Feijóo medita un cambio profundo en el PP y valora renovar también la secretaría general que ocupa Cuca Gamarra

El líder estudia todas las opciones, entre las que se encuentra aupar a un perfil nuevo, desconocido para el gran público, como su ‘número dos’, como hizo Rajoy con Cospedal en 2008

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Senado, Pedro Rollán; y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, este lunes en Madrid.Eduardo Parra (Europa Press)

Todo está en el aire. Incluida la secretaría general del PP, que ahora ejerce Cuca Gamarra, el cargo de mayor poder después de la presidencia del partido que ostenta Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP medita una renovación profunda de la organización popular, que incluye también la posibilidad de un cambio en la secretaría general, según fuentes de Génova. La decisión final no está tomada y se retrasará hasta que no haya Gobierno, pero Feijóo estudia ya todas las opciones, y entre ellas está valorando también renovar a su número dos.

Hace dos semanas, ...

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Todo está en el aire. Incluida la secretaría general del PP, que ahora ejerce Cuca Gamarra, el cargo de mayor poder después de la presidencia del partido que ostenta Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP medita una renovación profunda de la organización popular, que incluye también la posibilidad de un cambio en la secretaría general, según fuentes de Génova. La decisión final no está tomada y se retrasará hasta que no haya Gobierno, pero Feijóo estudia ya todas las opciones, y entre ellas está valorando también renovar a su número dos.

Hace dos semanas, Feijóo anunció que haría “ajustes” en la dirección del PP para la nueva etapa, una vez se despeje el nuevo Gobierno con la investidura del socialista Pedro Sánchez, aún sin fecha. Todas las miradas apuntaron entonces a Cuca Gamarra, porque acumula los dos cargos más importantes, ya que es a la vez secretaria general y portavoz parlamentaria en el Congreso. La mayoría de los dirigentes del PP, incluidos los barones, daban por hecho que Gamarra conservaría el puesto orgánico y perdería la portavocía en el Parlamento, que Feijóo puede utilizar para lanzar a una nueva figura que le acompañe como uno de los perfiles con más proyección del PP. Pero el líder está valorando un cambio todavía más profundo, una remodelación de su cúpula que puede implicar un nuevo número dos. Gamarra perderá al menos ― y en principio solo― uno de los dos cargos, pero podría ser cualquiera de los dos. Génova no la garantiza como secretaria general; tampoco tampoco la descarta, pero asegura que ese puesto está en el aire.

Entre las opciones que Feijóo tiene encima de la mesa está la de aupar a la secretaría general a un perfil nuevo, desconocido para el gran público, como hizo Mariano Rajoy con María Dolores de Cospedal en 2008, cuando era presidenta del PP de Castilla- La Mancha y la lanzó sin más experiencia a la primera línea, igual que a Soraya Sáenz de Santamaría, a la que situó a la vez como portavoz en el Congreso. Cuando Rajoy nombró a las dos políticas, ambas eran relativamente jóvenes ―Santamaría tenía solo 36 años y Cospedal, 43― y desconocidas, pero tras esa oportunidad hicieron una próspera carrera pública. Cospedal fue después ministra de Defensa entre 2011 y 2015, y Santamaría vicepresidenta del Gobierno entre 2011 y 2018. En Génova invocan este precedente como ejemplo de la renovación que planea el líder del PP, en el sentido de que será intensa y de que también está pensando en rejuvenecer el partido.

El líder del PP sopesa más opciones, como que el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, figura de su máxima confianza, ascienda a la secretaría general, apuntan las mimas fuentes. El problema de aupar a Tellado es que algunos sectores del PP recelan del hecho de que otro gallego (como Feijóo) se convierta en el número dos del partido. Sin embargo, el líder confía plenamente en él y en Génova transmiten que es de las pocas figuras “blindada” ante la próxima renovación. Para el coordinador general, el andaluz Elías Bendodo, se apunta como probable encargado de coordinar a los Gobiernos autonómicos del PP, un puesto que hasta ahora ocupaba el nuevo presidente del Senado, Pedro Rollán, en la vicesecretaría de Coordinación Autonómica, que ha tenido que abandonar por el cargo institucional.

Feijóo maneja en estos momentos 30 nombres, de entre los que saldrán las principales figuras para la nueva etapa. En principio, según transmiten en su entorno, no está obligado a que el nuevo secretario general se elija en un nuevo congreso ni a que sea uno de los actuales vocales del comité de dirección del PP, sino que puede aprobar los cambios por acuerdo de la Junta Directiva Nacional y tratarse de un dirigente externo a la cúpula.

El político gallego puede jugar con la secretaría general también para introducir una nueva portavocía en el Congreso, porque el número dos, si es diputado, está legitimado para confrontar en las sesiones de control con cualquiera de los vicepresidentes del Gobierno, por delante del portavoz parlamentario del grupo. En Génova destacan que lo más importante para el puesto de portavoz es que sea un perfil con dotes de organización, para coordinar al grupo, y no tanto que tenga un perfil mediático, ya que recuerdan que en el escalafón será el número tres del partido. Es decir, que el secretario general, si es diputado, tendrá preferencia sobre el portavoz para intervenir. La dirección da por hecho que el portavoz del PP en el Congreso ejercerá una oposición “dura” porque así cree que será la dinámica de la legislatura.

Giro de discurso sobre los nacionalismos

El PP, de hecho, ya ha empezado a endurecer su discurso coincidiendo con la negociación de la investidura de Pedro Sánchez. El partido ha subido el pistón contra los nacionalismos, después de la etapa en la Feijóo estuvo dispuesto a negociar con ellos para que le dieran apoyo a su investidura. Este lunes, el líder del PP aseguró que los nacionalismos llevan a España “a un horizonte similar al de los Balcanes”, en referencia a la desintegración de la antigua Yugoslavia en varios Estados, que dio lugar en los años noventa a una guerra en la que murieron más de 130.000 personas. El mensaje contrasta con el que defendieron algunos dirigentes de peso del PP cuando el partido estaba manteniendo contactos con los independentistas para tratar de que respaldaran a Feijóo. El vicesecretario Esteban González Pons llegó a decir que la “tradición y legalidad de Junts no están en duda”.

Fuentes del equipo de Feijóo niegan que el PP haya iniciado una estrategia de intensificar las críticas contra los nacionalismos, y sostienen que la referencia a los Balcanes se refería a la atomización de varios Estados y no tanto al final cruento de la antigua Yugoslavia. Las mismas fuentes defienden también que el líder del PP ya había lanzado mensajes similares en el pasado sobre los nacionalistas, y que en todo caso la declaración “disruptiva” fue la de González Pons. Por la noche, Feijóo matizó sus palabras en un acto organizado por El Español: “El hecho de que se balcanice la política, que se rompa la unidad de un país y que nos convirtamos en reinos de taifas es lo que he dicho y lo que he pretendido decir. Intentar decir que eso tiene que ver con un conflicto es retorcer al máximo lo que en ningún caso he querido trasladar a los ciudadanos”.

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