Un policía investigado por narcotráfico muere en un tiroteo con los agentes que iban a detenerlo en Burgos
El fallecido, de baja por problemas psicológicos, estaba siendo buscado por haber robado unas horas antes una pistola en su comisaría
Un policía de 47 años, investigado por Asuntos Internos por su supuesta implicación en una red de narcotráfico y al que se le había retirado el arma por presentar problemas psicológicos, ha muerto tiroteado a las cuatro de la madrugada de este miércoles en un enfrentamiento con agentes de la propia Policía Nacional y de la Guardia Civil que iban a detenerlo en una gasolinera en Villagonzalo Pedernales, en la provincia de Burgos. El fallecido, Óscar Antonio P. C., disparó a los agentes cuando estos le dieron el alto. Le estaban ...
Un policía de 47 años, investigado por Asuntos Internos por su supuesta implicación en una red de narcotráfico y al que se le había retirado el arma por presentar problemas psicológicos, ha muerto tiroteado a las cuatro de la madrugada de este miércoles en un enfrentamiento con agentes de la propia Policía Nacional y de la Guardia Civil que iban a detenerlo en una gasolinera en Villagonzalo Pedernales, en la provincia de Burgos. El fallecido, Óscar Antonio P. C., disparó a los agentes cuando estos le dieron el alto. Le estaban buscando por haber robado una pistola a un compañero horas antes en la comisaría de Lonzas (A Coruña), según ha informado la Delegación del Gobierno de Castilla y León. El policía, que se parapetó detrás de su automóvil, fue alcanzado durante el intenso tiroteo por las balas de los otros agentes, que abrieron fuego para repeler la agresión. Ninguno de estos últimos resultó herido.
Los hechos que han desembocado en la muerte del agente se iniciaron en la mañana del martes en la comisaría coruñesa donde Óscar Antonio P. C. estaba destinado desde 2018 y a la que había acudido a realizar unos trámites administrativos sobre su situación laboral. Tras un año de baja psicológica y haber sido sometido recientemente a un examen médico, el Ministerio del Interior había acordado ese mismo día su pase a la segunda actividad (una situación contemplada para los agentes de la Policía Nacional por la que dejan de ejercer funciones policiales) por pérdida de las aptitudes psicofísicas para el ejercicio de su trabajo, aunque aún no se le había comunicado formalmente. Según detallan fuentes policiales, durante aquella visita, el agente exigió que se le devolviera la placa y la pistola, que se le habían retirado, y al recibir una negativa por respuesta, bajó a los vestuarios de la instalación policial. Una vez allí, forzó tres taquillas de compañeros y, de una de ellas, sustrajo una pistola con un cargador con 14 balas, según fuentes cercanas a la investigación. Tras ello, abandonó la comisaría.
Cuando sus compañeros se percataron del robo y ante “la certeza de que el ahora fallecido era el responsable” y que había huido por carretera en un vehículo, se lanzó un aviso por los canales de alerta de las fuerzas de seguridad para proceder a su detención, según ha detallado la Delegación del Gobierno en una nota. El agente fue detectado a casi 500 kilómetros de distancia, cuando circulaba en dirección a Burgos por la autovía A-231, que conecta esta provincia con León y el oeste de España. En esta zona se desplegaron tanto miembros de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, para intentar interceptarlo antes de que llegase a la capital burgalesa.
El primer intento no tuvo éxito. El fugitivo hizo caso omiso a las indicaciones de parar y respondió disparando con el arma que había sustraído. La persecución continuó hasta una estación de servicio cercana, situada en la localidad de Villagonzalo Pedernales, donde Óscar Antonio P. C. se enfrentó a tiros con seis agentes de la Guardia Civil y dos de la Policía Nacional a muy corta distancia. Fuentes cercanas a la investigación detallan que justo en el instante en el que fue alcanzado mortalmente, el fallecido tenía a un metro de distancia a un miembro del instituto armado al que se le habían agotado las balas de su arma. En el intenso tiroteo, varios vehículos policiales sufrieron impactos de proyectiles, aunque no se produjeron heridos entre los otros agentes.
El subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, ha lamentado el fallecimiento del agente, pero también ha celebrado que los disparos que el agente fallecido realizó “tirando al hombre” no hirieran a los policías y guardias civiles que intentaban arrestarlo. “Todo se ha precipitado debido a que ya había sido detenido y los últimos compases no auguraban nada bueno para un futuro cercano”, ha asegurado De la Fuente, que ha calificado la operación de “compleja, rápida y efectiva”. El juzgado que se ha hecho cargo de la investigación del suceso ha decretado el secreto de las actuaciones.
Fuentes policiales destacan la conflictividad del agente fallecido, quien contaba con denuncias previas por protagonizar altercados violentos y que estaba siendo investigado por la Unidad de Asuntos Internos por su supuesta implicación en una trama de narcotráfico cuando ya estaba de baja por problemas psicológicos. En concreto, se le relacionaba con una pequeña red que fue desarticulada hace menos de un mes en Ferrol tras la detención de cuatro personas en una operación en la que Óscar Antonio P. C. también fue arrestado, aunque posteriormente quedó en libertad porque los indicios que había contra él eran débiles. El agente fallecido llevaba en la Policía Nacional desde abril de 2002 y había sido condecorado con una medalla al mérito policial con distintivo blanco mientras estuvo destinado en la comisaría de Maspalomas (Gran Canaria). En 2018 solicitó su traslado a Galicia, de donde era natural, detallan las mismas fuentes.