La policía mata de un disparo al atracador de un banco en Burgos que huía con un botín de 6.000 euros

El asaltante roció con gasolina a una empleada de la sucursal bancaria antes de hacerse con el dinero y escapar

Agentes de Policía Nacional junto al cuerpo de un hombre abatido a tiros que minutos antes había atracado una sucursal bancaria en Burgos, este jueves.Tomás Alonso (Europa Press)

Un atracador de 51 años ha muerto la mañana de este jueves por disparos de agentes policiales después de que asaltase una sucursal bancaria en Burgos y se hiciera con un botín de 6.000 euros.

El asaltante irrumpió armado con una pistola en la oficina, ubicada en la calle de la Condesa de Mencía, en el barrio del G-3. Una vez en el interior, se acercó a una de las empleadas y la roció con gasolina. Acto seguido, aprovechó la confusión para hacerse con 6.0...

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Un atracador de 51 años ha muerto la mañana de este jueves por disparos de agentes policiales después de que asaltase una sucursal bancaria en Burgos y se hiciera con un botín de 6.000 euros.

El asaltante irrumpió armado con una pistola en la oficina, ubicada en la calle de la Condesa de Mencía, en el barrio del G-3. Una vez en el interior, se acercó a una de las empleadas y la roció con gasolina. Acto seguido, aprovechó la confusión para hacerse con 6.000 euros y huyó del lugar con su botín. El atracador, a quienes varios testigos describen como un hombre muy conocido en el barrio, escapó rumbo a la calle del Duque de Frías, aledaña a la sucursal, donde vivía.

Para entonces, una de las trabajadoras de la sucursal ya había dado la señal de alarma. A los pocos minutos, llegaron al lugar varios policías nacionales vestidos de paisano, que habían acudido tras la llamada recibida en la Comisaría Provincial, en la se que pedía asistencia policial y sanitaria. Tras perseguir al hombre y darle el alto, el asaltante, que todavía llevaba la pistola con la que había perpetrado el atraco en la mano, se volvió contra los agentes y los encañonó con ella. En ese punto, los agentes lo abatieron a tiros.

La oficina atracada, del Banco Santander se encuentra en una zona concurrida de Burgos, con numerosas tiendas y supermercados con notable afluencia de gente a la hora en la que sonó la voz de alarma: las 10.56 de la mañana.

La Subdelegación del Gobierno ha detallado que una vez dentro de la oficina el hombre, que tenía algún antecedente policial menor, arrojó gasolina a una de las trabajadoras de la entidad asaltada y, según fuentes conocedoras de los hechos, “aprovechó la confusión para llevarse el dinero”, 6.000 euros. Justo después, según detallan fuentes policiales de Burgos, una de las empleadas del banco salió a la calle y lo siguió, al tiempo que iba informando por teléfono a la policía del recorrido por el que avanzaba el atracador.

Muy cerca de la sucursal, ya en la calle Duque de Frías, y apenas unos minutos después de que el asaltante emprendiera su huida, llegaron al lugar dos policías nacionales que se encontraban patrullando en las proximidades y le dieron el alto. El atracador “en ese momento se gira, los encañona y los agentes repelen el ataque”, añade una de las fuentes policiales. Un disparo de los policías le dio en el cuello y pese a que al lugar se desplazaron varias ambulancias, el personal sanitario no consiguió reanimarlo y murió en el lugar. El mismo personal ha atendido a la empleada empapada de gasolina y a otras personas presentes en el atraco, que presentaban cuadros nerviosos y ataques de ansiedad. Además de la UVI móvil y los dos agentes que patrullaban en los alrededores, hasta el lugar de los hechos se han trasladado cuatro dotaciones de la Policía Nacional.

Las primeras sospechas apuntan a que el asaltante, que dio el golpe cubierto por una gorra, es el mismo hombre que el pasado mayo robó en un supermercado de ese mismo barrio, ubicado al noreste de la capital burgalesa, porque “coinciden el arma y la indumentaria”, señalan fuentes de la investigación. Fuentes policiales de Burgos explican también que los dos agentes que acudieron a la llamada de alarma iban de paisano y forman parte de una unidad que patrulla por la ciudad sin uniforme.

Según informa Diario de Burgos, el atracador estaba casado y tenía un hijo de unos veinte años, y cayó muerto ya junto al portal de su vivienda, hasta el que había conseguido llegar en su huida y donde pretendía buscar refugio.

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