado dos nuevos despachos para la realización de entrevistas, se ha abierto una tercera sala para atender a los solicitantes y se ha aumentado el número de efectivos de Policía Nacional y de personal de la Oficina de Asilo y Refugio”.
Sin embargo, esta situación no es nueva ni “puntual” ya que, a finales de diciembre los responsables de los Juzgados de Instrucción 6, 19 y 20 de Madrid, con competencias en el control judicial de las Salas de Inadmitidos del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas, requerían al Ministerio del Interior y a la Policía Nacional que adoptaran “con carácter urgente” medidas que pusieran fin al “hacinamiento” que sufrían ya entonces los 250 solicitantes de protección internacional ―entre los que había 19 menores― que permanecían retenidos en diferentes salas del aeródromo madrileño mientras se resolvía su situación legal.
Los ahora fugados, todos hombres, son “casi todos magrebíes”, según fuentes policiales. “Llevaban una media de un mes esperando a que se resolviesen sus solicitudes, porque se deshacen de su documentación al pisar suelo español y después sus países no les reconocen como ciudadanos y no se pueden devolver”, explican las mismas fuentes.
La continua llegada de peticionarios de asilo y la escasez de recursos materiales y humanos, denunciada tanto por la por policías como por jueces, ha conllevado un recrudecimiento del hacinamiento en las últimas semanas. Este lunes había 42 mujeres y niños en la llamada “sala 2″, ubicada en la Terminal 2, la “tercera sala” a la que se refiere Interior. “Están en colchonetas inflables, en una habitación sin ventilación ni ventanas, con un solo baño y sin duchas”, señalan fuentes policiales. “Los pañales y la comida se juntan en el mismo sitio y las cucarachas y los chinches campan por sus respetos”, señalan.
Sin limpieza ni higiene
La limpieza —a cargo de Cruz Roja junto con la asistencia, según fuentes policiales— no se realiza “porque la entidad la tiene subcontratada a otra empresa de limpieza, que ha asegurado que no entra en la sala hasta que no se fumigue”, detallan agentes presentes en el lugar. Por su parte, en Cruz Roja dicen que “no están haciendo declaraciones al respecto”, que su labor “es psicosocial”, pero no aclaran si eso incluye la limpieza de los lugares en los que se acoge a estos solicitantes de asilo: “No te sabría decir”, responde una portavoz de la ONG.
En las otras dos salas, con capacidad para 50 personas de media, había este lunes 166 personas, en la de la Terminal 4 (sala 4), de la que se escaparon las 17 personas este sábado y las otras nueve el viernes de Reyes. Y 92 personas, en la sala 3, ubicada en la Terminal 1. “Es imposible que cuatro agentes custodien tres salas separadas por esas distancias, en terminales distintas, en las que además las personas no se encuentran detenidas, sino que tienen limitada su capacidad deambulatoria”, explican fuentes policiales, que reconocen que a raíz de la segunda fuga “han enviado algunos refuerzos y a más personal del departamento de Asilo para que tramite solicitudes, pero están igualmente desbordados”, aseguran.
“Mezclando a mujeres y hombres”
Además, según las mismas fuentes, este lunes han entrado otras 30 personas, “que ya las han repartido entre las tres salas, mezclando a mujeres y hombres”, aseguran. En total, este lunes eran 330 personas las personas que esperaban a que se resolviese su situación administrativa, “algunas pueden estar esperando hasta un mes”, advierten fuentes policiales, que señalan que además se forman dentro “grupos de poder entre los retenidos, por nacionalidades”, que pueden dar lugar a conflictos de difícil control.
Ya a finales de diciembre, los magistrados consideraron que las condiciones en las que se encontraban los retenidos, “durmiendo en colchones en el suelo, sin condiciones de salubridad, higiene e intimidad”, vulneraban sus derechos. Y entonces, Interior anunció que iba habilitar más espacio en el aeropuerto para la llegada de migrantes. Este lunes seguía rota la ventana por la que escaparon los 17 extranjeros el sábado, “porque le corresponde a AENA arreglar las infraestructuras”, señalan fuentes policiales. Desde el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska insistían en que la situación está en vías de solución.
Según Interior, “La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional y la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) del Ministerio del Interior continúan atendiendo las solicitudes de protección internacional que se reciben en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, adaptando sus recursos humanos y medios materiales a la demanda para tramitar las peticiones con la mayor celeridad”. Según el SUP, la mayoría de las personas fugadas proceden de países africanos como Kenia, Senegal y ahora especialmente Marruecos, ya que al hacer tránsito en la capital aprovechan para pedir protección internacional.
Desde el sindicato policial insisten en denunciar el “colapso”, la situación de “hacinamiento y de insalubridad” de esas salas, “preparadas para acoger a unas 40-50 personas y donde últimamente hay más de 150″, advierten. Las imágenes del lugar, facilitadas por la policía, permiten ver cucarachas y chinches en las duchas y los baños. Además, señalan que “las instalaciones son completamente deficitarias en lo que se refiere a medidas de seguridad, “con ventanas que se pueden fracturar, como ocurrió el sábado, o falsos techos que no se pueden fijar y por los que escaparon la noche de Reyes”.
El SUP ha remitido una carta al Defensor del Pueblo: “Las condiciones de hacinamiento e insalubridad en las salas de inadmitidos, especialmente en las salas 3 y 4, han alcanzado un punto crítico de hacinamiento debido a un aumento en las solicitudes de protección internacional”, dicen en su queja dirigida a Ángel Gabilondo. “La negligencia de AENA y Cruz Roja, responsables de brindar asistencia y mantener la limpieza de los asilados agrava la situación”, apuntan. Y, entre otras cosas, solicitan: “El acondicionamiento adecuado de las Salas 2, 3 y 4 con limpieza adecuada; medidas de seguridad para garantizar la integridad física de los policías y asilados que eviten las fugas y reyertas entre ellos; así como camas suficientes y duchas para alojar a las personas durante el tiempo que permanecen ingresadas y se resuelven sus situaciones administrativas”.